El PRD adecuado, en tránsito de su modernización y crecimiento

El PRD es un sentimiento enraizado en cada espacio de familia, en cada rincón del país, me cuentan conspicuos dirigentes del PRM, que cuando visitan a dirigentes le hacen la salvedad “yo soy blanco”, “yo soy del PRD”, en una clara e inequívoca advertencia de su irrenunciable militancia perredeista.

Y es qué intuyen, saben, la separación de los perredeistas no fue ideológica ni por grandes diferencias políticas, no, fue una resistencia al cambio, a dar paso a la modernización y adecuación a los nuevos tiempos, al relevo, a abrir al partido a la sociedad, a líderes nuevos.

Miguel Vargas decidió iniciar ese tránsito al costo de lo que sea, era una manera de evitar que el PRD anquilosara en las diatribas, las disputas, la falta de propuestas de cambio interno, para así poder plantear cambios hacia fuera, a los ciudadanos.

Desde hace tiempo, el PRD liderado por Miguel Vargas, se ha visto en un proceso de renovada discusión, de búsqueda y aplicación de fórmulas democráticas, de nuevos integrantes de la sociedad civil, de otros partidos, de jóvenes y mujeres que son representativas y aglutinadoras de los distintos actores de la sociedad.

Sin hacerle caso a las críticas, ni a la actitud de sus destructores de siempre, ha transitado el partido blanco un proceso de adecuación y crecimiento. No importa que las manipuladas encuestas lo quieran reducir, el trabajo, la realidad se impone en el pueblo, los ciudadanos y los diferentes sectores nacionales.

Miguel Vargas, certero, inteligente, entendió con claridad de que con una democracia cada vez más madura, los nuevos desafíos del PRD se refieren a la generación de acuerdos y consensos que permitan perfeccionar, modernizar y reformar el espectro político y electoral de la nación.

Como única vía de en estos tiempos modernos cumplir el rol fundamental en la representación de intereses los partidos políticos.

La democracia es un sistema para regular el conflicto político.

Y es que el desafío de hoy en día no es sólo implementar un sistema político con elecciones libres, derechos civiles para la población, garantías de expresión y de reunión, sistema judicial independiente y el imperio de la ley, también se requieren instituciones políticas que puedan funcionar, canalizando las divisiones naturales de cualquier sociedad en forma pacífica y produciendo políticas públicas que respondan a las necesidades de la nación. Y el PRD de la mano de Miguel Vargas lo sabe y lo aplica.

De ninguna manera el PRD podía quedarse estancado, petrificado en el tiempo, con los mismos dirigentes gravitando en los puestos, los repartos de poder y en las aplicaciones de las políticas públicas.

Porque los cambios vertiginosos que están ocurriendo a nivel global, incluyendo cambios estructurales en la economía, profundos avances tecnológicos, transformaciones en la sociedad y la cultura, empujan a que los partidos se adecuen, se modernicen. Y Miguel Vargas así lo entendió.

Hoy el PRD está en su mejor momento, adecuado electoralmente, transformados internamente, abierto a los líderes sociales, comunitarios, jóvenes, empresarios, dirigentes de otros partidos, porque ven que es la organización con mayores posibilidades y de canalización de sus inquietudes políticas.

Celebrando exitosamente las reuniones regionales de todo el país, evaluando, planificando, orientando, porque como dice el líder del PRD, Miguel Vargas, el partido blanco o es gobierno o decide de manera definitoria las elecciones en el 2020.

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