No más cargas para RD (OPINION)

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El autor es abogado. Reside en Santo Domingo

La recién visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, señor Antony Blinken, a la República Dominicana nos deja un mensaje claro de hasta dónde ha podido influir Haití, a nivel internacional, en sus propósitos de que nuestro país cargue con sus problemas políticos, sociales y económicos que ha venido arrastrando por décadas.

Resultaría ingenuo pensar que dicha visita se circunscribió, única y exclusivamente, a los temas hechos públicos en la rueda de prensa celebrada luego de la reunión en privado con el Presidente Luis Abinader.

No es verdad que un funcionario de ese nivel vaya a desplazarse a Haití y República Dominicana, poniendo incluso en riesgo su integridad, sólo para tratar esos temas que hizo público, los cuales muy bien hubiese podido hacerlo mediante un simple comunicado, por la vía diplomática.

Haití

En una cosa hay que estar claro, y es que el propósito de esa visita era para gestionar acciones en favor de Haití, y más sacrificios para nuestro país.

La verdad es que la República Dominicana no puede seguir echándose encima la gran mayoría de los problemas haitianos. Ya con las cargas que tenemos es más que suficiente, por lo que no pueden los EEUU, a través de su emisario, Antony Blinken, pretender lo contrario.

La presión migratoria que se ha venido dando en nuestro país durante los últimos años está erosionando ya los servicios públicos, y a la vez,  generando motivos de inseguridad para los dominicanos, por lo que se torna necesario ya establecer mayores restricciones para la llegada de más indocumentados.

Debe llamar la atención el hecho de que en el ámbito escolar, ya alrededor de un siete por ciento de los inscriptos en las escuelas públicas son haitianos. Una gran cantidad de dominicanos se quedan fuera de las aulas, para dar cupos a los haitianos.

Se torna intolerable ya que en las consultas e internamientos en los hospitales públicos del país, el catorce por ciento sea de haitianos,  y en el área de la maternidad se llegue a más de un 34 por ciento.

Ningún sistema de salud, ni de educación del mundo puede soportar la presión que generan en el país los migrantes haitianos, en su mayoría indocumentados.

Igualmente, centenares de miles de dominicanos han sido desplazados de sus cargos por haitianos que venden sus fuerzas de trabajo de manera pírrica.

El gobierno debe asumir con mayor responsabilidad esta problemática que nos agobia, ordenando, quizás, el cierre total de la frontera por un buen tiempo, para evitar la llegada de nuevos haitianos y comenzar a deportar a todos los que están aquí de forma irregular.

En fin, la migración irregular haitiana casi desborda los servicios educativos, los hospitales y el ambiente de seguridad pública.

Blinken debe saber que la República Dominicana es un país libre y soberano, y en tal virtud, no puede seguir acatando órdenes «imperiales» que conlleven más sacrificios para nosotros.

En ese orden, la República Dominicana debe oponerse a la ubicación en el país de campamentos de refugiados, para traer haitianos que han sido trasladados de su zona de residencia, por los enfrentamientos de las pandillas.

La República Dominicana ha mostrado siempre un espíritu de solidaridad y generosidad hacia el vecino pueblo haitiano, pero la verdad es que ya no se soporta más presión en renglones básicos de nuestro desarrollo.

Lamentablemente, al gobierno se le ha ido de la mano esta problemática migratoria, y según las evidencias mostradas, no nos queda más que pensar, con su justa razón, que Haití nos ha tumbado el pulso.

jpm-am

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Frank De j
Frank De j
29 dias hace

si «haití nos ha tumbado el pulso»,como ud. dice,ha sido desde washington,desde la oea y desde la onu,además de que cuenta con el apoyo incondicional de miles de tramposas ong’s y el financiamiento de l paises ricos,interesados en los recursos naturales de ambas naciones y de paso compensar los malos tratos a que fueron sometidos los negros esclavos africanos en la parte oeste de la isla.

ni haití ni nadie podrá con el pueblo dominicano