Celebran Gala de Mujeres Ejemplares del Deporte

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El ministro Danilo Díaz, el presidente del COD Luís Mejía Teresa Durán detrás de Cristina Francisco (en silla de ruedas), junto a las homenajeadas en la Gala de Mujeres Ejemplares del Deporte organizada por el Ministerio de Deportes y Recración.

SANTO DOMINGO.- En un marco de música, músicos y canciones, aplausos en respaldo de logros y emociones e imágines primigenias del deporte femenino, transcurrió la primera “Gala de Mujeres Ejemplares del Deporte” que homenajeó a 16 damas y que el ministro de Deportes Danilo Díaz anunció su institucionalización: será efectuada todos los años por siempre habrá motivos.

 

En un auditorio del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano repleto, devenido en regio escenario, con mujeres en mayoría, bien organizado y decorado por mujeres, y una frase que marcó la velada: “Solas invisibles, juntas invencibles”, que la inmortal del baloncesto Teresa Durán sacó de la chistera en su brevísimo discurso de bienvenida, como directora de la Oficina de Género del Ministerio de Deportes y Recreación (Miderec), que organizó todo. ¿El motivo? Por el festejo el próximo miércoles 8 del Día Internacional de la Mujer.

 

En un preámbulo con la violinista Paola Ventura y el saxofonista Gelvin Paulino sobre el fondo musical de la versión instrumental “Oye” (lo canta Belloncé) y unas imágenes en pantalla de primeros momentos y logros del deporte femenino, como la del primer equipo de baloncesto de mujeres, Club Atlético Cibao, de Santiago. En una maestría de primera, Patricia Pimentel detalló los logros como deportistas, madres, esposas y profesionales… de las 16 reconocidas.

 

Una por una desfilaron recibiendo aplausos y el trofeo contentivo del reconocimiento que tuvo su momento más alto cuando correspondió a el turno Cristina Francisco, la que a los 9 años, una bala perdida alojada en su espalda le cambió la vida. En silla de ruedas se dedicó al atletismo paralímpico y no se detuvo organizando fundaciones y entidades en apoyo a los que padecen discapacidades.

 

A ellas las premiaron el ministro Díaz, Teresa Durán, el presidente del  Comité Olímpico Dominicano Luis Mejía y la ministra de la Mujer, Jeannette Camilo y la presencia de numerosas diputadas, inmortales del deporte, atletas y familiares.

 

Primero fue la judoka Dulce María Piña, ganadora de medallas en múltiples eventos y también involucró a sus tres hijos, aparte de que como dirigente, fue presidenta de la  federación de su disciplina. Siguió la ingeniero industrial y primera subcampeona mundial de taekwon-do y medalla de Oro en los Panamericanos 2003, Gina María Ruiz. La gimnasta, directora técnica en Juegos Centroamericanos y del Caribe y coreógrafa de primera categoría, Belkis Gallardo.

 

Joelle Schad, tenista, única atleta femenina del país en los Juegos Olímpico de Atlanta’96, primera medalla de plata en Juegos Panamericanos, en La Habana’91, medallista múltiple y capitana del equipo femenino; Blanca Iris Alejo, tenimesista de 24 años en la selección nacional, numerosas medallas en Juegos y Campeonatos de Centroamérica y del Caribe; Altagracia Zapata, inmortal en softbol, extraordinaria en baloncesto que durante 19 años fue capitana de las Águilas de Guachupita, 16 títulos, ocho seguidos; Juana Fernández, ciclista muchos años, triatlonista, clavadista y muchos sacrificios como madre y atleta para ella y el país, con muchísimos logros nacionales e internacionales.

 

La doctora Heyda Joaquín, inmortal del deporte, voleibolista, softbolista, baloncestista, atletismo, colaboradora como que el que más en Medicina del Deporte; coronela Luisa Mañón, una grande del softbol como lanzadora, coordinadora en Juegos Nacionales y otros eventos; Claudine García, la más laureada atleta del racquetball con medallas panamericanas, centroamericanas y evento mundiales; la incomparable de las pesas Wanda Rijo, primera mujer con dos medallas doradas en Juegos Panamericanos: Winnipeg 1999 y Santo Domingo 2003 y numerosos lauros en JCC; y la que puso de pié al público, Cristina Francisco.

 

Y quedaban más. Los reconocimientos especiales para cuatro que, aparte de atletas, trascendieron en otras actividades. Primero fue Natalia Paola Cuello primera árbitro de baloncesto con gafete FIBA, que ha pitado en mundiales femeninos y en los Juegos Olímpicos de Río 2016, aparte de ser cinturón negro en taekwon-do; Maritza Ortiz, árbitro internacional de levantamiento de pesas que ha ejercido en los más diversos escenarios mundiales, quien se inició como gimnasta artística, atleta y árbitro en la UASD, que se inició en el arbitraje tras un curso de 40 participantes, fue una de los 10 que lo aprobaron.

 

Siguió la inconmensurable, primera atleta, después entrenadora y hacedora de quién sabe cuántas voleibolistas, Geovanny “Mayo” Sibilia; y finalizó con la generala Teresa Martínez Fernández, la primera mujer con ese rango, forjada desde abajo como patrullera y servicios policiales en Najayo Mujeres, pero que en deportes destacó en Tiro de Precisión, con fusil M-16 y pistola, que no le gustaba.

 

Entre discursos de Díaz, Cristina Francisco y para cerrar de Jeannette Camilo, que se fueron en elogios a las mujeres que organizaron el fastuoso escenario; se registró una presentación carnavalesca del grupo de Belkis Gallardo en el intermedio; y un concierto de la extrovertida Diomary “La Mala”, pusieron fin al evento.

 

“La Mala”, una chica que llegó de San Francisco de Macorís y a contrapelo de su madre, se presentó en los entrenamientos iniciados semanas antes y se coló en la selección nacional de voleibol de 1980. Su participación pareció un homenaje a le fenecida Sonia Silvestre, cuyas canciones más emblemáticas alternó con las de otros compositores, para empoderar al público y ella misma, “La Mala”, se emocionó tanto, al punto de las lágrimas y garganta ahogada, pero se repuso y terminó con gran tesitura la canción “A mi manera”. Atleta tuvo que ser.

of-am

 

 

 

 

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