VENEZUELA: Estrategia oposición tiene que estar dirigida a los cuarteles

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

    Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, se juramentó para otro período de 6 años después de haber sido declarado ganador por Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral, sin presentar actas y en medio de irregularidades denunciadas por los pocos organismos internacionales que fueron permitidos a observar el proceso comicial de ese país.

Entre esas entidades observadoras estuvo el Centro Carter, con un prestigio universal por haber participado en certámenes en más de cien países, el cual estableció que el torneo venezolano no cumplió con los estándares democráticos, dijo tener actas y denunció la farsa.

Todas las firmas encuestadoras que hicieron estudios de opinión antes del 28 de julio de 2024 daban ganador a Edmundo González Urrutia, el candidato opositor. Sin embargo, las actas presentadas por María Corina Machado, validadas por la comunidad internacional, porque son originales, dan un margen muy superior, porque de cada diez venezolanos que ejercieron el sufragio 7 lo hicieron en contra de Maduro. Inclusive la oposición barrió en los recintos militares, incluyendo a antiguos bastiones del chavismo.

La noche del 28 de julio el gobierno chavista denunció un sabotaje al centro de cómputos, pero de forma contradictoria se inventan porcentajes que, sin ofrecer detalles, dan “victoria” al candidato reeleccionista. El mundo entero demandó actas, incluyendo a gobernantes aliados a Maduro, pero este lo que hizo fue llevar el caso al Tribunal Supremo de Justicia, donde por anticipado se sabía que validarían la farsa electoral, mientras en las calles de Venezuela se practicaban apresamientos de opositores, personas asesinadas y heridas, secuestros y desapariciones, los cuales fueron denunciados por organismos internacionales que velan por el respeto de los derechos humanos.

Para Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y sus correligionarios todo el que se opone a la situación política prevaleciente en Venezuela es proimperialista y fascista, una forma de evadir un problema de carácter legal, que consiste en que la oposición ganó el torneo electoral.

Y por encima de que Edmundo González ganó y procede una transición pacífica, como suele hacerse en los países democráticos, este señor tuvo que salir huyendo al exilio, porque le prepararon un expediente para apresarlo por supuestamente ser un terrorista. Adicionalmente se le acusa de haber pertenecido a la CIA y asesinar sacerdotes en El Salvador. Cierto o no, el problema de Venezuela es legal.

Con esta experiencia venezolana y si el señor Maduro logra mantenerse en el poder, lo que algunos politólogos y expertos en asuntos internacionales dudan, es para que la oposición no participe en más procesos eleccionarios. Que busque el poder de la misma forma en que Maduro se ha mantenido en el mismo: a la fuerza.

EE.UU no está en eso

Sin embargo, el problema de la oposición venezolana radica en que todo el tiempo su esperanza ha estado cifrada en una intervención militar, pero Estados Unidos no está en eso, mucho menos Donald Trump, que tomará posesión el día 20, el cual ni siquiera recibió a Edmundo González en su reciente visita a Estados Unidos.

La estrategia de la oposición venezolana tiene que estar dirigida a los cuarteles, como hizo el doctor Peña Gómez en República Dominicana, cuando el profesor Juan Bosch fue derrocado y enviado al exilio.

Bosch ganó las elecciones del 20 de diciembre de 1962 con un 60%, pero siete meses después se violentó la Constitución de la República. Peña tejió desde la sombra y un año y medio después se produjo el conflicto bélico.

jpm-am

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