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Indulgencia; primer acto de impunidad
La Indulgencia es un concepto de la teología católica estrechamente ligado a la noción del pecado, falta, penitencia y a la remisión del purgatorio. Ciertas consecuencias del pecado, como la pena temporal del mismo, puedan ser objeto de una remisión o indulgencia, que es una gracia concedida por determinados representantes de la Iglesia y bajo ciertas condiciones que otorgaba “La Curia”, tribunal de la corte del gobierno de la Iglesia Católica.
Los funcionarios encargados de la administración local de las curias eran nombrados por el gobierno central, quienes recibían las entregas de dinero del inculpado por la confesión de un delito violatorio a la ley, con lo que se obtenía el perdón y la libertad por la vía de la indulgencia.
Con el pago se compraba indulgencia. El dinero lo entregaba el imputado al encargado de la curia; de ahí, en nombre de “CURA” que, actualmente reciben los padres de la iglesia católica. Al imputado, aunque pidiera perdón, no se le absolvía del hecho cometido en sí mismo, sino que se le eximía de las penas que los fieles deberían purgar en la cárcel. ¡¡¡Este, fue el origen de la impunidad y la corrupción!!!
Impunidad, es “la inexistencia de hecho o de derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones, así como de responsabilidad civil administrativa, que escapa a toda investigación con miras a su imputación, detención y procesamiento».
Mientras que la corrupción consiste en el mal uso de los fondos públicos por parte de un funcionario y los derechos que se le confían, para el beneficio de un tercero, contrario a la ley, constituyendo la figura jurídica de la concusión. La corrupción es un mal social, político y económico, que afecta a todos los países.
En sociedades como la nuestra, la impunidad, es especialmente común, porque carecemos de tradición del imperio de la ley, sufriendo del mal de la corrupción política por un arraigado sistema de tutelaje político, donde el poder judicial nombrado por el gobierno es débil y las oligarquías empresariales, a través de la indulgencia, están protegidas por jurisdicciones especiales. La corrupción y la indulgencia afectan la correcta administración e impartición de justicia.
El presidente Luis Abinade declaró a la justicia como independiente a los fines que iniciara con toda libertad investigaciones y sometimiento a exfuncionarios señalados como corruptos, para que devuelvan lo robado que, hasta ese momento gozaban de impunidad absoluta. Varios expedientes fueron instrumentados por la “curia” (tribunal) por malversar los fondos del Estado en casos denominados Medusa, Pulpo, Calamar y otras especies de la fauna marina.
Hemos visto cómo imputados en la “operaciones de mariscos” que han pecado, entregando limosnas a la curia, para evitar la penitencia y ser remitido al purgatorio, perdonándose todas sus faltas; y en base a su arrepentimiento, acordaron devolver parte de lo robado, para lograr el perdón y el desistiendo de ser perseguirlo penalmente, gracia a la indulgencia y al criterio de oportunidad; es decir, que el tribunal no les perdonó la culpa, pero si, de remitirlos al purgatorio.
Procurar justicia, es la actividad que debe de realizar el Estado para garantizar el cumplimiento del marco legal y el respeto a los derechos de los ciudadanos mediante la investigación de los delitos y el ejercicio de la acción penal. De seguir aplicándose el “principio de oportunidad”, que es sinónimo de indulgencia e impunidad, nos preguntamos; ¿Estamos bajo ese principio, fomentado el aumento de la corrupción?
jpm-am