Fusilar traidores

Desgraciadamente tengo que estar de acuerdo con eso de fusilamiento y muerte a los traidores, aunque esto luzca nunca ser bueno ni de caridad cristiana.

Tantas veces hemos perdido el rumbo porque algunos pocos, los malos, los traidores, han llevado a las masas por el camino errado, y esa actuación malévola a través de los siglos, se ha ido acumulando y nos ha llevado a nosotros y a tantos a donde hoy estamos.

La ley natural, la que aun practican los animales, les lleva a buscar su propio beneficio y el de sus hijos, pero solo dirigido a su bienestar día a día, sin acumulación, y por ese saciar el hambre se pelean, se roban el alimento y los perdedores hasta salen heridos, hambrientos y pueden morir.

El territorio es algo sagrado, no se permiten invasiones.  En cuyo caso hay pleitos y el que venza se queda con éste y con el harem de hembras en las especies que así viven, y hasta matan a los cachorros para eliminar la estirpe del rey vencido   Así es la naturaleza y así fuimos.  Hay que preguntarse si es mejor lo que hoy tenemos.

Traidor es aquel que va contra los mejores principios, intereses y bienestar de una comunidad y su territorio.

He creído desde hace tantos años y así lo he publicado múltiples veces, que nuestros males se deben a esos traidores.   Y son traidores aquellos que nacen o viven en un sitio y no lo ayudan a progresar, sino todo lo contrario, que juran defenderlo, que prometen el bien y hacen todo lo contrario.  Los gobernantes son los mejores ejemplos.  Con Trujillo se fueron los héroes que lo mataron, no los cómplices del régimen.

Para no remontarnos a las figuras clásicas y estereotipadas de nuestra historia, hablemos solo de los presentes.

Son traidores aquellos que roban a la nación, la desfalcan, la endeudan, los que llevan miseria al pueblo, los que hablan mentiras y son demagogos, los que falsifican medicinas y todo, dictan sentencias convenientes, los que matan por placer, por conveniencia o encargo, trafican con influencias, con droga y tratan y encubren traficantes, y que por su dinero sucio se inclinan reverentes ante ellos, le dan protección e inmunidad, aunque sepan que son entes diabólicos y malignos.

Traidores son los que le quitan la esperanza al pueblo, y les importa un comino el sufrimiento ajeno, pues ellos son peores. Los que violan los derechos humanos, los que nublan la trasparencia, también los que mandan meta mensajes con visitas no a enfermos del cuerpo y el abandonos, sino a capos y traidores, y se retratan orgullosos.

Tantas veces he oído de que se necesita una revolución, y estoy en desacuerdo, pues ahí sufren traidores, culpables y mucho los inocentes.  La patria se disminuye, su economía se paraliza y todos se empobrecen más.  El turismo y el comercio se detienen y la débil seguridad que aun tenemos se colapsa a manos de vándalos.

Esos periodistas huérfanos de poder político, ahora llamados traidores, cuyos nombres se han listado y publicado equivocadamente con malicia, aun cuando las palomas no puedan tirarle a las escopetas, deben seguirse cuidando.  Como en la lotto del rayadito debía rayarse arriba de sus nombres para que aparezcan los verdaderos traidores, esos que si deben ser fusilados, aunque se manejen disfrazados de supuestos prohombres y altos funcionarios.

Erradicarlos, y sería inapropiado y hasta honorifico hacerlo en plazas públicas, sino en la oscuridad, donde ellos se esconden, para que se desvanezcan sin pena ni gloria, ocasionando menos trauma a la sufrida patria.

Es conveniente que sean acompañados en esa limpieza por aquellos que medran del mal, los vociferantes, los de pensamientos simples y coludidos, obscuros y dañinos, de los que viven para medrar como hiedras.

Cuando un animal defiende su comida, sus hembras y su territorio, nadie los juzga no lo meten a la cárcel.  Viven en equilibrio constante, perenne y automático y eso es así por millones de años, a nuestro alrededor, y también en nuestro interior entre tantos millones de microbios con una matazón de millones por  segundo.

Aquellos que se arriesgan ante los más execrables de la sociedad al decir cuál es la ética, la moral, lo que manda la llamada ley de Dios y la justicia, que no piensan con las vísceras, esos son parte de la esperanza de la patria, por eso los envidian, los listan y señalan, pues lucen como estrellas y están a millones de años luz y les es imposible alcanzarlos.  Se sienten inseguros.

 

Monterrey, Méx.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *15/II/2015

 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
11 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios