Inflación…devaluación…y más inflación (OPINION)
POR MARCELINO LARA
Es el perverso círculo vicioso en el que ha caído la economía dominicana después de estar aplicando una política económica de demanda inducida a través del aumento exagerado del gasto público corriente, en detrimento del gasto de capital, y sustentado en más de 45 mil millones de dólares tomados prestados a organismos internacionales públicos y privados.
En las actuales circunstancias, no le será fácil a la economía dominicana salir de esa trampa, ni en el corto ni en el mediano plazo, ya que seguimos tomando prestados en dólares para pagar gastos corrientes.
Es una política económica insostenible en el tiempo porque el exagerado gasto público corriente genera inflación y la inflación genera devaluación y esta última genera más inflación. Ese círculo vicioso al final genera quiebra de medianos y pequeños negocios profundizando así la caída de la producción y el empleo.
Estamos pasando por un problema grave de eficiencia administrativa, en la que estamos haciendo uso de gran parte del presupuesto nacional más todos los recursos obtenidos a través de préstamos, para pagar la nómina pública, y los intereses de la pesada deuda pública interna y externa.
Ya los nuevos préstamos obtenidos no alcanzan ni para pagar los intereses de la enorme deuda acumulada.
La política económica de demanda inducida a través del aumento desmedido del gasto público corriente fue aplicada por primera vez hace ya más de 40 años. En esa ocasión se tomó un préstamo de 185 millones de dólares a bancos privados internacionales para pagar nómina pública.
Osadía
Esa osadía financiera fue la precursora del primer Acuerdo de ajuste económico con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el período 1982-1986. Toda nuestra generación recuerda cuales fueron las consecuencias de haber firmado dicho acuerdo.
Hoy día, más de 40 años después, estamos aplicando la misma política económica. En esta ocasión sustentada en más de 45 mil millones de dólares tomados prestados a organismos internacionales, que nos pasaremos casi 500 años pagándolos.
Si no tomamos medidas urgentes para reducir el dispendioso gasto público corriente las consecuencias serán peores a las que ya sufrimos hace más de 40 años atrás, cuando acudimos por primera vez al FMI buscando la disciplina económica que no fuimos capaces de implementar por sí solos.
Ojalá y no se repita la misma desagradable historia económica y sus horribles consecuencias.
jpm-am