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Los contrastes de una coyuntura política-internacional
Parecería mentira que una recurrencia histórica-política-cultural –que siempre se quedó en el plano nacional- como la figura de la reelección, este generando tantos escarceos, turbulencias y repercusiones o resonancias a llandes los mares, lo cual es señal, inequívoca de que, entre derecho internacional, diplomacia y cabildeo hay mas colindancias de las que Joaquín Balaguer, nuestro maestro por excelencia en materia de histrionismo político, pudo sospechar aunque viviera y gobernara de espaldas al concierto de naciones; y solo de cuando en vez (de Cumbre en Cumbre), asomaba -con su alpiste discusivo y armadura de caudillo o déspota-ilustrado-.
Porque entre la carta de Menéndez –de colindancia nacional-minoritaria- y la reversa o reinterpretación de Almagro, hay más que un sutil desencaje hemisférico que refleja distintos fines y acomodamiento a una realidad geopolítica-fáctica (aspiraciones-hemisférica) que, y hace rato, borró del lenguaje diplomático –y de ciertas gendarmerías internacionales- los vocablos: soberanía, frontera, injerencia, constitución, legislación nacional y otros principios del derecho internacional, para establecer un supra-concepto de democracia y derecho internacional, si se quiere interpretativo, que igual puede ver democracia donde hay dictadura y viceversa. Y así, con ese rasero geopolítico-estratégico, proteger o derribar aliados u enemigos.
Y en esa espesura, es que algunos de nuestros duchos actores políticos nacionales se están perdiendo, unos por conveniencias coyunturales sin medir consecuencias; y otros, mas estratégicos, tratando de interpretar esos nuevos signos del gobernar y saber sobrevivir en conciencia plena de que los hechos, fríos y consumados, solo se variarían a fuerza de lógica-política, acuerdos o confrontación; pero siempre, entre triunfadores. Los derrotados o barridos, por no leer los nuevos signos, al Muros de los Lamentos…
Entonces, en el PLD es de orden fáctico saber leer e interpretar esos signos nuevos y no perder de vista el símil gráfico-exhaustivo de estos tiempos (El de la Historia).
Porque al fin y al cabo, lo de Menéndez, Sires, Almagro y el Balaguer, maestro-reeleccionista por antonomasia, quedarán como episodios de una misma novela universal: la lucha por el poder, la repartición geopolítica y una perspectiva política que se fue a la porra…!
Sin embargo, el Presidente “más buena paga” –como dijo el agricultor, Juan Antonio López- de República Dominicana –Danilo Medina-, solo ha dicho: “vamos a ver” y “está llegando el tiempo”, y lo cañonean sin piedad “Tirios y Troyanos”.
of-am
