Preservar el Jardín Botánico: alternativa responsable
- Por CARLOS McCOY
- Fecha: 23/07/2025
La historia y la naturaleza pueden convivir con el desarrollo urbano
El Jardín Botánico Nacional de Santo Domingo es mucho más que un simple espacio verde; es un refugio de biodiversidad, un pulmón para la ciudad y un legado invaluable para las futuras generaciones de la República Dominicana.
Ante los planes de mutilar parte de este santuario natural para favorecer la expansión de la Avenida República de Colombia, resulta fundamental reflexionar sobre nuestras prioridades como sociedad y considerar soluciones que preserven tanto el crecimiento urbano como nuestro patrimonio ambiental.
El Jardín Botánico no solo alberga cientos de especies endémicas y exóticas, sino que también ofrece un espacio de educación, relajación y encuentro para personas de todas las edades. Su contribución a la calidad del aire, la regulación del clima y el bienestar emocional de la ciudad es incalculable. Disminuir su extensión para dar paso a la infraestructura vial sería una pérdida irreversible, cuyas consecuencias sentiríamos por generaciones.

Desarrollo sí, pero con inteligencia y sensibilidad
No negamos la necesidad del desarrollo y la modernización de Santo Domingo. Las ciudades crecen, las demandas de movilidad aumentan, y la infraestructura debe adaptarse. Sin embargo, ¿es indispensable sacrificar uno de nuestros tesoros naturales para este fin? Existen alternativas responsables y visionarias que permiten conciliar ambos intereses.
La reubicación de construcciones: una solución viable
Proponemos que, en vez de mutilar el Jardín Botánico, las obras necesarias para la expansión de la Avenida República de Colombia sean reubicadas en el lado oeste de la vía. En el ala opuesto al botánico. Esta decisión no solo protegería el jardín, sino que también demostraría el compromiso de la ciudad con el desarrollo sustentable. Las construcciones existentes de lado oeste de la avenida, pueden reubicarse en el entorno del parque botánico en lugares que no se necesite tomar parte de este.

La historia nos ofrece un antecedente ilustrativo. En el1857 para concretar el proyecto de Central Park, la ciudad tomó la dura decisión de reubicar a la comunidad de la Villa Seneca, permitiendo así la creación de un espacio verde que hoy es símbolo mundial de equilibrio entre modernidad y naturaleza.
Si bien la reubicación de comunidades nunca es un asunto sencillo, con una planificación participativa y justa, Santo Domingo puede encontrar maneras de hacer compatibles las necesidades de expansión urbana con la conservación de su patrimonio natural. El ejemplo de la Villa Seneca demuestra que, aunque a veces las decisiones sean difíciles, el resultado puede beneficiar a toda la ciudadanía y convertirse en orgullo nacional.
Un llamado a la reflexión y la acción
El futuro de Santo Domingo depende de las decisiones que tomemos hoy. Apostemos por la creatividad, por alternativas inteligentes que integren el bienestar colectivo, la movilidad y el respeto a la naturaleza. No mutilar el Jardín Botánico, sino protegerlo y buscar soluciones innovadoras, será la muestra de una ciudad moderna, sensible y comprometida con su legado.
Preservemos el Jardín Botánico Nacional: porque el verdadero desarrollo es aquel que mira al futuro, mientras cuida sus raíces.

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Muy bien McCoy!