Conservan violín y clarinete con que se tocó Himno Nacional
Santo Domingo.- El dominicano René Soler lleva la música en sus venas. Es nieto y biznieto de dos de los grandes músicos que tocaron por vez primera el Himno Nacional, entre ellos, Alfredo Máximo Soler.
Narró en el programa «Acción Matinal, de Supra Fm, que su abuelo escribió más de 300 obras musicales y tocó el primer violín que llegó en el barco de Cristóbal Colón, el cual conserva la familia Soler como una reliquia histórica.
Ese violín tiene más de 500 años, traído por nuestros antepasados cuando vino Colón, fue el concertino del Himno Nacional y está bien conservado por nuestra familia, reveló.
Alfredo Máximo Soler fue concertino, director de la Banda de Música del Ejército Nacional, banda que le correspondió tocar nuestro Himno Nacional.
También está intacto el clarinete usado para entonar el canto a la Patria, propiedad de su abuelo.
La bachata honra al bolero, se baila con decencia, es rica en melodía, expresó.
Niega que la bachata sea una distorsión, por el contrario, afirma que “la bachata es el bolero dominicano, cada quien tiene su forma; el dominicano se buscó una nueva forma de bailar el bolero”, el cual, asegura, “se bailaba con mala fe”.
La bachata ha sido la honra del bolero, porque se baila con decencia, se hace arte y gimnasia, tiene excelente melodía, indicó.
Revela que el compositor Juan Valdez es el más grande arreglista pero “no es reconocido por la clase artística como merece”.
Informa que el tenor Plácido Domingo le envía sus arreglos a Valdez, quien también trabaja para Juan Luis Guerra, Mily Quezada, así como también el propio hijo de Plácido.
Valdez es humilde y honrado, un pequeñito, pero es el mejor el mejor arreglista que tenemos, dijo.
Durante su recuento habló de la importancia de la voz, el sonido, la entonación y la calidad de las voces a nivel universal.
La emisión del sonido es la realización de una idea y una expresión del espíritu del alma, no del cuerpo, por eso cuando se canta y habla va junto la idea y sentimiento de lo que se expresa, argumentó.
Al referirse al canto destacó que se desarrolló en el centro sur de Italia. Desde su óptica “cualquier persona puede ser cantante, todas las voces son voces con diferentes timbres, tesitura”.
Para Soler, el canto es poesía o literatura, las dos cosas.