OPINION: El imaginario social para la economía

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Ivanhote Ng Cortiñas

Hacer visible lo que algo a simple vista no lo es, constituye una tarea profesional y resulta más dificultosa para aquellas ramas del saber que están imposibilitadas por medios electrónicos o físicos de reproducir o ampliar el fenómeno observado. La economía es una de esas ciencias que no presenta esa ventaja competitiva para hacerle ver al público en general, de los hechos económicos que acontecen, calcula y analiza.

El avance que ha tenido la economía haciendo uso de la estadística y matemática, que le permiten construir modelos simplificado de la realidad, terminan siendo complejos -solo para la comprensión de algunos pocos-; mientras que, por otro lado, la materialidad económica, el ciudadano común la padece o disfruta a diario, sin disponer del más mínimo entendimiento de las variables que pueden adquirir el rol de causal o explicativa del evento económico sucedido.

La tarea de visibilizar la economía es de suma importancia y un desafío en pañal para los entendidos, esto pese a los miles de libros, artículos, explicaciones, estudios que se han escrito o dicho con frecuencia a través de los distintos medios de comunicación; opiniones que en innumerables casos producen el efecto contrario de complicar lo que se pretende aclarar, al punto que son muchos los ciudadanos que consideran que donde hay dos economistas hay tres o más juicios sobre un mismo hecho económico.

Los eventos económicos se complican aún más, cuando haciendo uso del imaginario social para la economía –basado en teorías, doctrinas, modelos y leyes- que inducen a profesionales o no, ha considerar  que los hechos por examinar sean interpretados bajo la lupa preconcebida; de ahí los descalicativos que unos y otros realizan acerca de las explicaciones que ofrecen para hacer visible lo oculto, incluyendo aquellos que la colectividad puede construir a partir de la imaginación como reflejo de la realidad económica que enfrenta.

La asunción de pensamientos preconcebidos para interpretar los eventos económicos, incluso haciendo uso de informaciones privilegiadas, como si fueran de propiedad privada, cuando en realidad son públicas, llevan a algunos a asumir una posición de  intolerancia intelectual, al considerar aberrante las construcciones que el imaginario social realiza acerca de la situación económica por la que puedan estar conviviendo.

Lo escrito con anterioridad explica cómo se ha constituido la forma de abordar e interpretar los acontecimientos económicos en la sociedad y ha sido el soporte a lo considerado como verdad absoluta; de manera que, muchos creen que solo bajo lo preconcebido se puede encarnar el conocimiento.

Haciendo uso del imaginario social afinado por Cornelius Castoriadis, podría ayudarnos a comprender más los fenómenos económicos descontaminados del prejuicio; de ahí que, apreciar la construcción de lo imaginario social para lo económico podría iniciarse desde la alternativa no determinada, que contribuya a desmontar la obsesión por la “racionalidad” que promueven los marcos teóricos económicos, al tiempo de aportar a la construcción de un conocimiento con racionalidad alternativa de las del tipo “espontaneo”, con características prácticas acerca de los hechos económicos de compresión y conocimiento social.

La construcción del imaginario social para la economía no despreciaría la imaginación colectiva, por el contrario la reivindicaría como una facultad propia e intrínseca de los seres humanos; de manera que la economía bien pudiera apoyarse y revitalizarse en el referido imaginario, edificándose con los entendimientos individuales y colectivos, como forma de hacer los hechos económicos invisibles, fenómenos visibles al ojo común del ciudadano.

El imaginario social para la economía podría ser una herramienta de uso potencial no descabellado, en cuanto a que las lazos sociales formales o no, puedan generar pensamientos y posterior conocimiento de la realidad económica y lo contrario, esto es, cómo el entendimiento colectivo podría terminar incidiendo en la conducta individual y social del consumo, el ahorro y la inversión.

La relevancia económica de utilizar el imaginario social que permita visibilizar y por esa vía comprender los hechos económicos, es un ejercicio de abstracción sin proponérselo que realizan los individuos, luego grupos sociales y hasta grandes sectores de la sociedad, de cómo perciben y explican los hechos económicos, para posteriormente permitirle inclinar sus decisiones.

Si con las teorías y modelos económicos solo se logra una representación parcial de los eventos, el imaginario social como herramienta puede ser de gran utilidad para complementar lo que la ciencia económica ha logrado, en particular para abordar temas y problemas cruciales, tales como el crecimiento económico, la escasez, la inflación, la inversión, entre otros.

El mayor nivel de entendimiento de los fenómenos económicos para los ciudadanos son los efectos, para el profesional la consecuencia no escapa a su compresión, como tampoco las causales que puedan estar asociadas a ellas. Cuando se publican las cifras oficiales sobre el desempeño de la economía, estas recogen lo acontecido después de consumado el hecho; en cambio, los ciudadanos aprovechan o padecen la economía en vivo y en el lugar de los hechos, no construyen modelos, representan la realidad a partir de su imaginario social.

La economía agregada puede o no crecer, como también la del ciudadano común, pero al final el consumo, ahorro o el dinero que pueda tener en sus bolsillos o en cuenta bancaria, es la que le dirá si la economía aumento. La explicación teórica de la economía debe repensar entonces lo que entiende por crecimiento, pues aunque el valor final del PIB sea más elevado, este solo será para unos cuantos, contraviniendo el objeto de la ciencia económica, satisfacer la mayor cantidad de necesidades humanas ante los recursos limitados.

Del mismo modo, cuando los números de la macroeconomía muestran que hay suficiente oferta de bienes y servicios, pero el ciudadano de a pie no encuentra lo que necesita para su consumo, pese a disponer de liquidez, entonces estamos frente a una insuficiencia de oferta, lo que se traduce en escasez; ahí otro desafío para construir una explicación que interprete y haga corresponder lo micro con lo macro.

Siguiendo la misma línea de aprovechar lo imaginario social para la economía, el tema de la inflación es también otro reto para la teoría económica, habida cuenta que en la medición de las encuestas los ciudadanos aprecian el tema de los precios como uno de sus principales problemas, muy a pesar que el nivel registrado en la tasa de inflación se encuentre incluso por debajo de la meta oficial.

En la misma línea de los precios, mientras los ciudadanos al adquirir su canasta básica a diario o semanal con sus precios correspondientes, ellos calculan en su imaginario social una tasa de inflación, que en la mayoría de los casos difiere de la realizada por la autoridad pública competente, representando este fenómeno otro desafío para la economía.

Como otra muestra de la importancia del imaginario social para la economía se puede mencionar a la inversión, pues aunque la data oficial indique que ha aumentado, la elevada franja de ciudadanos que no encuentran empleo en el mercado laboral formal durante mucho tiempo no considera la inversión en crecimiento.

Para los ciudadanos, la economía no se visibiliza a simple vista como le acontece a los que preparan las estadísticas oficiales, a los hacedores de políticas públicas o al grupo poblacional reducido que recibe la mayor parte de lo que se ha considerado crecimiento; dicho de otra forma, es como si existiera una economía y un conocimiento paralelo, de ahí que, los economistas tenemos el desafío de hacer uso de lo imaginario social a fin de hacer visible a la economía o bien incorporar la economía de la persona para que se vea reflejada en los datos oficiales de manera que lo represente.

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