Zonas francas: la verdad detrás del «éxito» (OPINION)
El presidente de la República y su ministro de Industria y Comercio, en su reciente comparecencia ante los medios, presentaron un panorama del sector de las zonas francas como un gran éxito para la economía dominicana, destacando cifras millonarias de exportación y crecimiento.
Sin embargo, la realidad detrás de estas declaraciones sobrevaloradas dista mucho de ser tan favorable. Informaron de 8,052 millones de dólares en exportaciones generadas por las zonas francas, pero lo cierto es que apenas 2,250 millones corresponden a compras de insumos locales, mientras que unos 794 millones se destinan a lo que podríamos llamar “asalariados en condiciones laborales degradantes”.
Este gobierno, que dirige un Estado Social y Democrático de Derecho, alaba su «creatividad» por haber creado 78,492 nuevos “empleos” de paupérrima calidad, cuyo único objetivo es vender mano de obra barata.
Con el fin de impactar a los incautos, crean escenarios al estilo de Hollywood y así presentan sus “grandes logros”, destacando como “Hito Histórico” el aumento salarial del 41%.
Este aumento lleva a hombres y mujeres que salen de sus hogares desde el amanecer hasta el anochecer a cobrar un sueldo miserable de 16,700 pesos, que apenas cubre el 61% de la canasta familiar del quintil más bajo, y los técnicos un máximo de 28,000 pesos, apenas suficiente para suplir el valor de la canasta de las familias de más bajos ingresos.
Esto, que ellos venden como “éxito”, deja mucho que decir sobre el nivel de conciencia social de esta élite política y económica. A pesar de los magros beneficios económicos reales que generan las zonas francas para el país, el Estado dominicano otorga exenciones fiscales por un valor de 39,127.4 millones de pesos (652 millones de dólares). Este gasto representa una carga significativa para las arcas públicas sin un retorno equitativo en términos de desarrollo sostenible y bienestar social.
Idea errónea
Se pretende vender la idea errónea de que los productos con importación temporal que llegan a nuestras zonas francas para utilizar nuestra mano de obra barata son de origen local, cuando la realidad es que el único valor agregado nuestro es la suma de la compra de insumos y el monto salarial, que dan un total de 3,044 millones de dólares. Si a esto le rebajamos el gasto tributario (exenciones fiscales) por un monto de 652 millones de dólares, este sector, tan bendecido por esa élite política y económica, no supera los 2,392 millones de dólares de aporte real a la economía.
Muy distante de los 8,052 millones anunciados. La realidad es que el aporte de este sector, si lo comparamos con las remesas, apenas representa un 20% del aporte que envían nuestros compatriotas y asilados económicos que huyen de marginaciones tan indignantes y de la carencia de oportunidades que este modelo ajeno y adverso al espíritu de nuestra Carta Magna ha logrado implementar.
Es fundamental desmitificar la noción equivocada del «éxito» absoluto de las zonas francas en nuestra economía nacional. Detrás del discurso triunfalista se esconde una realidad marcada por salarios precarios, subsidios fiscales excesivos y una falta real de progreso económico sustentable.
Es responsabilidad nuestra, como sociedad, exigir transparencia y equidad en el tratamiento hacia quienes realmente sostienen este modelo productivo.
En el Frente Cívico y Social, jamás estaremos en contra de las inversiones que generen empleos dignos y transferencia de capacitación y conocimiento, pero debemos revisar el fracaso latente y cuestionar un modelo que comenzamos a implementar en la década de los 70.
Entendemos que si queremos ser libres debemos conocer la verdad y promover la transparencia y la honestidad en la presentación de datos económicos, políticos y sociales. Así construiremos y honraremos a Dios y a la Patria: “y conoceréis la verdad y la verdad os hará libre.”
jpm-am
isaias. lo que usted plantea es una verdad a medias. porque si bien es cierto que los salarios de la zona francas son muy bajos, también es cierto que el problema de este país es el desempleo y es mejor algo que nada. cada vez que se instala una industria y emplea 200 personas se le quita presión al gobierno además de los empleos indirectosaunque no le entre nada al fisco, el hecho de mitigar el desempleo resuelve un gran problema social.
mejor cerrar las zonas francas y mandar esos empleados a la indigencia o a la guerra ?
si tan solo aprovecháramos la tecnología y el conocimiento que dejan esas empresas, como hicieron los chinos y luego caminar solo. pero no eso hacemos.las exenciones superan el beneficio que dejan.