José Martí

EL AUTOR es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach.

Por ABUKARMA CABRERA
Fecha: 31/01/2020
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POR MAXIMO CAMINERO

En el año 1853, un 28 de enero, nació en la Habana, Cuba, José Julián Martí Pérez, mejor conocido como José Martí. Apóstol y alma de la nación cubana.

Surrealista, modernista, humanista. Intelectual de inagotable sutileza y de verbo encendido. Martí, para mí, lo más grande de América!

Solo por curiosidad diré, que cuarenta años antes el 26 de enero de 1813, nacía otro criollo hijo de españoles como Martí, Juan Pablo Duarte y Diez. Quien también se hizo apóstol y alma del pueblo dominicano. En ambos, existe el paralelismo de ser hombres de pensamientos profundos. Masones, quienes no dudaron en darlo todo y quedar en la miseria por el amor a sus pueblos.

Pensar que hay hombres que dan sus vidas por construir una patria y hay otros que solo saben destruirla. Aquellos la acarician y sienten un amor sincero. Los otros, la usan cual ramera, la azotan y luego la lanzan en brazos de cualquiera.

Los hombres vienen y van. Caminan brevemente por el mundo y luego vuelan hacia el Universo. Pocos nos dejan sus sueños evocados en palabras. Muy pocos consiguen darnos de su luz y solo los dotados de conocimiento nos dejan su alma. Martí dejó la suya y por todos lados esculca los corazones que laten con la pasión llamada.

“La única fuerza y la única verdad…es el amor”, podríamos preguntarnos hoy y mañana, cien años atrás o cien adelante y esta afirmación martiana no perderá vigencia ni razón. Si la vida tiene sentido, solo el amor la justifica.

Cual sería nuestro propósito si no sintiésemos amor? Cuando lo perdemos, entonces nos convertimos en la antítesis de la vida. Andamos maltratando a todos y nos volvemos seres despiadados capaces de hundir a los demás con tal de ganar privilegios.

Martí lo dio todo, su voz, sus pensamientos, su tiempo, su vida. Anduvo por todas partes de América. De Norte a Sur brindando de su sabiduría, sus alientos, su dignidad! Tocaba el alma de todo el que le conocía, todos le admiraban así tuviera …sus zapatos rotos.

Su empeño fue dejarnos la mayor claridad posible, es por esto que decía; “sed cultos, para que seáis libres” y lo generalizaba cuando afirmaba: “Un pueblo ignorante se hace servil, mas uno instruido siempre será libre.”

Yo soy un hombre sincero!, escribió una vez. Mas pocos le creyeron. Tendría que inmolarse en Dos Ríos, tuvo que crucificarse como Cristo para que su voz, sus palabras y sus pensamientos pudiesen encontrar los oídos que hoy los acogemos.

Cuanto amor hay en los hombres que trascienden en el tiempo. Aquellos que conocen las debilidades humanas, las envidias, los celos. Estos se anteponen a la gloria del momento porque además de saber lo breve del tiempo entienden que la luz se siembra como una cosecha que abundará en el latir de los siglos.

“Penas! Quién osa decir que tengo yo penas luego, después del rayo y del trueno tendré tiempo de sufrir. Yo sé de un pesar profundo, entre las penas sin nombre, la esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo.”

Llevar la carga de todos por tener el alma en la tierra, es casi un asunto santo. Mas Martí andaba muy por encima de las latitudes y gravedades que giran en los temores terrenales. Sabía que el alma trascendía en la eternidad.

Entendió esta vida con sabiduría profunda y nos legó en versos sencillos, arrullos de niños escondidos que cantan a las estrellas.

“Todo es hermoso y constante, Todo es música y razón, Y todo, como el diamante, Antes que luz es carbón.”

Qué somos? Seguro se preguntó muchas veces. Aquí encontró la respuesta y disimuladamente la comparte en uno de sus versos:

“Arpa soy, salterio soy, donde vibra el Universo: Vengo del sol, y al sol voy; Soy el amor; soy el verso!»

JPM

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