Si nuestro voto fuera el fruto de una profunda reflexión personal, más que un eslogan pegajoso, una musiquita contagiosa o una figura empática caminando sobre pasarela, los candidatos mejores, auténticos, convenientes y racionales, y con soluciones específicas a los problemas estructurales de su ciudad, cerrarían el paso a los candidatos fabricados artificialmente por el neuromarketing y la publicidad engañosa.

Pero la realidad es que, muchas veces, la decisión de votar se salta la valoración de los pros y los contras de los candidatos para dar paso a los efectos de la construcción de percepciones que se imponen sobre nuestra racionalidad y otras consideraciones.

De todo esto, se puede deducir que si se diera un debate claro y abierto sobre visiones y propuestas entre Carolina Mejía y Domingo Contreras, el candidato de la Alianza Opositora Rescate RD, sería sin lugar a dudas el seguro ganador, pues dejaría al descubierto la incapacidad, la superficialidad y banalidad de la candidata del Partido Revolucionario Moderno, la cual se vio forzada por su organización a aceptar la nominación a una alcaldía que ya no deseaba, simplemente porque esta le generaba dividendos políticos, y no soluciones a los problemas de los capitaleños.

En todas partes del mundo se entiende que los habitantes de la ciudad principal de un país son los ciudadanos más cultos, preparados e inteligentes. En ciertas formas, se considera que tienen el conocimiento y la sabiduría para tomar decisiones acertadas. Y este es el tipo de candidatos que nos merecemos y requerimos, y que no debieran ser sometidos a la degradante campaña electoral de compra y venta que exhibe en el actual proceso electoral el Partido Revolucionario Moderno.

Reflexión

Si los capitaleños hicieran un ejercicio de reflexión, análisis y comparación, mirando más el aporte de soluciones a los problemas de la ciudad, más el fondo que las apariencias, más el contenido que la forma; la visión, capacidad, gerencia, pasión y amor por la ciudad que las palabras vacías, las pasarelas y la publicidad truquera, el candidato de la Alianza Rescate RD, Domingo Contreras, tuviera el voto plebiscitario de los ciudadanos.

Si la corrección política, el dominio, la eficiencia y el conocimiento de lo que se va a hacer en el cargo fuera percibido como más trascendente que la simple exhibición en una pasarela, Domingo Contreras fuera el candidato imbatible.

Los capitaleños, tenemos la responsabilidad de predicar con el ejemplo y elegir líderes que estén calificados, y a la altura de la ciudad que nos enorgullece. Ejerzamos, pues, nuestro poder y hagamos oir nuestra voz votando por el candidato de la Alianza Rescate RD que, sí sabrá enfrentar con valentía y sapiencia los problemas de la ciudad que amamos.

Como capitaleños, tenemos la increíble oportunidad de dar forma a las políticas y decisiones que afectan directamente nuestra vida diaria. No basta con sentarse y quejarse del estado de nuestro gobierno local, sino de que nuestra ciudad refleje nuestros valores y principios como ciudad principal de la República.

Al votar por el candidato de la Alianza Rescate RD, Domingo Contreras, podemos marcar la diferencia real. Juntos, construyamos un futuro más fuerte, inclusivo, sostenible, y sin sobresaltos para todos. Juntos podemos hacerlo.

De modo, que resultaría una hipocresía política de la candidata del PRM pedir de nuevo el voto al ciudadano al que se cansó de servirle, frente a quien para ella es ya una tarea pesada, fastidiosa, irritante ser alcaldesa. Domingo, en cambio, no solo se ha preparado para servirle a su ciudad, sino que siente pasión y amor por servirle a su ciudad y a sus munícipes.

Domingo sabe y conoce la misión de servicio a la que va, y está a la altura de las responsabilidades urbanistas que entraña el ser el alcalde de la capital de la República Dominicana. Por eso, y por muchas razones más, los votantes del Distrito debieran darle la oportunidad de demostrar todo lo bueno que puede hacer por la capital que tanto ama y a la que quiere servirle de corazón.

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POR FELIX REYES

La palabra “progresista” ha sido utilizada para designar a un amplio espectro de corrientes políticas, desde moderadas hasta radicales, que se ubican a la izquierda del centro político.

En el pasado, este término tuvo connotaciones (mito del progreso) derivadas de su vinculación originaria con la filosofía racionalista del siglo XVIII y XIX. En el presente remite a corrientes políticas portadora de ideas, tales como equidad e inclusión, identificadas con lo que se hoy se denomina ideología “woke”, que promueve el cambio de actitudes e instituciones sociales y políticas.

En ese sentido, la identificación con posturas políticas progresistas implica, regularmente, asumir la defensa de grupos identificados como vulnerables, aquellos que resultan perjudicados por un orden que se pretende cambiar.

Uno de los grupos que en este tiempo es identificado como vulnerable es el de las personas migrantes; grupo cuya vulnerabilidad es causada, según estas corrientes progresistas, por un “injusto orden internacional capitalista” que impide a las naciones del denominado “Sur Global” poder desarrollarse y, en efecto,  satisfacer las expectativas de sus ciudadanos de tener una vida digna.

Para este fin, se crea un relato con impronta “progresista” de que las oleadas migratorias masivas hacia países desarrollados  (Estados Unidos y Europa) son justificadas, llegándose atribuir a la migración la categoría de derecho humano, lo cual implicaría, falazmente, que esos países tienen el deber de acoger a toda persona que ingrese a su territorio.

Como he indicado, las personas migrantes regularmente provienen de países del denominado “Sur Global”, el cual es un término  político acuñado convenientemente, en sustitución de los términos “Tercer mundo” y “países no alineados”, para sustentar la narrativa promovida por países como China, Rusia, India, Irán, replicada por  corrientes progresistas,  acerca de la necesidad de crear un nuevo orden mundial, a pesar de que  ideas políticas asociadas con el progresismo, como equidad e inclusión, están menos presentes en las políticas públicas de esos países.

Solo basta observar las restricciones a derechos fundamentales, tales como derechos a minorías religiosas en La India,  minorías étnicas en China, minorías sexuales en Rusia, derechos de las mujeres en Irán.

No es mi propósito desmeritar los discursos que destacan los aportes positivos de la migración a los Estados Unidos. De hecho,  en el caso de este país, existe consenso de que su gran desarrollo encuentra explicación en olas migratorias pasadas y que la solidez y resiliencia de los indicadores económicos del presente no serían posibles sin los aportes de recientes migraciones.

Debido a razones económicas y culturales, casi siempre los migrantes encuentran resistencia de la población no solo nativa, sino también de los migrantes ya con raíces, es decir, de aquellos que se han establecido por varias generaciones y se han integrado culturalmente.

La historia de Estados Unidos, en gran medida,  ha sido la historia de ese conflicto entre los migrantes ya establecidos y los migrantes recién llegados, como bien describe el cineasta Martin Scorsese en la película “Pandillas de New York” (2002), al recrear los enfrentamientos entre nativistas (descendientes de ingleses) y los recién llegados migrantes irlandeses a mediados del siglo XIX.

Ya hacia finales de ese mismo siglo XIX y comienzos del XX, los descendientes de migrantes irlandeses se unían a descendientes de ingleses para rechazar a recién llegados migrantes italianos y judíos provenientes del antiguo imperio ruso y de Polonia, entre otros.

Es natural que las personas descendientes de migrantes tiendan a integrarse a la sociedad donde migraron sus antepasados. En ese tenor, un efecto del proceso de integración de los descendientes de migrantes latinoamericanos a la sociedad norteamericana es que ha creado el sentido de pertenencia a la comunidad que los ha acogido. El descendiente de migrantes se reconoce como parte de la sociedad norteamericana y no como parte de la sociedad de la que provienen sus padres.

Por ello es que tiende a desaparecer el sentido de solidaridad de muchos hispanos de varias generaciones con los nuevos migrantes, lo que explica la tendencia que revelan recientes encuestas electorales en Estados Unidos, que muestran un crecimiento significativo de la simpatía de la población hispana hacia un político que, como el eventual candidato republicano Donald Trump, ha dado muestra fehaciente de desprecio hacia las naciones de donde provienen sus padres.

Para una parte importante del electorado hispano, conformada mayoritariamente, no por migrantes, sino por sus descendientes, las recientes olas migratorias a través de la frontera mexicana tienden a ser percibidas de manera similar que la de otras etnias ya integradas y, en consecuencia, tienden a rechazarlas.

A esta actitud de rechazo por parte de una fracción significativa de la población hispana hacia recientes oleadas migratorias desde países de donde provienen sus antepasados, contribuyen la torpeza en el manejo del control migratorio  por parte de la presente administración, la insensatez de sectores progresistas y las presiones de grupos pro-migratorios con influencia en el Partido Demócrata que procuran detener la implementación de todo tipo de control, así como la hábil línea política del Partido Republicano de aprovechar estas debilidades  en el control migratorio, asociándolo con el tema de la seguridad pública y convertirlos exitosamente en su principal tema de campaña.

El panorama electoral norteamericano aún no está despejado, pues todavía algunos factores pueden cambiar los resultados electorales en el mes de  noviembre. Sin embargo, temo que el manejo del tema migratorio y el rol del voto hispano serán decisivos en esas elecciones. No estoy seguro si todavía hay tiempo de que el Partido Demócrata recupere el nivel de apoyo tradicional del electorado hispano.

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POR RUDY CARDONA 

El crecimiento de las empresas actuales, independientemente de su tamaño, depende de la disponibilidad y exactitud de sus datos. No es de extrañar que muchas de estas estén adoptando sistemas de gestión de la información para almacenar, proteger, presentar y utilizar la información. Sin embargo, todas ellas siguen siendo vulnerables a grandes pérdidas por ciberataques.

En enero del presente año, la revista Forbes reportó que “el año pasado en la República Dominicana se presentaron: 7.6 ataques de malware por minuto, 962 ataques de ransomware, (secuestro de datos) 17 mil de troyanos bancarios y 2.2 millones de ataques de phishing; todos en el periodo de junio de 2022 a julio de 2023”.

En agosto de 2023, esta misma revista informó que Brasil, México, Colombia y Perú continúan siendo los principales objetivos de los ciberataques.

Piratas informáticos de todo el mundo se aprovechan de las vulnerabilidades de seguridad para tomar como rehenes los datos de empresas, gobiernos y organizaciones comerciales, a veces cobrando decenas de millones en extorsiones.

El país de Costa Rica fue atacado en 2021 por el grupo de hackers ruso Conti, conocido por los expertos en ciberseguridad como el mayor grupo de ransomware, “secuestro de datos” activo en ese momento, costándole al Gobierno un estimado de 180 millones de dólares en pérdidas.

En respuesta al alarmante aumento de los ciberataques, los gobiernos están dando prioridad a la necesidad de actuar de inmediato. Por ejemplo, Trinidad y Tobago ha adoptado una postura proactiva al introducir una iniciativa convincente para salvaguardar las empresas.

Al otorgar una exención fiscal de hasta 500.000 dólares TT, el gobierno pretende incentivar a las empresas a invertir en medidas sólidas de ciberseguridad.

A medida que seguimos descubriendo los grandes beneficios de la inteligencia artificial y el Big Data, (“las tres Vs” – volumen, velocidad, y variedad) las empresas y compañías se preparan con un sentido de urgencia para su inmediata adopción. Sin embargo, algunos lo consideran un «arma de doble filo» para el sector de la ciberseguridad.

Según Data Breach Tracker, incluso los piratas informáticos utilizan ahora herramientas basadas en IA para realizar ataques cada vez más sofisticados, por lo que los equipos de TI/seguridad tienen más dificultades que nunca para seguir el ritmo de los ciberdelincuentes.

Ante el aumento de los riesgos y amenazas cibernéticas, las empresas están reconociendo la importancia de contar con consultores informáticos que puedan brindar soluciones.

Por ejemplo, la alianza estratégica entre Plante Moran y Pervoje es un paso importante en la búsqueda de la excelencia en Ciberseguridad en la región del Caribe y Latinoamérica. Plante Moran, con experiencia en Auditoría, Contabilidad y TI, ha convertido la Ciberseguridad en una de sus principales prioridades.

Por su parte, Pervoje cuenta con una trayectoria impecable en el trabajo con Gobiernos y Empresas en el Caribe, así como una gestión de TI de clase mundial.

Esta colaboración permitirá a ambas empresas brindar consultoría especializada y contribuir a la mejora de la seguridad cibernética en la región. Al unir fuerzas, esta alianza presenta una potente oferta de ciberseguridad diseñada específicamente para fortalecer la protección de las empresas y los servicios gubernamentales en la región del Caribe.

Los piratas informáticos nunca se detienen. No todas las empresas tienen la capacidad de identificar y mitigar eficazmente los ciberataques antes de que causen daños a sus operaciones. De ahí el imperativo de que las empresas adopten una postura proactiva a la hora de protegerse contra las amenazas.

Mediante consultas y evaluaciones periódicas, las organizaciones pueden identificar vulnerabilidades, aplicar medidas de seguridad sólidas y mantenerse un paso por delante de posibles ciberataques.

acardona@keiseruniversity.edu

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