Imprescindible eliminar toda influencia externa sobre el Poder Judicial

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El autor es periodista. Reside en Santo Domingo.

En más de una ocasión he escrito  que el pensamiento de Juan Pablo
Duarte mantiene plena vigencia  y que si fuera tomado en cuenta para
el ejercicio  del gobierno, la situación en República Dominicana fuese
menos calamitosa. La doctrina política del acendrado patricio reúne
directrices para enfrentar  nuestros principales problemas.

“El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico…o no tendremos Patria y
por consiguiente ni libertad ni independencia nacional.” Esa frase es
un reclamo del fundador de la República Dominicana que amerita
atención. El Gobierno debe mostrar energía para enfrentar problemas
sociales, económicos o de la índole que fuesen. Pero con justicia.

La tradición política dominicana  exhibe una amplia colección de
gobiernos pasados de enérgicos, pero no justos. Nuestros gobernantes
han honrado a Duarte de palabra, en fiestas patrias, sin ir más allá
de lo estipulado por  el protocolo ceremonial. Su doctrina nada ha
interesado, y menos si refiere cómo escarmentar a los traidores.

¡Albricias! Ha aparecido un candidato presidencial que ve en las ideas
del ilustre padre de la Patria una guía adecuada para orientar una
obra de gobierno y conducir al pueblo dominicano hacia el necesario
sosiego y merecida felicidad. Me refiero al licenciado Luis Abinader,
del Partido Revolucionario Moderno.

El candidato del PRM  y otras fuerzas aliadas ha  asegurado  que el
mejor programa de gobierno para impulsar la  prosperidad de  nuestra
nación,  nos lo dejó el padre fundador, Juan Pablo Duarte, y citó  la
expresión: “El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico… o no
tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia
nacional”.

Abinader pronunció  un discurso profundo y claro ante un grupo de
personalidades que el pasado miércoles  declararon   apoyo a su
candidatura. Entre ellos los juristas José Enrique Hernández Machado,
Hipólito Herrera  Pellerano, Rafael Luciano Pichardo y  Ramón Horacio
González  Pérez. Basó su disertación en las palabras “justo  y
enérgico”.

Dijo que en esas palabras se sostienen las ideas del gobierno que se
propone  desarrollar.  “La justicia es dar a cada quien lo que es
debido,  y nos hemos propuesto que así sea, porque no es justo ofrecer
como dádiva a los ciudadanos lo que les pertenece por derecho”.  Ha de
ser  justo un gobierno apegado a los valores éticos y morales.

Para lograr una sociedad justa es imprescindible eliminar toda
influencia externa sobre el Poder Judicial. Abinader ha prometido un
ministerio público independiente, lo cual le ha ganado simpatía  en
quienes anhelan el adecentamiento de la administración de justicia. Lo
mejor que se puede esperar de un gobernante es que sea  justo y
enérgico.

rafaelperaltar@gmail.com

JPM
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