OPINION: Salud, Economía e Iglesia en República Dominicana

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EL AUTOR es cardiólogo y catedrático universitario. Reside en Santo Domingo.

Con motivo de la efeméride conmemorativa de la independencia nacional, la Conferencia del Episcopado Dominicano ha publicado un extraordinario mensaje de elevado contenido ético y moral, bajo el título “Que la justicia y la paz se encuentren”. Enarbolando el lema“Amor y Solidaridad, camino de santidad”,en este singular documento la iglesia católica se compromete una vez más hacer suyas en el 2015 las necesidades de todos los dominicanos, y especialmente de los  más pobres de nuestro país, reclamando para tal fin una mayor inversión en favor de la educación, la salud y la seguridad social.

Un breve vistazo a nuestras cuentas nacionales, nos permite apreciar que de conformidad con las cifras del Banco Central de la RD, elPIB del año pasado alcanzó la cifrade 61 mil millones de dólares, elingreso per cápita se situó en 8,679 dólares, y la economía creció auna tasa de 7.3%, siendo ésta superior, por ejemplo, ala verificada en Costa Rica, cuyo PIB no superó los32 mil millones de dólares, segúnel informe técnico de 2013 del Banco Mundial.

En lo referente a la infraestructura hospitalaria y la disponibilidad de camas en nuestro país, procede considerar como bastante aceptableslos niveles alcanzados en estos dos renglones. Esto así, porque en el territorio existeuna red hospitalaria pública de 252 hospitales, 37 de ellos regionales, y un total de 214 consultorios destinados a satisfacer laatención primaria de toda la población de nuestra geografía.

Se dispone además de 2,985 centros médicos privados distribuidos en toda la extensión de la República,teniendo ésta una proporción de 15 médicos y 174 camas hospitalarias por cada 10,000 habitantes, según datos consignados en el informe técnico de 2013 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Siendo así, procede preguntarse:¿Cómo se explican las desigualdades en términos de salud registradas en la población dominicana?¿Por qué la economía crece mientras los niveles de pobreza aumentan? ¿Por qué si tenemos mayor número y más modernos centros hospitalarios, lastasas de mortalidad general y cardiovascular crecen de manera alarmante?

Simple y sencillamente, tal realidad respondefundamentalmente a quelos ingresos derivados del crecimiento económico que experimenta el país, fluyen en forma desproporcionada hacia los bolsillos de los segmentos más ricos de la población, aumentando de ese modo las grandes fortunasde los oligopolios, mientras los sectores más humildes siguen empobreciéndose cada vez más.

Esto corrobora la tesis formulada por el economista francés Tomas Piketty, según quien el exceso de riquezas tiende a generar el aumento de las desigualdades sociales. Talaseveraciónpuede explicar correctamentea su vez, las altas tasas de criminalidad y los inusitados niveles de delincuencia yde inseguridad ciudadana que vive nuestro el país, elementos que agudizan la problemática de la inseguridad jurídica prevaleciente.

Todo esto se va traduciendo  en un creciente conjunto de factores negativos que tienden a disminuircada vez más el flujo de  la inversión privada y la entrada de capitales, generando de tal modo un efecto en cadena que redunda en el aumento del desempleo, de la marginalidad y de la prevalencia del estado depobreza.

 El prestigioso economista dominicano Fernando Mangual,líder de la Confederación PROYECTA, en el informe técnico de la fundación FUNDED 2014,plantea que “el Estado primeramentedebe incentivar la producción y la productividad de la nación para estar en condiciones de generar los recursos que hacen falta invertir en los sectores sociales prioritarios como son la salud y la educación.

Mangual argumenta que en una primera etapa,los países desarrollados hicieron grandes inversiones en los sectores productivos, y que con los recursos logrados,pudieron entonces crear el “Estado de bienestar” que implica haber optimizado las condiciones en favor de salud y de la seguridad social de toda la población.Asegura también, que la educaciónes un gasto esencial que el Estado debe hacer en beneficio de la capacitación del recurso humano,para que se convierta en inversión cuando el mismo se refleje en el aumento de la producción y de la productividad.  Mientras que la salud,es la condición regeneradora que permite mantener los niveles de eficiencia de dicho recurso”.

El profesor Mangual afirma además, que “es incorrecto el modelo económico aplicado actualmente en la RD, puesto que las grandes inversiones realizadas en infraestructuras urbanas, no generan riquezas, por lo que es necesario redirigir esos recursos hacia los sectores productivos capaces de impactar en el progreso, a fin de elevar la calidad de vida de la población y reducir los índices de pobreza.” Mangual asegura que “la mayoría de los políticos dominicanos no formulan un diagnóstico correcto de los problemas sociales que padece el país, que desconocen sus soluciones, y que se esfuerzan al máximo para llegar a los puestos gubernamentales, pero no así para prepararse con el fin de ejercer un desempeño eficaz desde los mismos”.

En cuanto al rol estatal en el proceso de desarrollo, hace faltala acción de un Estado reguladorque sea capaz de controlar las ansias desenfrenadas de riquezade los grandes oligopolios. Que el juego justo y equilibrado de la oferta y la demandasea el mecanismo mediante el cual se establezcan los precios de los bienes y servicios que demanda la población dominicana.

La iglesia reconoce que se han dado pasos importantes para elevar el nivel educativo y la salud de nuestra gente.Sus obispos aseguran que un buen propósito que gradualmente ha comenzado a hacerse realidad, es el esfuerzo que viene haciendo el gobierno por mejorar la calidad de la educación y la salud.

Pero además hace falta avanzar positivamente en la gestión de los servicios de salud, en la atención primaria y en la asistencia hospitalaria, dotando a nuestros hospitales de más y mejores equipos e insumos. Se requieren más recursos para “universalizar” la seguridad social en nuestro país, como sucede en Inglaterra, Francia, España y Canadá.

La Confederación PROYECTA, a la cual honrosamente pertenecemos, plantea que debe aumentarse la inversión social en salud, asignándole el 10% del PIB en lugar del 2.82% invertido actualmente, quedicho sea de paso, es el más bajo de toda la región. Costa Rica, por ejemplo, destina el 10% del PIB a gastos de salud y EUA el 18%, siendo éste el más alto de la región.  Francia invierte el 12%, y Alemania y Canadá el 11%, mientras el Reino Unido asigna un 9.4% al sector salud.

En la actualidad solamente la mitad de la población dominicana dispone de cobertura de seguridad social. El 30% la ofrece el seguro público de salud (SENASA), que atiende a la población más pobre e indigente del país. Debemos repetir el slogan “La Saludnoesunnegocio”, hasta que  cale en la conciencia de toda la población incluyendo cada médico.

Es necesario mejorar y hacer más eficiente el Seguro Familiar de Salud, pues la población dominicana percibe tan solo leve mejoría en ese sentido con “Segurosquenoaseguran”. En este caso, debe quedar claro que la salud no puede estar secuestrada por los intereses empresariales y bancarios privados. También tendrán que definirse los límites estructurales del sistema de pensiones y jubilaciones en manos de los grandes intereses financieros, regulando la acumulación injusta por  los elevados rendimientos que obtienen las AFP.

La Iglesia está orando por todos y cada uno de los maestros y maestras que no escatiman esfuerzos para preparar sus tareas y llevar el manjar de la enseñanza a sus estudiantes. También por los médicos y enfermeras que aguantan trasnoches y se desvelan para asistir a la poblaciónpensando “primero en la salud de la gente”.

Hace falta que la “justicia y la pazse encuentren” enfavor de todos los dominicanos y en especial de los sectores más pobres y marginados del país. Que la tranquilidad resultante de las riquezas producidas por el  crecimiento económico, llegue a cada dominicano en cualquier rincón del país que se encuentre, porque sólo así habrá salud, vitalidad, gloria y paz en toda la República.

Según León-Dufour en Vocabulario de Teología Bíblica, Barcelona, Herder, 1972, la paz no se reduce a un mero bienestar material; sólo hay verdadera paz cuando andamos por el camino de la rectitud e integridad personal.

Con gran valentía, la Conferencia del Episcopado Dominicano ha expuesto los grandes problemas sociales del país, aportandofórmulas de soluciones paraalgunos de ellos, razón por la cual la Confederación PROYECTA felicita a la iglesia católica y todos sus obispos.

wilsonramirezd60@gmail.com

 

Fuentes: Banco Central RD, BID, BM, informe técnico 2013; ONE, informe técnico 2013. OPS/OMS, informe técnico 2013; Informe técnico de FUNDED y PROYECTA, 2014, Mangual Fernando.

 

 

 

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