OPINION: El ajedrez político II
Es altamente conocido el valor fundamental que todo contendor político o de guerra, le otorga a las tácticas y estrategias contenida en el juego de ajedrez, por los múltiples movimientos que la inteligencia aplicada con ingenio puede crear en una partida determinada.
Más que un juego o un deporte de desarrollo del intelecto, el ajedrez extrapolado a la política, jugado con paciencia y sagacidad permite sondear con alto grado de éxitos, todos los laberintos posibles que han de presentarse en una contienda.
De entrada, se hace necesaria una buena jugada de inicio, movimiento exploratorio e inteligente, que sirve a veces de señuelo entregando un peón, para conseguir la pieza clave del rompecabeza que facilite la fisura moral del reino que se pretende conquistar, forma inmediata de presentar cara al oponente y de desafío resuelto a los avatares crueles de la guerra que se avecina.
De manera que, si la jugada inicial es relevante para la guerra, la visión amplia tanto del campo propio como del contrario resulta sine-qua-non al momento de cabalgar en dirección a la toma definitiva del poder, aireando el vocablo exultante del *jaque mate* al rey que se acorrala.
La estrategia final de precisión cirujana, corona el trabajo arduo de sudor y lágrimas, de frialdad y energía agotadora del triunfador resultante del encuentro de titanes.
Este introito metafórico encaja perfectamente con la situación que últimamente están viviendo los partidos políticos en la Rep. Dom., después de las elecciones del 2020, dónde se viene presentando un acomodamiento de las placas tectónicas que inciden en el movimiento brusco o no de las masas o votantes de los partidos,
Las cuales al parecer en esta ocasión se autodirigen en busca de su propia identidad, ansias y anhelos ciudadanos y cuya inclinación determinaría quien sería el próximo presidente de La República.
Indudablemente que para las próximas elecciones con la consolidación de tres partidos mayoritarios con posibilidades reales de acceder al poder o en su defecto contribuir a la victoria de cualquiera de uno de los otros dos, cada organización se tendría que ver obligada a mover las fichas del tablero político con fino tacto y prudencia de seda, por la complejidad de las elecciones venideras donde todos son importantes y todos son necesarios.
Hoy día, ante el crecimiento exorbitante de las redes sociales, la fidelidad partidaria ya no es tan sólida y arraigada como hace décadas, el consumidor final (el votante) en la actualidad es una mezcla exigente y light a la vez, proclive a los temas de “tendencias nacionales” por muy nimios y baladíes que esos temas parezcan;
Estos nuevos electores son más crudos y certero en una u otra dirección, con tan solo presionar simples teclas de un aparato inteligente.
Es verdad, resulta contraproducente el poder que reside en un clic de esta enorme masa de electores, que contrasta con el deterioro progresivo del interés de la juventud por los temas políticos y sociales, resultante del individualismo precoz que producen las redes sociales.
Redes que además en muchos casos envilecen el intelecto y aíslan familias en un mismo techo, por aquello de que: “te alejan de quienes están cerca y te acercan de quienes están lejos”, lo que hace que la capacidad crítica de una gran mayoría sea casi nula.
Verifíquese que al no tener motivaciones de críticas por sí mismos, este segmento poblacional decisorio, se convierte en presa fácil de las buenas o malas influencias que a distancia puedan aparecer, así que los fenómenos inducidos como trampas estratégicas de ajedrecista, que algunos manipuladores inventan como fake news y lo hacen *tendencia* va a influir directamente en los éxitos o fracasos de un líder, de una organización o de una nación en términos electorales, de democracia y gobernabilidad.
En definitiva estamos en un escenario de tres fuerzas mayoritarias fuertes y aguerridas, lo que obliga a una a chocar con otra, pero respetando al tercero de su elección, previendo y dejando espacio de negociación con uno de los reyes del intrincado tablero de ajedrez,
para que en el caso muy probable de una segunda vuelta; llegar a acuerdos y quedarse con los peones, los alfiles, la torre, la reina y su rey, guardándolos a todos, por cuatros años, en una misma caja..!Entonces de nuevo comienza la partida!
JPM
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