El movimiento cívico se desvanece

Resulta contrario a toda lógica que en un momento como el actual donde la imagen de deterioro del gobierno de el presidente Danilo Medina, ha alcanzado los niveles más altos de su gestión, el movimiento cívico marcha verde que surgió como necesidad producto de la incapacidad, desconfianza y falta de cohesión de la oposición política para enfrentar la problemática de la corrupción, impunidad y privación de justicia, haya entrado aparentemente en una etapa de reflujo o descenso.

Este movimiento que hasta este momento ha sido el convocante y organizador de las caminatas y movilizaciones más grandes realizadas en el país, como la histórica del 22 de enero, y en el que la sociedad se ha creado las expectativas de solución y freno al desorden y violación a la ley que se estila en las altas esferas del poder, ha comenzado a dar muestras de fatigas o cansancio, que es a lo que ha apostado el gobierno del Partido de La Liberación Dominicana.

El desaliento que se percibe en el ánimo de los que participan en las caminatas, está principalmente motivado en los resultados infructuosos en los tribunales con los sobornados por Odebrech, los cuales están absueltos por instrumentación deficientes de los expedientes, «estrategema» que ha sido usada en los casos más sonados de corrupción, lo que desmoraliza y llena de impotencia a los caminantes.

Toda esta comedia, todo este circo montado desde arriba que impide el castigo a los funcionarios que delinquen, es lo que está produciendo el desmayo que se percibe, y que podría terminar en abandono quitándole al pueblo la coyuntura y la posible desarticulación del movimiento que es considerado como el instrumento de lucha más idóneo para llevar al gobierno a negociar una salida a esta crisis, que podría ser la reforma a la ley.

Es indudable que para el país es imperiosa la necesidad de preservar la vigencia y fortalecimiento del movimiento que ha creado las esperanzas de que se pueda cambiar el camino errado.Los últimos hechos en lo que se destacan la desaparición de Pedro Alejandro Castillo ( Quirinito), y el secuestro y asesinato del abogado y catedrático Junior Ramirez, ha llenado de espanto a la sociedad y revelan el nivel de descomposición de las instituciones del estado. La  situación empeora y el desafío de marcha verde es cada ves mayor, lo que obliga a sus   dirigentes  a hacer un replanteo, definiendo las nuevas acciones y métodos de lucha con demandas y propuestas más ambiciosas.

Creo oportuno para terminar, hacer algunas estimaciones del rol que debe seguir jugando el movimiento cívico: lo primero es, que el movimiento debe mantener el carácter cívico y apartidista, pasar de movimiento cívico a partido político, es  absurdo, dado que está constituido por diferentes  sectores políticos y se crearía un despelote que sólo le convendría al Comité político del PLD. Lo segundo es, que las demandas deben de enfocarse primero en la reforma de la ley, luchar contra la corrupción y la impunidad con la ley actual ha sido un fracaso, por lo que tenemos centenares de casos de corrupción y no tenemos un sólo preso.
Todo esto es válido para la oposición política que está trabajando para las elecciones venideras, si no somos capaces de unirnos todos y mediante un esfuerzo lograr la reforma a la ley, en mayo del 2020 tendremos de nuevo el PLD gobernando y la oposición pataleando.