Difícil el pacto social
Sin un puñado de conquistas para los trabajadores y la clase media, no puede darse un verdadero pacto social. Llevando estos sectores la soga al cuello, nadie los puede tranquilizar y pedirle cooperación sin mejorar sus condiciones de vida.
El sector empresarial tiene que jugar un papel estelar en cualquier pacto social y movimiento de unidad nacional. Impulsa con sus manos la fuerza del dinero. El mundo de hoy es de interacción económica. No solo sirven las buenas intenciones, sino dar la mano al que necesita.
Tiene que darse la confluencia entre el partidismo y el sector empresarial para que se haga realidad un pacto social. En lo referente a los empresarios tienen que tomar medidas inmediatas para rehabilitar sus economías, en medio de esta emergencia.
Hay que tener presente que del millón de cesanteados cuando comenzó la situación de emergencia actual, ni siquiera el 20 por ciento ha retornado a sus antiguos empleos. La mayoría seguirá desempleado por largo rato. Las empresas donde laboraban o cerraron sus puertas, o están ejecutando a medias.
Es una realidad que no se puede obviar, pero aún y en medio de esta situación de emergencia, el que tiene, debe dar. Lo primero tiene que ser lograr una rebaja en el alto costo de la vida. La inflación está deprimiendo los salarios. Ir a un colmado de barrio es un dolor de cabeza, y en los supermercados cambian los precios por hora.
Siempre hemos abogado por un gran pacto social, pero si no se plantea una política de pleno empleo, mejorar los salarios y detener la creciente alza en los precios de los comestibles, se pierde el tiempo. Se hablará de unidad por los medios de comunicación, y lo demás será para los titulares de prensa.
Todos los sectores nacionales se tienen que comprometer en un pacto que busque mejorías sustanciales de los grupos mayoritarios. La agenda es amplia, pero se tiene que tomar en cuenta que un pacto social es para comenzar a trabajar, para dar los primeros pasos, y no para encontrar soluciones en un abrir y cerrar de ojos.
En el reflujo partidista actual, los grupos deben anteponer caprichos personales y pensar en el país. Lejos se está de la campaña electoral, por lo que es posible y necesaria la cooperación. No se está haciendo oposición, y todos duermen la siesta de la derrota electoral.
Se corre siempre el riesgo de que un llamado a pacto social unitario sea parte de una campaña política, y de tratar de atar las manos a la oposición. Sin embargo, los activistas políticos dominicanos ya tienen experiencias en estas lides y saben cómo actuar.
Lo cierto es que los grandes problemas que tienen el país no se pueden resolver en forma solitaria. Ni el gobernó, ni los empresarios, ni los partidos, ni los sindicalistas, tienen en sus manos la solución inmediata de las limitaciones sociales.. La unión es necesaria para la acción. Manos a la obra.
JPM

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