Elecciones en Bolivia: «Consummatum est»

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EL AUTOR es escritor. Reside en Nueva York

Después de pasar 33 años en la tierra cumpliendo a cabalidad la misión encomendada por su Padre de redimir a la humanidad de la mancha del pecado original, y ya cuando se encontraba en el Cólgota crucificado, exhausto y sin aliento, las últimas palabras   de Jesús El Nazareno mirando al cielo fueron: «Consummatum est». Literalmente, esta locución latina lo que significa en buen español es «consumado está» o «todo está cumplido». Fue la expresión más idónea que utilizó Jesucristo para decirle a su Padre que lo que El le había encomendado en la tierra, había sido cumplido conforme a su voluntad.

Por esa razón, he querido utilizar esta expresión bíblica y milenaria, para enmarcar un paralelismo, -naturalmente guardado la distancia- y utilizarla como punto de referencia para hacer entender que, en la tierra del Prócer Gral. José Miguel Lanza, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia acaba de violar todos los parámetros de la decencia de un proceso electoral al interrumpir el conteo de votos, sin ninguna justificación para ello, y luego decir que el porcentaje de votos computados favorecían al indio socialista y aspirante sempiterno a gobernar Juan Evo Morales Ayma. Con ello se quería dar a entender que era el virtual vencedor  de las recientes elecciones presidenciales de Bolivia. Así, ese órgano electoral cumplía con la voluntad y el deseo de Evo Morales «el eterno» para que su voluntad se impusiera a como diera lugar y por encima de la voluntad de un pueblo expresada con el voto.

En efecto, el pasado domingo 20 de octubre del año en curso se dio inicio a las elecciones presidenciales en Bolivia en donde el candidato  Juan Evo Morales Ayma, a pesar de haber sido rechazado con un «NO» en un referéndum el 21 de  febrero del 2016 con un 52.3 % de los votos para postularse a un cuarto período presidencial,  volvió al ruedo electoral luego que, en una nueva  burla  y una componenda de un Congreso sumiso y perteneciente al partido de presidente, aprobara el 28 de octubre de 2008  las modificaciones de la nueva Constitución para favorecerlo en sus aspiraciones, obviamente con marrullerías para imponer su decisión.

Posterior a ello, y en un hecho inaudito propio de trogloditas que se sirven de los parámetros de la democracia para torcerlos a su conveniencia, en el recién finalizado proceso electoral y  luego de haberse escrutado el 85% de las actas de votación, el conteo de los votos se suspendió alegando un supuesto «fallo en la web»  dado que, la proyección indicada que Evo Morales no iba a obtener el 50 % de la votación y que tampoco iba a superar una diferencia de un 10% como lo establece la Ley Electoral respecto a su más cercano contrincante,  el periodista Carlos Mesa candidato de la Comunidad Ciudadana (CC), lo que obligaría al actual gobernante medirse en una segunda vuelta en diciembre de este mismo año.

Una vez que fue reanudado el conteo después del «fallo de la web», se dio el «milagro socialista» y resultó que Juan Evo Morales Ayma resultó ganador del proceso al obtener la diferencia del 10% con el candidato Carlos Mesas que estaba en la segunda posición, lo que evitaba ir de nuevo a elecciones a finales de año. Expertos sobre temas de datas y elecciones, siempre han sostenido que, después de contabilizar las actas en más de un 60%, resulta muy difícil que una proyección electoral dada en las mesas contabilizadas, sea revertida y, mucho menos aún,  en un 85% como acaba de suceder en Bolivia.

Como podemos ver, estos socialistas de pacotillas que siempre viven reclamando respeto a las decisiones de los pueblos cuando les conviene, se olvidan de esas posturas falsas y oportunistas cuando las mismas situaciones se dan en sus fueros. Siempre he sostenido y así los hechos lo han demostrado que,  estos charlatanes del populismo izquierdistas son unos mentirosos e hipócritas, porque les reclaman a los demás gobiernos lo que ellos reniegan a sus gobernados o se niegan a reconocer  situaciones  políticas como la que acaba de ocurrir en Bolivia y cuando no les son favorables.

Los políticos o dirigentes socialistas viven siempre en una burbuja idealista que los mantiene totalmente desconectados de la realidad que les rodea. Disfrutan del poder como nadie, amasan una fortuna inimaginable, llevan desde el poder una vida placentera , no sufren necesidades algunas, adquieren notoriedad social y política que le infla su ego y, como disponen de un poder absoluto y autoritario, dan riendas suelta a sus resentimientos sociales reprimidos. Es por eso que le temen tanto dejar el poder y, sobre todo, verse de cara con la justicia para que respondan por sus desmanes, actos de corrupción, sus crímenes y sus vilezas.

Es por esa razón que, cuando sus gobiernos se ve amenazados, no temen en recurrir a lo que sea y aplastar a todo un pueblo que reclame tal y como lo han hecho en Cuba, Venezuela, Nicaragua y ahora en Bolivia. Las libertades, las promesas, las necesidades o cualquier reclamo a  ellos les importa un comino.

Esos mismos son los inmorales e hipócritas que llaman «fascistas o golpistas» aquellos que reclaman sus derechos o perciben que los mismos han sido vulnerados o de la misma manera, sus voluntades expresadas en las urnas han sido escamoteadas como ha sucedido en los procesos electorales de Venezuela, Nicaragua y ahora en Bolivia.

El que crea o piense en la honestidad o pulcritud de los comicios que se dan en los gobiernos totalitarios del populismo izquierdista como ha sucedido en Venezuela, Nicaragua y ahora en Bolivia, está totalmente desubicado de la realidad y no llega a comprender que, estos nuevos césares de la América Latina que se creen amos y señores de los pueblos, que piensan que ellos son imprescindibles,  tienen la misma mentalidad que tuvo el rey de Francia Luis XV, el cual en un máximo arrebato de suma grandeza exclamó: Aprés moi, le délugue («Después de mí, el diluvio») y que, por lo tanto, son incapaces de asimilar su rechazo por parte de un pueblo al estar sumergido en esa burbuja idealista de un  ego desproporcionado y dislocado.

Fruto de esa alteración de la voluntad popular expresada en las urnas por los hijos del cacique inca rebelde Túpac Katari,  actualmente en Bolivia se viven horas de angustias, agitación social y política,  huelgas en los diferentes departamentos de la nación, enfrentamientos entre la población y policías, una dislocación de los servicios básico y todo, por la ambición del antiguo pastor de ovejas en no asimilar ya su rechazo por parte del pueblo boliviano en dos ocasiones y desprenderse del lujo y el boato con el que ha desempeñado su puesto como servidor público.

Cuando uno ve la actuación y la conducta que asumen ciertos políticos y gobernantes, como los Ortega en Nicaragua, los Castros en Cuba, los Chávez y comparsas en Venezuela y los Evo en Bolivia, en su afán de sostenerse en el poder a como de lugar y en la mayoría de los casos, a sangre y fuego, nos viene a la memoria la frase certera de la escritora rusa Alisa Zinóvievna Rosembaum, mejor conocida en el mundo literario como Ayn Rand,  autora de las novelas «La rebelión de Atlas» y «El manantial» y precursora a la vez del «objetivismo» filosófico cuando dijo:

«La ambición de poder es una mala hierba que solo crece en el solar abandonado de una mente vacía»

JPM

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