OPINION: El modelo económico

Hoy en día se escucha, se lee y se opina con frecuencia sobre la necesidad que tiene la República Dominicana de cambiar su modelo económico ya que el actual se considera que rindió precariamente su papel.

Los países siempre están buscando la mejor manera de gestionar sus economías. La mejora económica es especialmente imperiosa para muchos países pobres que buscan la senda que les lleve a las riquezas que ven a su alrededor.

La mayor parte del mundo está formada por países en vías de desarrollo, que tienen una renta per cápita relativamente baja. Estos países suelen mostrar un rápido crecimiento de la población, un bajo nivel de estudios y una elevada proporción de personas que viven y trabajan en la agricultura.

La clave del desarrollo reside en cuatro factores fundamentales conforme expresaba el reconocido economista Paul Samuelson (1996): en los recursos humanos, los recursos naturales, la formación de capital (nacional o importado) y la tecnología.

La población plantea problemas de crecimiento explosivo, ya que la predicción malthusiana de los rendimientos decrecimientos acecha a los países menos desarrollados. En los programas económicos constructivos, tienen una elevada prioridad la mejora de la salud, la educación y la formación técnica de la población.

Las tasas de formación de capital productivo son bajas en los países pobres debido a que las rentas son demasiado pequeñas para poder ahorrar para el futuro.

La financiación del crecimiento en los países más pobres siempre ha sido un eslabón inestable en el mecanismo productivo. La crisis de muchos países de renta media se debió a que pidieron grandes créditos para financiar ambiciosos programas de desarrollo, pero aún se persiste en seguir endeudándose sin tomar en cuenta las consecuencias negativas cuando el monto de la deuda se coloca en un nivel insostenible afectando las finanzas públicas y por ende la calidad de vida de los habitantes de un país.

La recesión económica de principios de los ochenta les dejó cuantiosas deudas, por lo que pudieron exportar lo suficiente para pagar los intereses y las importaciones acostumbradas.

El cambio tecnológico suele ir asociado a la inversión y la nueva maquinaria. Permite a los países en vías de desarrollo albergar grandes esperanzas, en la medida en que puedan adaptar las tecnologías más productivas de los países avanzados, lo cual requiere iniciativa empresarial.

Una de las tareas del desarrollo consiste en acelerar el crecimiento interno de la escasa iniciativa empresarial.

Hoy se enarbola un nuevo paradigma relativo a ser o no analfabeto en el presente siglo XXI. Se afirma que el verdadero analfabeto no es el que no sabe leer, sino el que no aprende por sí mismo, desaprende y vuelve aprender, de manera que se hace necesario que las estructuras productivas deben ser reinventadas por personas con capacidad de visión futuro y de adaptabilidad holística a la luz de los cambios de los nuevos tiempos.

No solo la información cambia rápidamente sino que todo en la vida está sujeto a cambios vertiginosos por lo que los humanos y con ellos los países deben variar la forma de hacer las cosas pues de lo contrario están condenados a mantenerse en el ostracismo (aislamiento o exclusión).

De ahí que los modelos económicos deben revisarse con miras a realizarles los ajustes o cambios de lugar a los fines de que los nuevos modelos les reporten los mejores resultados a los habitantes de una nación pues no tiene sentido el mantener durante mucho tiempo o durante toda la vida un modelo disfuncional que solo reporte beneficio a un solo sector social.

Es oportuno recordar que un modelo económico es una representación simplificada de la relación entre distintas variables que explican cómo opera la economía o un fenómeno en particular de ella. Es el caso de la variación del precio de un producto en un mercado específico.

También se puede decir, que un modelo económico es una descripción simplificada de la realidad, concebido para ofrecer hipótesis sobre conductas económicas que pueden comprobarse.

Una de sus características importantes es que su diseño es necesariamente subjetivo, ya que no existen mediciones objetivas de los resultados económicos.

En general, los modelos económicos pueden ser teóricos o empíricos. Los teóricos buscan implicaciones verificables sobre el comportamiento económico bajo el supuesto de que los agentes maximizan objetivos específicos sometiéndose a restricciones bien definidas en el modelo, es el caso del presupuesto de un agente.

Los modelos teóricos brindan respuestas cualitativas a determinadas preguntas, como las implicaciones de la información asimétrica, es el caso de cuando una parte en una transacción sabe más que la otra o la forma óptima de manejar las fallas de mercado.

En cambio, los modelos empíricos tratan de verificar las predicciones cualitativas de los modelos teóricos y transformarlas en resultados precisos y numéricos, ejemplo de un modelo teórico de los hábitos de consumo de un agente tendería a indicar una relación positiva entre gastos e ingresos.

La versión empírica de ese modelo trataría de asignar un valor numérico al monto medio en que se incrementan los gastos cuando aumentan los ingresos.

Los modelos económicos suelen constar de un conjunto de ecuaciones matemáticas que describen una teoría de comportamiento económico. Los modelos económicos pueden ser en la práctica muy sencillos: la demanda de naranjas, ejemplo, es inversamente proporcional al precio si el resto de factores influyentes no varían. Cuanto menos cuestan, mayor es su demanda. O pueden ser bastante complejos: algunos modelos para predecir el producto real de economía.

La economía moderna es una herramienta que se considera compleja. Su misión es asignar recursos limitados y distribuir el producto entre un gran número de agentes, en particular personas, empresas y gobiernos, teniendo en cuenta la posibilidad de que las acciones de cada agente pueden afectar directa o indirectamente a los demás.

Al asignar bienes y servicios, las economías emiten señales mensurables o medibles que apuntan a que la complejidad se rige por un orden. Es el caso de que el producto anual de las economías avanzadas oscila en torno a una tendencia ascendente.

También parece haber una relación negativa entre la inflación y la tasa de desempleo a corto plazo. En el otro extremo, los precios de las acciones parecen ser persistentemente imprevisible.

Los modelos económicos permiten estudiar fenómenos complejos y hacer predicciones acerca del comportamiento futuro de las variaciones. Dado que la realidad es muy compleja, el modelo se centra en capturar solo las variables más relevantes del fenómeno estudiado. Permitiendo, de este modo. Una mayor comprensión y simplicidad.

Los modelos económicos se basan en supuestos simplificadores acerca de la relación de las variables. Sus principales usos son: entender la relación entre las variables económicas (formular y comprender hipótesis), diagnosticar una situación o fenómeno en particular, predecir el comportamiento futuro de las variables y diseñar políticas económicas.

Entre las limitaciones que poseen los modelos económicos se resumen en que estos muchas veces no capturan todas las variables relevantes y por ende sus conclusiones son erróneas. Para determinar la calidad de un modelo, se debe determinar la calidad de la selección de las variables relevantes y lo apropiado de los supuestos que se utilicen.

Los modelos económicos tienden a fallar al margen de su grado de complejidad, ya que son aproximaciones subjetivas de la realidad cuyo fin es explicar los fenómenos observados.

Se deduce entonces que las predicciones del modelo deben ajustarse teniendo en cuenta la aleatoriedad de los datos subyacentes que se pretende explicar y la validez de las teorías de las que se derivan las ecuaciones.

De manera que en virtud de que ningún modelo económico puede describir perfectamente la realidad se debe afinar este a la luz de los cambios que hoy se viven y de los errores cometidos anteriormente.

Lo anterior debe realizarse bajo la óptica de que los modelos económicos no son exactos y no han sido capaces de resolver las anteriores crisis económicas y financieras que han surgido.

Por ello se hace imperante hoy en día que se revise, se ajuste o se cambie el actual modelo económico que prevalece en la República Dominicana, el cual ya da muestras de agotamiento o disfuncionalidad.

Para llevar a cabo lo anterior es menester eliminar las ecuaciones erróneas que las conforman dicho modelo e introducir aquellas que se compadezcan con la realidad de las necesidades reales que reclama el país, partiendo de hacer más efectiva la productividad a los fines de mejorar la competitividad de las exportaciones controlando o disminuyendo los costos y gastos de los procesos productivos.

of-am

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