Los restos de doña Trina y Horacio Vásquez en Tamboril

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EL AUTOR es sociólogo y comunicador, Reside en Santo Domingo.

En reciente visita al dinámico y progresista municipio de Tamboril, provincia Santiago de los Caballeros, tuvimos el honor de conversar con el comunicador y fotógrafo Democles De León, considerado por sus compatriotas como “el más acucioso y conocedor de la historia de su comunidad” y quien mayor cantidad de valiosos documentos audiovisual guarda sobre la fundación y desarrollo sociocultural, económico y social preserva en torno al referido centro poblado cibaeño.

La interesante conversación fue corta pero sustanciosa y todo giró en torno a las figuras del presidente Horacio Vásquez y su esposa Trina Moya de Vásquez, cuyos restos descansan en el lateral derecho de Altar Mayor del Templo Católico San Rafael Arcángel, ubicado a pocos pasos del Parque Central de Tamboril, en donde por curiosidad estuvimos de visita.

Hola, ¿cuál es su nombre? – le expresamos al inquieto ciudadano.

Democles De León” – respondió de manera precisa y cortante

De León, en realidad, en esta iglesia veo que están los restos de Horacio Vásquez y doña Trina, cuéntenos algo sobre ese particular – le dijimos para iniciar formalmente el dialogo.

–“Bueno, tú sabes que Horacio Vásquez era de Moca y se mudó aquí, en Tamboril, con Trina de Moya. Doña Trina murió en Puerto Rico y Horacio Vásquez aquí.

«Horacio Vásquez ya ha sido movido dos veces, el cadáver, cuando se construyó la iglesia de madera a esta iglesia de concreto. Pero hace como cuatro o cinco años vino una familia, disque familia de él, consiguieron un permiso para exhumar los restos de Horacio Vásquez, pensando que había un tesoro, que había un cofre con mucho dinero, y vinieron unos patólogos de Santiago, y los sacaron a los dos (a Trina y Horacio). Entonces, se incomodaron porque no encontraron el tesoro que estaban buscando. Se llevaron un fémur de Horacio Vásquez, eeeh, una muela y también de Trina de Moya, y cabello también”, precisa Democles De León.

-Realmente, Democles, vienen muchas personas, aquí a la iglesia, a observar estas tumbas? –preguntamos.

– No tantas, no tantas, noooo, -expuso el expresivo entrevistado.

Inmediatamente se nos ocurrió preguntar: ¿A qué cree usted que se debe eso?

Rápidamente surgió en Democles De León una respuesta:

–“Desconocimiento, hay que darle más promoción, informar que eso está ahí”.

Escuchado lo anterior se nos ocurrió recordar que doña Trina es la autora de las letras del Himnos de las Madres Dominicanas, para de inmediato preguntar:

-Se le recuerda con frecuencia, acá, en Tamboril?

Democles piensa un poco y luego responde:

-“No, no, nooo..”

– Y por qué no..? Qué podríamos decir..?

-“Eso falta… vamos a tratar de luchar para que, en la fecha que ella murió o el día de las madres, se le haga el reconocimiento, una misa o algo así, el día de su fallecimiento. Eso estaría muy bueno…” – destaca Democles con palabras entrecortadas.

–Eso, actualmente, no se hace? – insistimos.

“Noooo”, dice De León.

–Entonces, la gente no se integra – subrayamos nosotros.

–“Nooo” – recibimos como respuesta.

–O no la convocan..? Volvimos a insistir sobre el tema.

–“No la convocan…” asegura Democles.

No la convocan, repetimos, para luego preguntar a nuestro expresivo entrevistado

– De León, en realidad hace falta, en Tamboril, como un busto que recuerde la figura don Horacio Vásquez y también de doña Trina, al margen de las lápidas que hay acá en el Templo Católico San Rafael Arcángel?

-El parque municipal, que hay aquí, donde estuvimos ahorita, se llama Trina de Moya y la avenida principal, se llama Horacio Vásquez, que ahí está la casa de Horacio Vásquez todavía.

-Ok, entonces, piensa Democles que, en Tamboril, hay que hacer más conciencia sobre la vida, los aportes de Horacio Vásquez a la República Dominicana, al igual que sobre su señora esposa, doña Trina, quien reposa al lado de algunos de los restos, según usted nos comenta, acá en la iglesia?

-Claro que sí, porque la historia hay que recordarla siempre porque que los niños que van subiendo y muchas personas ya mayores, no saben, una gran parte de la población de Tamboril y el país, desconocen que ellos están ahí y es bueno que todos lo sepan” – apuntó un tanto molesto Democles De León al final de nuestro interesante e inolvidable encuentro.

Así las cosas sólo nos quedó como colofón expresar la clásica expresión de gracia, bajo el compromiso de volver a juntarnos para seguir conociendo sobre la historia y vida cotidiana de la población de Tamboril. Y prometemos, sin duda alguna, será muy pronto…!!

Trifrolio@gmail.com
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Donato
Donato
12 dias hace

ojala y puedas escribir tambien sobre la ceiba centenaria de tamboril, pocos saben de ella.