¿Quieres conocer la Verdad para ser realmente libre?
¿Es posible pensar que una persona, estando presa, tenga más libertad que muchas que no están presas? Eso suena contradictorio, de hecho, es una paradoja, porque la libertad es interpretada como la posibilidad de satisfacer deseos y demandas del cuerpo, incluyendo, movimiento.
Y eso es así, tener capacidad de movimiento y de hacer lo que quieras, siempre dentro de un ordenamiento jurídico que sirve de marco de referencia para la convivencia entre los seres humanos, es libertad.
También es libertad el poder elegir muchas cosas sobre tu vida y tu futuro, elegir un compañero o compañera, por ejemplo, religión, tipo de música que te gusta escuchar, la comida que te vas a comer, lo que vas a decir, cómo lo vas a decir, cuándo y a través de qué medio lo vas a decir.
Sin lugar a dudas, todo eso es libertad, sin embargo, aun teniendo la posibilidad de ejercer esa libertad que describimos anteriormente, cabe preguntarse: ¿realmente somos libres? Porque si bien eso es libertad, muchas personas que ejercen ese derecho, paradójicamente, no lo son.
Muchos de los que vivimos y ejercemos esa libertad de la que hablamos, ¿realmente somos libres o vivimos una libertad condicional permanente? Porque hay muchas formas sutiles de coartar esa libertad que nosotros asumimos como buena.
Por poner un ejemplo sencillo: todos tenemos la libertad de desayunar cada mañana, que además es un derecho humano, pero dentro de ese derecho, todos tenemos la libertad de elegir lo que queramos desayunar, sin embargo no todos pueden ejercer esa libertad.
Porque si se le ha negado ese derecho, sea de forma directa o indirecta, ya no se puede hablar de libertad, ni siquiera de desayunar, mucho menos de elegir qué desayunar. Y hay muchas formas de privar a las personas de derechos como ese y, consecuentemente, de la libertad que le otorga ese derecho.
De modo que, podemos enumerar muchos ejemplos de libertades que pueden ser coartadas cuando sutilmente se violan derechos que tienen los seres humanos; así están organizadas las sociedades, estructuradas de forma tal que, derechos fundamentales son violados ante la mirada indiferentes de las personas, y con esos derechos también son coartadas las libertades que los mismos otorgan.
Pero, se puede decir que ese tipo de organización es necesaria hasta que el ser humano sea realmente libre, porque de lo contrario, si la sociedad pudiera otorgarle al ser humano la capacidad de elegir satisfacer sin límites deseos y demandas del cuerpo, tendríamos entonces una sociedad caótica y autodestructiva.
Sin embargo, justificar que la sociedad niegue de manera indirecta o sutil ciertos derechos y libertades, sería inaceptable. Estos derechos y libertades son: vida, alimentación, salud, educación, vestido, techo, familia, culto, difusión del pensamiento, disentir y asociarse, por solo mencionar algunos.
Por eso es importante preguntarse: ¿Somos realmente libres? Si meditamos con profundidad sobre esta cuestión, nos daremos cuenta de que no somos realmente libres, y de que es posible que una persona recluida en una cárcel, sea más libre que nosotros.
Hubo alguien que dijo a aquellos que se consideraban libres: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8:31). Esa persona fue Jesús, y esa verdad a la que Él se refiere es una verdad que no depende de nada ni de nadie, por lo tanto, la libertad que se obtiene producto de conocerla, tampoco depende de nada ni de nadie, es una libertad sin condicionantes.
Pero ¿Qué verdad es esa que me puede hacer libre de esa manera? Esa verdad es la que llamamos verdad absoluta, invariable, eterna. Es absoluta porque trasciende el espacio-tiempo, por lo tanto trasciende la dimensión en que vivimos.
Es una verdad que no depende de las realidades, fenómenos y/o circunstancias que suceden en esta dimensión. Es una verdad eterna que abarca todo lo que conocemos y lo que no conocemos, es la Verdad absoluta.
Esa verdad absoluta es Dios, quien llega a conocerle, dice Jesús de Nazaret, conoce la libertad absoluta y se hace realmente libre. La libertad absoluta, en consecuencia, es aquella que no depende de ningún fenómeno ni realidad perteneciente a una dimensión donde todo es relativo, cambiante.
Para llegar a esa libertad, conocerla y vivirla, hay que conocer primero la verdad que es Dios. Yo quiero ser libre con esa libertad, por eso me he abocado a conocer esa Verdad por medio de la cual se llega a ella. ¿Quieres conocer la Verdad para ser realmente libre?

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Excelente, sin desperdicio, para reflexionanar y recapacitar.Dios te bendiga Cesas
Cuando sale tu «diosito» a dar la cara?. Porque es que siempre tienen que salir ustedes como cotorras?. CUAL ES EL MIEDO? A QUE LE TEMEN USTEDES?. PORQUE MEJOR EN VEZ DE VIVIR REPITIENDO COMO COTORRAS LOS CUENTOS NO PRESENTAN LA PRIMERA PRUEBA DEL TAL «DIOS»?
El que te creo a ti y Dio a su hijo por ti y por mi