Transformaciones en la administración pública
En primer lugar, quiero agradecer al Contralor General de la República, Rafael Antonio Germosén, su amabilidad al hacerme parte de este Primer Congreso Nacional sobre “Gestión pública, riesgo y control”. Quiero felicitarlo a él y a todo el equipo de profesionales de la Contraloría General por esta excelente iniciativa. De la misma forma, agradezco la presencia de todos ustedes, representantes de los principales órganos rectores del sistema financiero y de control del Estado. He sido invitado, según dice el programa, para dar una conferencia magistral, sin embargo, creo que eso sería un poco exagerado de mi parte, especialmente frente a una audiencia de profesionales como ustedes. Más que eso, yo lo que quiero hoy es hacerles llegar la visión de éste gobierno acerca de la administración pública y la cultura de servicio. Dicho de otra forma, creo poder transmitirles los lineamientos que nos ha hecho llegar el Presidente y que él quisiera que cumplamos cada uno de los funcionarios que laboramos en la Administración Pública y que servimos a los dominicanos y dominicanas. Como saben, la República Dominicana está viviendo un gran proceso de transformación con el gobierno de Danilo Medina y ese cambio incluye también una transformación profunda en la forma de hacer las cosas al interior de la administración y, muy especialmente, el manejo responsable y transparente de los fondos públicos. La celebración de este Congreso que hoy nos reúne, es una prueba más de que estamos trabajando para hacer realidad ese gran cambio. Esta es la primera vez que un gobierno se plantea una iniciativa de este tipo, que ha logrado reunir a tantos servidores públicos con el único objetivo de ayudarnos a mejorar y fomentar, día a día, una gestión cada vez más transparente y eficiente. Señoras y señores, Durante años nos han hecho creer que existe una contradicción irresoluble entre eficiencia y transparencia. Se construyó un discurso según el cual hacer las cosas con transparencia y cumpliendo con los procesos, significaba lentitud y burocracia excesiva. Por el contrario, nos han dicho que para hacer las cosas de manera ágil, la “única forma” es pasar por alto algunos mecanismos legalmente establecidos. Pues bien, déjenme decirles que el objetivo de este gobierno es demostrar que esa contradicción sencillamente no existe. El mandato de Danilo Medina es, como todos ustedes saben, “hacer lo que nunca se ha hecho” y, en este ámbito eso significa mostrarle a los dominicanos y dominicanas que eficiencia y transparencia pueden y deben ir siempre de la mano. La buena gestión, la nueva forma de hacer las cosas, es aquella que hace posible que todos los procesos se realicen correctamente y a tiempo, para que la palabra de nuestro Presidente sea cumplida y los recursos del Estado se empleen, como es nuestra responsabilidad, en llevar bienestar y servicios de calidad al pueblo dominicano. Estamos avanzando y eso es innegable. Estamos en el camino correcto; pero también reconocemos que quedan muchas cosas por hacer. DIFICULTADES A pesar de los mecanismos que se han puesto en marcha para mejorar, aún tenemos dificultades, por ejemplo, con la puntualidad en los pagos. Y esa ineficiencia se transforma en costos más altos y en peores resultados. De la misma forma, debemos seguir esforzándonos para registrar todos los compromisos que llegan a nuestras dependencias desde el momento en que comienzan, no que el inicio sea cuando están ya en fase de pago. Para eso contamos con sistemas como el SIGEF, una herramienta para promover la eficiencia y control de la gestión pública que debemos actualizar permanentemente, para que nuestro trabajo sea más predecible. Esto, a su vez, nos permitirá eliminar barreras en los procesos y flujos contables y financieros del Estado. Es verdad, muchas de nuestras restricciones son presupuestarias. Todos sabemos que los recursos son limitados y hay que hacer grandes esfuerzos para que alcancen. Sin embargo, esa no puede ser nuestra excusa para permanecer con los brazos cruzados. Como dijo Einstein, la locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados distintos. Por tanto, si queremos hacer lo que nunca se ha hecho, debemos comenzar por cambiar nuestro día a día, por nosotros mismos. CAMBIAR CULTURA No podemos seguir amarrados a viejos atavismos. Tenemos que hacer el esfuerzo de cambiar hábitos, actitudes y métodos aprendidos desde hace mucho tiempo, para transformar y modernizar la cultura de la administración pública. Si, es verdad, escuchamos o decimos cosas como “hay que cambiar la cultura del servicio público” y nos pueden sonar como algo abstracto, algo que no nos toca a nosotros… Pero nada más lejos de la realidad. Todos conocemos bien la frase del Maestro Juan Bosch: “Quien no vive para servir no sirve para vivir”. En estas 9 palabras se resume la esencia de lo que debemos ser cada día en nuestro puesto. Ni más ni menos que lo que somos: Cada servidor público puede y debe ser un instrumento para la eficiencia y la transparencia. En cada tarea que realizamos podemos elegir. Y de nuestra elección dependerá parte del éxito o del fracaso de un proyecto. Aunque no veamos en nuestra labor diaria a la gente, aunque desde nuestra oficina parezca que “da igual”. No, amigos y amigas. No da igual. A nuestro Presidente, a este Gobierno no le da igual. Cada uno de nosotros es un eslabón en esa cadena que va desde el anuncio de un compromiso hasta su realización. Por eso no da igual. Porque la desidia y la ineficiencia también son formas de arrebatarle lo que es suyo a la familia dominicana. La decisión está en nuestras manos. Todos los días. En lo pequeño y en lo grande. Si decidimos relegar, complicar, obstaculizar o frenar estaremos siendo irresponsables, estaremos faltando a nuestro nombre de servidores públicos y “continuando lo que está mal”. Si, por el contrario, decidimos facilitar, agilizar, dialogar, contribuir, dar un poco más de nosotros mismos por el bien de todos, estaremos contribuyendo a hacer lo que nunca se ha hecho. Que es, precisamente, lo que quiere nuestro Presidente. Todos sabemos bien que en nuestro día a día tenemos siempre la posibilidad, dicho en buen dominicano, de “buscarle la vuelta” a lo que hacemos. Y eso lo podemos hacer de dos formas: para el lado del bien o para el lado del mal. Lamentablemente nunca faltan ejemplos de personas que emplean su inteligencia en hacer que los procesos pensados para la transparencia sirvan a intereses ilegítimos. Y esa es la peor forma de corrupción, si me permiten decirlo. La que se ampara en los buenos procesos para ocultar la mala voluntad. Ese lobo vestido de cordero es nuestro mayor enemigo y debemos combatirlo allá donde lo veamos. Yo les invito a hacer siempre lo contrario. A buscarle la vuelta a la manera de hacer las cosas, pero para el bien. A ser audaces para llegar a tiempo, aunque parezca imposible. Para echar una mano, aunque no nos corresponda. Para ponerle cariño a lo que hacemos. Y, sobre todo, para garantizar que las cosas no solo parezca que están bien hechas sino que, además, realmente estén bien hechas. Cada domingo, cuando acompañamos al Presidente a las visitas sorpresa le escucho decir en las comunidades que el dinero se lo va a prestar. Que no puede regalárselo, como ustedes saben, porque le pertenece al pueblo dominicano. ENORME RESPONSABILIDAD Pues bien, en esas palabras sencillas del Presidente se esconde un mensaje de enorme responsabilidad, que todos debemos tener siempre presente en nuestro quehacer diario. De nosotros depende que el dinero de los ciudadanos y ciudadanas se convierta en promesas cumplidas y en oportunidades, tal como nos solicita el Presidente en sus visitas. Debemos poner nuestro mayor esfuerzo en garantizar que esos fondos se utilizan correctamente. Y por eso es fundamental que todos comprendamos que los procesos de control no pueden nunca ser vistos como trabas o inconvenientes. Todo lo contrario. Cada uno de nosotros tiene que ser consciente de que la rendición de cuentas no es una muralla, si no un puente. Es un puente cada vez más sólido entre las instituciones y la ciudadanía. Un puente que se construye con la confianza y el respeto que nos ganamos cada vez que cumplimos con los compromisos y que hacemos las cosas bien. Hemos visto, por ejemplo, como el avance en la implementación de la Cuenta Única del Tesoro ha permitido eliminar 2,900 cuentas redundantes y promover la eficiencia y predictibilidad en el uso de los fondos. De la misma forma, la Ley de Compras y Contrataciones es cada vez más una herramienta para la dinamización de la economía y la creación de oportunidades, ahora también para los pequeños y medianos empresarios. Es nuestra responsabilidad, repito, posibilitar que cada proceso se lleve a cabo con fluidez y entender que nuestra función, grande o pequeña, puede hacer la diferencia. Aquí no hay espacio para la discrecionalidad ni para poner por encima de las normas los criterios individuales. Hay espacio para aprender a trabajar dentro de los procesos debidos, pero con audacia, pro actividad y eficacia. Queridos colegas, Desde su posición cada funcionario decidirá libremente cual será su actitud en el trabajo, por supuesto. Yo no estoy aquí para decirle a nadie cual es la mejor forma de hacer las cosas bien… Sin embargo, sí puedo hablar de mi propia experiencia. Puedo decirles que cada proyecto completado, cada meta alcanzada, cada promesa cumplida es, como dice nuestro Presidente, la mayor honra y satisfacción que he podido alcanzar. Personalmente, me siento honrado de pertenecer a este gobierno y de tener la oportunidad, cada día, de trabajar para hacer realidad los cambios que el pueblo dominicano merece y necesita. El mandato de Danilo Medina es, como todos ustedes saben, “hacer lo que nunca se ha hecho” y, en este ámbito eso significa mostrarle a los dominicanos y dominicanas que eficiencia y transparencia pueden y deben ir siempre de la mano. La buena gestión, la nueva forma de hacer las cosas, es aquella que hace posible que todos los procesos se realicen correctamente y a tiempo, para que la palabra de nuestro Presidente sea cumplida y los recursos del Estado se empleen, como es nuestra responsabilidad, en llevar bienestar y servicios de calidad al pueblo dominicano. Estamos avanzando y eso es innegable. Estamos en el camino correcto; pero también reconocemos que quedan muchas cosas por hacer. Lo estamos haciendo con la construcción de miles de escuelas en todo el país, con la puesta en marcha del 911 o con la ejecución de los proyectos fruto de las visitas sorpresa. De la misma forma vamos a hacerlo con la transformación integral que hemos iniciado en La Vega, cuyas primeras obras ya fueron sorteadas. Todos ellos realizados con procesos eficientes y transparentes. Cada promesa cumplida demuestra que, bajo el mandato de Danilo Medina, la palabra Gobierno puede ser sinónimo de eficiencia, de soluciones, de transparencia y de buena gestión. Ojalá cuando haya concluido este evento, cada uno de ustedes se vaya con la certeza de que ese cambio profundo en la gestión del Estado es posible. Ojalá, entre todos, logremos demostrar que el gobierno puede actuar con rigor y, al mismo tiempo, con la misma excelencia, o más, que cualquier empresa del sector privado. Y en este punto me gustaría darles como ejemplo el proyecto de La Cruz de Manzanillo. Hace más de un año que el señor Presidente visitó esta iniciativa, que nació como un proyecto agropecuario que nunca se desarrolló con el potencial que tenía. En los últimos 30 años solo generaba pérdidas para el Estado y más que un proyecto productivo se había convertido en un plan social. Apenas contaba con cinco mil tareas sembradas, tenía menos de 500 obreros y un pago mensual de poco más de un millón de pesos. A finales de 2014, tendremos ya 20 mil tareas sembradas con cerca de 3,000 empleados bien pagados y una nómina de aproximadamente 10 millones de pesos. Tras un año de trabajo, La Cruz de Manzanillo es ahora un proyecto eficiente en términos de productividad, rentabilidad y en gestión administrativa. Es, de hecho, como les decía antes, tan eficiente o más que cualquier proyecto del sector privado. Ojalá cada servidor público sienta que tiene en sus manos la capacidad de ser parte de esa transformación, de esa revolución silenciosa que ha hecho posible que los dominicanos y dominicanas confíen en su gobierno como nunca antes lo habían hecho. No defraudemos a los dominicanos y dominicanas, porque por largos años han estado esperando un Presidente como Danilo Medina, que pone a las personas en el centro de todas las políticas públicas o proyectos que emprende! Estoy seguro de que este encuentro que hoy nos reúne servirá para dotarnos a todos de las herramientas necesarias para seguir trabajando y cumpliendo con las promesas de nuestro Presidente. Gracias una vez más por invitarme a participar de este encuentro. Y vamos a seguir haciendo lo que nunca se ha hecho! Manos a la obra! (Discurso pronunciado en el acto inaugural en Punta Cana del Primer Congreso Nacional sobre Gestión Pública, Riesgo y Control, auspiciado por la Contraloría General de la República).