Repudio a los indiferentes

imagen
El autor es estudiante de Ciencias Políticas. Reside en Santo Domingo.

Este escrito, aunque podría parecer una extensión del pensamiento de Antonio Gramsci, no lo es completamente. En cambio, he reinterpretado el concepto de «indiferentes» al que hacía referencia el gran intelectual italiano del siglo XX, dándole un nuevo significado y contexto.
No hablo aquí de los ciudadanos que viven al margen de la política, de aquellos que «no toman partido» y prefieren mantenerse al margen de los asuntos de la ciudad. Mi crítica se dirige, en cambio, hacia quienes administran el Estado y, desde el poder, eligen ignorar las problemáticas reales que enfrenta la población.
 Estos gobernantes, en lugar de enfrentar con valentía los retos que demanda la sociedad, se entretienen en las banalidades del poder y utilizan los recursos públicos, no para mejorar la vida de la gente, sino para perpetuar su dominio.
Repudiamos a esos indiferentes que, teniendo a su alcance los recursos para combatir la miseria que aplasta a los vulnerables, optan por mirar hacia otro lado. Aquellos que, con descaro, burlan al pueblo en sus propias narices, empleando estrategias para mantenerlo ignorante, mientras ellos disfrutan del festín que proporciona el poder, repartiendo beneficios entre sus allegados.
Pongo como ejemplo a los ciudadanos que, con sacrificio, se levantan de sus camas a las cinco o seis de la mañana para cumplir con sus jornadas laborales, y que, tras largas horas de trabajo, aún a las siete de la nocheno han llegado a sus hogares, atrapados en interminables embotellamientos. Estos mismos ciudadanos, además, deben utilizar transportes en condiciones deplorables y, al llegar a sus barrios, enfrentarse al riesgo constante de un atraco, consecuencia directa de la inseguridad que los asfixia.
Mientras tanto, los indiferentes en el poder destinan 10 mil millones de pesos anuales solo en publicidad oficial, no para informar ni educar, sino para manipular la percepción pública mediante un arsenal mediático sostenido con el erario. Además, millones se dilapidan en alquileres de oficinas públicas que bien podrían ser construidas, pero como el dinero no es suyo, prefieren despilfarrarlo en lujos y banalidades.
A esos indiferentes, los repudiamos. Estamos seguros de que la historia los juzgará, y si no lo hace, el peso de sus propias conciencias, tarde o temprano, les exigirá cuentas. Y si esto tampoco ocurre, como nos enseña Dante en La Divina Comedia, su destino les aguardará en el lugar donde las almas enfrentan su verdad más profunda.
El rechazo a la indiferencia no es solo una cuestión de principios, sino un clamor urgente contra quienes desperdician el poder para el cual han sido investidos, dejando de lado el bienestar de aquellos a quienes deberían servir.
jpm-am
Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios