Polonia ha entrado en el fin de semana batiendo tres récords consecutivos de nuevos contagios diarios de COVID-19.
El Ejecutivo polaco ha endurecido las restricciones a la vida social y ha redoblado sus amenazas contra los infractores.
El sistema hospitalario está acercándose a su capacidad máxima y solo con mano firma, dicen desde el Gobierno, se puede evitar lo peor:
«Estamos a un paso de cruzar la frontera a partir de la cual no podremos curar adecuadamente a los pacientes, a nuestros ciudadanos. Debemos hacer todo lo posible para evitar ese escenario», explicaba el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, en una rueda de prensa.
Bélgica también ha impuesto nuevas restricciones y, como en Polonia, el incremento de los contagios se debe principalmente a la variante británica del coronavirus. Desde este sábado, los comercios no esenciales podrán permanecer abiertos, pero los clientes tendrán que reservar cita. Las escuelas cerrarán el próximo lunes y las peluquerías y salones de belleza no abrirán hasta el 25 de abril.
Portugal ha prolongado hasta finales de año el régimen que impone el teletrabajo obligatorio siempre que sea posible en los municipios con mayor riesgo .
Y España ha echado el candado regional para evitar los millones de desplazamientos internos que se producen anualmente durante la Semana Santa. Mientras tanto, prosiguen a un ritmo menor que el deseado las campañas de vacunaciones.
«variante británica obliga a endurecer las restricciones en países europeos» pero aquí les abren las puertas de par en par, al turismo del viejo continente.