Los liderazgos que paga el presupuesto
El proceso de desideologización de la clase política ha conllevado la falsa creencia de que los liderazgos se sustentan en dádivas y clientelismos.
Cada día observamos menos ideas, menos planteamientos, menos soluciones y en cambio más entrega de estufas, neveras, electrodomésticos de todo calibre y compra de conciencia, bajo el falso escolio de pensar que eso genera adeptos reales.
En mi provincia Montecristi es muy común la confusión de liderazgo con poder. Más aún porque quienes enarbolan el discurso de la supuesta solidaridad no tienen la cultura de dar a los más necesitados, exceptuando cuando están en posiciones y otorgan lo que no es de ellos.
Según Max Weber en su obra el Líder Carismático señala que: el líder es aquel que asciende al poder por métodos democráticos o es elegido porque muestra la calidad de experto que es en la materia que le compete.
Nótese que tanto Weber como otros autores no definen al líder como una persona impuesta con poder o autoridad (no moral) para tomar decisiones, o sea un funcionario no puede considerarse líder pues no es una decisión que emana de un proceso democrático, más bien es alguien que impuesto por quienes detentan el poder, se le otorga poder.
De su lado Bertrand de Jouvenel señala que: el poder (Macht) se define como “cualquier oportunidad en una relación social para imponer la voluntad de uno frente a la resistencia de otros, independientemente de qué de origen a esa oportunidad”.
Fíjense amigos lectores que el poder es la capacidad de imponer frente a la residencia de los demás, independientemente de si la decisión es correcta o no, es adecuada o no, es justa o no.
Por ejemplo, cuando el funcionario empapado del limpia saquismo, que da el mismo poder, decide entregar recursos, que no son de sus bolsillos, sino provenientes de los impuestos de la ciudadanía, éste no consultó a la población, no preguntó si eso está bien, pero los entrega.
El poder trae consigo (AD HOC) un grupo de hombres y mujeres, que carentes de personalidad propia rinden culto a quien ocupa la posición más alta dentro de la jerarquía gubernamental.
Por tanto, estas personas son del puesto no de quien está en el puesto.
Lamentablemente la mente humana es frágil y se deja engañar al grado que se confunde liderazgo con poder.
Al cabo de un tiempo o cuando el poder del lapicero de los decretos hace que se caiga en desgracia, la pared de la realidad choca con el vehículo lleno de humo que nubló la razón a los supuestos liderazgos que paga el presupuesto nacional.
jpm-am
fabian con relacion a tu provincia ahi no hay nada que buscar,se creen dioses,con tirarse una foto con un politico de sto dgo,creen que son lideres de verdad,a la ignorancia de un pueblo sin carretera,sin hospital, y con una escalera de madera se creen que se esta cambiando
fabian sanchez trata de expresar dotes filosóficos, trae por la graña concepto que solo se pueden aplicar a una sociedad pensante, no a una sociedad donde como dice en una parte de su trabajo se impone el tumba polvismo, recordemos que un diputados dijo que el poder no se desafía, que este era para usarlo, mientra se tenga líder de pacotilla de esa calaña no debemos ni en sueño en líderes reales, recordemos de «ese si es bueno», se aplica aquí.
fabián, somos culpables de los que permitimos., nos hemos convertido en intelectuales llorones y cobardes y analfabetos buenos para nada.