Abren discotecas para niños de seis a doce años

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NUEVA YORK.- La música truena, la pista de baile está repleta y el bar se encuentra desbordado. Bienvenidos a una de las discotecas de moda en Nueva York y a una nueva generación de clientes, niños de seis años.
El VIP Room abre sus puertas a los chicos de seis a doce años los domingos por la tarde para ofrecerles una muestra del mundo de las discotecas, la música electrónica y el baile en el distrito de Meatpacking, uno de los más movidos de la ciudad.
Entre los que copan las tablas se encuentra DJ Alden, de ocho años. Los chicos mueven el esqueleto arriba y abajo al ritmo de la música, mientras sus orgullosas mamás se contonean o toman fotos desde el borde de la pista.
«¡Es asombroso!» dice Alden, hijo de uno de los organizadores y que pinchó discos durante un momento de la fiesta de cuatro horas con temática de Halloween. «Lo mejor fue cuando estuve en la sala del DJ, pasando música para todos», confiesa.
Un bailarín vestido de robot con lucecitas intermitentes en sus piernas, brazos, cabeza y torso, se sube a la plataforma para levantar a la multitud. Cuando empieza a lanzar hielo seco desde sus dos revólveres blancos, la masa se vuelve loca.
Los chicos gritan de alegría y alzan sus manos mientras el robot les muestra algunos pasos básicos y los hace seguir el ritmo.
Más de 300 personas, incluyendo padres y hermanos, asistieron a la «matiné» organizada por una pareja cuya compañía CirKiz abre discotecas de alta gama en Nueva York para los chicos una vez al mes.
«Me gusta. Mi hija lo está pasando bárbaro», comenta Laura Lampert, una secretaria de Harlem disfrazada con un vestido de leopardo y orejas de gato, señalando a la niña.
«Es muy divertido y es seguro para los chicos. Es durante el día», agrega.
Mientras los padres observan sentados en la barra con una cerveza o un vodka, los chicos pueden también ver cómo funciona la mesa del DJ, tocar sus equipos y animarse a mezclar.
Natalie Elizabeth Weiss es una de las personas a cargo de pinchar música en estas fiestas, que cree son una forma brillante de abrir jóvenes mentes.
«Es darles la oportunidad de volver a nuestras raíces como humanos, que es estar juntos y bailar», indicó a la AFP.
Weiss da clases de DJ a bebés de hasta apenas tres meses, una moda entre las familias modernas de Nueva York.
El interés por las discotecas para niños ha llegado hasta Corea del Sur, Berlín y Los Ángeles. Weiss tiene planeado dar clases especiales en Atlanta y Orlando, y vuela el mes próximo a Taiwán para iniciar un programa allí.
Pero las fiestas son invento de Jesse Sprague, un DJ que ha trabajado en el ambiente durante unos 20 años, y su esposa Jenny Song. «Tienen que venir a un lugar agradable, socializar con sus amigos, dejar a un lado la televisión y las tabletas electrónicas y experimentar algo que tiene mucha onda positiva», dice Sprague.
«Uno de los objetivos es inspirar a los chicos a seguir cosas que son artísticas. Tener a los chicos en un medio ambiente sensorial estimulante ayuda a desarrollar la mente creativa», señala.
La pareja tuvo la idea tras celebrar el primer cumpleaños de su hijo con una fiesta en la célebre discoteca Cielo de Nueva York. Sus amigos lo pasaron tan bien que les pidieron que convirtiesen la cuestión en un negocio.
Teniendo en cuenta la tierna edad de los «clientes», el volumen de la música es moderado, se verifica el contenido de las letras de las canciones y los juerguistas consumen mantecados en vez de cócteles.
jt/am

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