Estadio Cibao Chilote Llenas (OPINION)
En el imaginario del santiaguero amante del béisbol Chilote Llenas es un escudo moral de las Águilas Cibaeñas y del béisbol dominicano. tiene Recuerdo que mi padre, Pedro Thomas Castillo, que en paz descanse, fue un apasionado del béisbol y aguilucho hasta la tambora. Solía condicionar nuestras visitas al estadio a una sola premisa: que Winston Enriquillo “Chilote” Llenas estuviera en la alineación. Me decía:
“Cuando el Chilote juega, hay béisbol, hay carreras, y las Águilas ganan”.
Y tenía razón.Las estadísticas confirman lo que la intuición de mi padre ya sabía: el bate de Chilote Llenas rompió paradigmas. Fue el primer beisbolista dominicano en conectar 50 cuadrangulares, algunos de los cuales aún parecen estar en vuelo. Ese logro lo posiciona entre los líderes históricos en jonrones, carreras remolcadas y dobles conectados en el béisbol dominicano.
Proveniente de una familia en la que el béisbol corre por las venas, Chilote compartió el terreno de juego con figuras paradigmáticas, como Roberto Peña, Franklyn Taveras y el legendario Julián Javier, dos veces ganador del Guante de Oro en las Grandes Ligas. En ese contexto de excelencia, Llenas se destacó como el capitán indiscutible de las Águilas Cibaeñas.

Más allá de sus números, que se inician el 15 de agosto de 1968 cuando debuta en las Grandes Ligas con el equipo California Angels, conectó un doble en su primer turno al bate ,lo que lo convirtió en uno de los pocos dominicanos en conseguir un doblete en su primer intento en las mayores. Habiendo sido laureado en cinco ocasiones como el mejor del béisbol profesional dominicano, se distinguía por su talento, inteligencia y disciplina. En cada turno al bate, provocaba una mezcla de emociones y expectativas entre los fanáticos. Descolló en una época de grandes estrellas, como Rico Carty y César Cedeño, quienes, sin excepción, admiraban al hombre que sabía “hacer toser la bola”.
Con su temido madero, condujo al equipo a la conquista de seis campeonatos nacionales como jugador. A su retiro, continuó su legado como dirigente de primer nivel, aportando con profundidad al béisbol dominicano como gerente general y presidente de la Liga de Béisbol Profesional.

Su equipo de siempre, las Águilas Cibaeñas, ha conquistado 22 coronas desde su fundación. De esas, 21 se vinculan directamente a la figura de Winston Llenas, ya sea como jugador, dirigente o ejecutivo. No participó en la primera, en 1952, por razones de edad, pero desde entonces, todas las victorias han llevado su sello, con el bate o con su sabiduría beisbolistica.
Además de su rol como jugador estelar y gerente, fue scout de los Indios de Cleveland, logrando la firma de más de quince peloteros que alcanzaron las Grandes Ligas. Entre ellos destaca Bartolo Colón, oriundo de Altamira, considerado uno de los tres lanzadores más grandes de la historia del béisbol dominicano.
Hoy, a sus ochenta años, continúa activo como vicepresidente de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional, ejerciendo su liderazgo con equilibrio, prudencia y un espíritu colaborativo que lo hace digno de la admiración del pueblo dominicano. Es reconocido no solo por su inconmensurable talento, sino también por su integridad, honestidad y compromiso cívico. Como ciudadano, ha sido un modelo de vida familiar: más de 60 años de matrimonio y una familia ejemplar.
Cuando en Santiago, y en las catorce provincias del Cibao, se habla de béisbol, la mente colectiva se llena con la imagen viva del bateador más temido con las bases llenas, dos outs, y al bate: Winston “Chilote” Llenas. Nadie se sentaba; todos de pie, esperando el jonrón certero, justo por el centro de los 400 pies. Recuerdo a la dama del acordeón decir: Chilote no corre mucho pero pone a la bola a correr por él, todavía la están buscando, ¡que tablazo!.
La grandeza de los grandes líderes se manifiestan cuando son capaces de trascender en el tiempo más allá de su propia existencia. El recio bateador jonronero no se detuvo en el juego, y ha continuado aportando al béisbol dominicano. Cuando la crisis se asomó al equipo, la Liga Dominicana de Béisbol lo llamó para que asumiera la presidencia de sus Águilas Cibaeñas.
Y he aquí: el toletero salvó al equipo, y a partir de ahí, las emblemáticas Águilas se encumbraron con su mística y grandes triunfos, convirtiéndose en el mentor y orientador de grandes estrellas como Miguel Diloné, Luis Polonia, entre otros brillantes talentos.
Su inigualable trayectoria beisbolista no tiene precedente en la historia del beisbol, no solo de la región, sino del mundo. Ha sido el único que como gerente y presidente de una franquicia ha obtenido ocho (8) victorias consecutivas.
Siendo también el único que ha llegado a los 60 años de entrega sumando veintiuna (21) victorias de veintidós (22). Proeza que lo redimensiona como un símbolo, como jugador, manager, gerente y presidente, nunca visto en la historia de cualquier disciplina deportiva del mundo, por lo que probablemente al momento de escribir esta breve reflexión el gran talento deportivo, la sabiduría y la integridad del más recio bateador aguilucho de todos los tiempos este en el récord güines.
Así de simple, donde se registran los acontecimientos que no tienen precedentes en la historia universal.
80 años
Nunca antes visto en la historia del béisbol mundial: llegar a los 80 años con un derroche de talento, trabajo, inteligencia, capacidad de liderazgo y el don de conducir a su equipo a grandes victorias. No hay caso igual, ni siquiera en las Grandes Ligas: Jugador, gerente, manager y presidente.
Es por ello que, fue exaltado al salón de la Fama de la Serie del Caribe, y lo más importante, su número de camiseta con las Águilas Cibaeñas, el número 3, el que vistió toda su vida, reposa en el Cooperstown, en el Salón de la fama de las Grandes Ligas. Ese número pertenece al más completo de todos los tiempos. El más grande de todas las épocas: Winston Chilote Llenas.
Muchos somos los que creemos que el toletero que conectó 50 vuelacercas, con la hazaña de 21 victorias de 22 campeonatos, ocho victorias consecutivas, cinco (5) campeonatos de la Series del Caribe y cuatro (4) veces Mánager del Año, el más grande de todos los tiempos, hombre de bien, decente, debe ser reconocido en vida.
Por eso, proponemos sellar el capítulo glorioso de las Águilas Cibaeñas nombrando el Estadio del Cibao en honor al beisbolista más consagrado a la causa amarilla: Winston Enriquillo “Chilote” Llenas. Y haréis justicia, como en Deuteronomio, donde se recogen las últimas palabras de Moisés antes de entrar a la Tierra Prometida.
jpm-am

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Pienso que Estadio Cibao es suficiente.
Cien por cientos de acuerdo con la información.
Estadio Cibao. Chilote Llenas.
Arriba Las Águilas!!!!!!
ENHORABUENA…!!!
Estoy de acuerdo 100 por ciento.
Con todo respeto,el distinguido articulista,lo más probable sin querer, no resaltó la calidad y excelencia que fue El Chilote Llenas en la «»esquina caliente»,tercera base.
Recuerdo que El Chilote,cuando se paraba a batear,colocaba su bade bajito,a nivel de su cintura,hacia atrás,como empujando el receptor contrario.
El estadio de Santiago,merece el nombre del Chilote.
NO ES JUSTO QUITARLE ESE MERITO