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Leonel y el PLD versus el PPH
Suponga que usted es Juez en nuestro Sistema Penal, donde son los jueces los que establecen la inocencia o culpabilidad de los imputados.
Ante su corte, llevan a un condenado fuera, se busca establecer sus vínculos y complicidades locales.
El convicto asegura, jura y perjura que le entregó dinero por protección a un hombre de Estado, pero resulta que ese fue quien le apresó, le extraditó y le confiscó sus bienes.
El acusado dice, al mismo tiempo, que otro ex hombre de Estado, sospechoso ante la sociedad, no tiene nada que ver con él, pero ese precisamente fue quien lo patrocinó como militar a la carrera.
Se sabe que el mismo ex gobernante se negó a cancelarlo del Ejército cuando le llevaron querellas sobre sus malas andanzas. En lugar de eso, lo ascendió a capitán, le hizo jefe regional de su campaña política y a menudo desayunaban y se retrataban juntos.
En tanto, que el jefe de la Fuerza Aérea en el mismo gobierno hizo una pista de aterrizaje en su propio pueblo y del hoy convicto ,en la Frontera, bajo pretexto nada válido.
Para colmo, el mismo hombre que dice no tener vínculos con ese régimen, tenía la fuerza para guardar su helicóptero personal al lado del que correspondía al entonces Presidente de la República, en el mismo hangar.
EL VEREDICTO
Ante estas evidencias, en vista de que el Código Penal en vigor exige que las decisiones judiciales estén debidamente fundadas en pruebas fehacientes, y no en la percepción del juez, ¿Cual es su veredicto magistrado? ¿Quien es el cómplice en este caso?
El francés Jean-François Gayraud, autor de El G-9 de las Mafias del Mundo, libro de referencia y consulta en la materia, establece claramente que el crimen organizado se apoya siempre en el poder político y tiene carácter geopolítico.
Por tanto, no es novedoso que se destapen relaciones intrincadas y estrechas entre autoridades a distintos niveles y hampones.
No obstante, es indiscutible que cada transacción criminal deja huellas indelebles que pueden ser ocultadas pero jamás borradas.
La vinculación de Quirino Ernesto Paulino con el PPH y su gobierno se refleja en múltiples aspectos, y hemos citado ya varios.
Incluso, da risa el empeño del convicto por disimular esos lazos, al tiempo que resalta que Virgilio Sierra Pérez, general jefe de la Fuerza Aérea de la República Dominicana en ese régimen, le conoce desde pequeño y para él es “mi hermano”.
Si se sostiene el alegato de Quirino, de que Sierra Pérez desconocía del todo sus actividades delictivas, y que “fue inocentemente” que llevó al presidente Hipólito Mejía a desayunar a su finca, entonces la conclusión es que este militar es un deficiente mental que nunca mereció llevar el uniforme, el rango y mucho menos el puesto.
Pero hay más, si algo deberá interesar a las autoridades internacionales que luchan contra el tráfico de sustancias, es el motivo para que el jefe del Ejército del Aire Dominicano se tomase la iniciativa unilateral de construir una pista de vuelos aledaña a la Frontera con Haití.
El libro de Gayraud fue uno de los documentos precursores en definir a Haití como un “narco-estado”, término inherente a países cuyas instituciones políticas están influenciadas de manera importante por el narcotráfico.
Resulta que no, de acuerdo a Quirino, lo que llevó a la construcción de esa pista de aterrizaje, en un lugar donde es totalmente innecesaria, fue el “sano interés de Sierra Pérez de ayudar al traslado por avioneta de cualquier habitante de Elías Piñas que necesitase atención médica de urgencia»·.
Lo que pasa en República Dominicana no se replica en ninguna otra parte.
Qué una mujer-estado, la ex vicepresidenta y ministra de Educación, Milagros Ortiz Bosch, valide con su presencia, en la cabina de radio Zeta 101.3, la intervención de un convicto, no creo que tenga precedentes internacionales.
Este señor dijo a los oídos de millones de jóvenes estudiantes dominicanos de escasos recursos que «en el narcotrafico, $200 millones son solo un menudito», y quien fuera titular de Educación no fue capaz de enmendarle la plana.
Imagine la influencia maligna que tuvo esa frase para los jóvenes que se esfuerzan por ayudar a progresar a sus familias al forjarse un futuro mediante los estudios.
Ortiz Bosch pudo muy bien precisar lo que pretendió a través de una nota aclaratoria, pero nunca debió entrar allí en esos momentos.
En lo adelante, determinados periodistas y relacionistas se inclinarán por acogerse a la nueva especialidad que se ha creado en esas aéreas: “organizar media tour para los acusados y convictos por ser exponentes del crimen organizado”
Y es que otros imputados, condenados y sus abogados querrán recurrir a igual oportunidad de utilizar los medios de comunicación para defender sus intereses mediante la a acusación a terceros, sin tener que presentar ninguna prueba, tal como se le permitió al Don.
FADUL .
Monchy Fadul se caracteriza porque sus declaraciones no son intelgientes, y en la presente coyuntura no fue diferente.
Lo que el ministro de Interior y Policía debió decir al país y el mundo es que todo el Partido de la Liberación Dominicana está de pie, firme en la defensa de su presidente y líder, Leonel Fernández Reyna.
Pero se le nubló la vista a Fadul, al proclamar que sería el Comité Político el organismo que asumiría la defensa de Leonel, soslayando que se trata del dirigente político de mayor gravitación, no solo a lo interno del PLD, sino en todo el país y mas allá.
Después de todo, los morados se sienten motivados a no barajar este pleito, que lo ven prohijado y atizado desde el PPH, ya que sobre la base de pruebas documentales que muestran quienes históricamente se han vinculado al narcotráfico, entienden que tienen todas la de ganar.
