Atención urgente a quienes poseen las armas

En muchas ocasiones se han hecho propuestas para eliminar o controlar el uso y tenencia de armas de fuego, sobre todo cuando se destacan informaciones de asaltos, robos, asesinatos y un sinnúmero de acciones que atormentan gran parte de la ciudadanía; casi siempre, como repuesta a que ni el gobierno ni la sociedad han sido efectivos en encontrar las causas que motivan todos estos actos de violencia, ni mucho menos su solución. Con justa razón el amigo Procurador General de la República mostró preocupación por estos actos que alarman a todos, cuando habló del tema de las armas, pero habría que ponderar, si a lo que hay que ponerle freno por las vías que fueren necesarias, es al porte y tenencia, o al tráfico, trasiego, ventas, contrabando o a cualquier tipo de negocio de armas de manera ilegal, y a la vez estudiar mecanismos que impidan que cualquier persona pueda poseer armas, incluyendo a determinados militares o agentes. Es cierto que muchos de los asaltos, crímenes y abusos se realizan con armas de fuego, pero hay muchísimos civiles que por décadas poseen armas sin nunca haberse visto envuelto en acciones bélicas o delictivas. Quiere decir que el problema no solo lo constituyen las armas, sino quienes las poseen, pues probablemente la mayoría de los actos criminales que se han producido pertenecen a personas provistas de armas sin documentaciones o que no debieron tenerla jamás. Porque si bien se cometen acciones vandálicas, hasta para despojar alguien de un arma, si desarmamos a muchos ciudadanos que las poseen como medidas de prevención, en vez de aminorar el problema, podría estimularse, pues en realidad la fiebre no está en la sábana. Como no es fácil determinar cuantas armas están en manos de personas inescrupulosas, violentos, desaprensivos, sin plena conciencia de lo que significan los valores humanos, tampoco sería recomendable, de la noche a la mañana, adoptar medidas que deje a mucha gente desprotegida, pues se podría correr el riesgo de cometer errores, o que la medicina resulte peor que la enfermedad. Como ejempl cientos de constitucionalistas que durante la guerra de abril del 65 tuvieron acceso a armas de todo calibre, y que probablemente poseen alguna, difícilmente se pueda señalar uno de esos combatientes ligados a actos reñidos con la ley, mucho menos en actos de vandalismo. Lo mismo ocurre con miles de comerciantes, profesionales, empresarios, trabajadores, periodistas, empleados, exmilitares, agricultores, etc., que poseen armas de fuego como medidas de precaución, sin representar ningún peligro. Hay que ponerle atención urgente a quienes poseen las armas, como al tráfico ilegal, pero sobre todo a la creación de conciencia cívica. Estimular los valores morales; promover la solidaridad humana; crear ambiente de armonía familiar y fraternal. Pero lamentablemente los gobiernos, los sectores de poder ni los grupos que ellos auspician, les interesan. Lo consideran atrasado. Prefieren arrodillarle ante lo que deslumbra. Porque como dijo alguien: Eso no produce dinero, votos, status ni poder. tabasa1@hotmail.com

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