Los vehículos no fallan: fallan los conductores

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El autor es periodista. Reside en Sabaneta

Es casi seguro que este artículo será leído por quienes menos provecho sacarán de él: adultos con capacidad de reflexión, conciencia ciudadana y razonamiento lógico. Personas que valoran la importancia de los demás y de la vida. Sin embargo, quienes realmente deberían leerlo —los que ponen en riesgo su existencia y la de los demás en la vía— difícilmente lo harán.

La imprudencia, el descuido, la confianza excesiva y el desamor por la vida son la combinación perfecta para un accidente. Lamentablemente, este llamado a la reflexión llegará principalmente a quienes ya comprenden el peligro, mientras que aquellos que viven al límite, creyendo que detenerse cinco segundos para ceder el paso significa el fin del mundo, seguirán sin escuchar. Como dice el dicho, la fiebre no está en la sábana.

Llevo años observando el comportamiento de los vehículos y sus conductores. He llegado a una conclusión simple pero contundente: los vehículos no fallan, fallan los conductores. Es el ser humano, con su exceso de confianza y su actitud prepotente, quien se convierte en el verdadero peligro en la carretera. Está el que cree saberlo todo, el que ostenta títulos y grados académicos como si eso lo hiciera inmune a los errores, el que ignora el mantenimiento básico de su vehículo hasta que este falle, con consecuencias fatales.

Errores humanos

Los accidentes de tránsito no son obra del destino; son errores humanos. Uno de los más comunes es la explosión de un neumático. Rara vez es una sorpresa; suele ser el resultado de no cambiarlo a tiempo, de ignorar su desgaste hasta que es demasiado tarde.

Las cifras hablan por sí solas. Según Diario Libre, entre 2020 y 2023, los accidentes de tránsito causaron 7,354 muertes, mientras que el Covid-19, con toda la atención mediática y las medidas de prevención, dejó un saldo de 4,384 fallecidos en el mismo período.

Por otro lado, según El Dinero, en 2022, las muertes por tipo de vehículo fueron:

Motocicletas: 1,670 fallecidos

Automóviles: 554 fallecidos

Autobuses: 63 fallecidos

Las cifras son alarmantes, pero siguen siendo solo números hasta que nos toca de cerca. Hasta que es un amigo, un familiar, o uno mismo.

El expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, dijo una vez a los jóvenes: “Hay que apreciar la vida, porque la vida se nos va”. Y es cierto, la vida se va en un segundo, en un instante de descuido, de imprudencia, de egoísmo al volante. Reflexionemos mientras todavía estamos a tiempo.

jpm-am

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