Baní en la ruta del progreso en la década del 50
Al inicio de la década de 1950, Bani asomaba su rostro de una apacible población semi rural tratando de iniciar su inserción en la modernidad que se experimentaba por el crecimiento del país después de la II Guerra Mundial. Pese a vivir sometidos a una dictadura, los banilejos, dedicados mayormente a la agricultura y en especial al cultivo de café experimentaban mejorías y las mismas se manifestaba con la demanda de nuevos servicios.
Al iniciarse la década de 1950, Bani estaba limitado por el este por el rio Bani, hacia el oeste el Cerro Gordo era la muralla natural para impedir el crecimiento. Hacia el Sur, rumbo al mar Caribe, la población llegaba hasta el Pueblo Abajo con la calle Beller de límite. De ahí salían los caminos vecinales a Boca Canasta y a El Llano pasando a la vera del cementerio municipal. A principios de 1950 se había construido la avenida Fabio F. Herrera a la playa con seis kilómetros de longitud. La carretera a la base naval de Las Calderas estaba construida y beneficiaba a las comunidades de Sombrero y Matanzas y colateralmente a El Llano y a Cañafistol.
Para la década del 50 los límites de Baní por el lado norte eran hasta la calle Luis Alvarez. Hasta el arroyo Guera no existían enclaves humanos notables con excepción de la zona de tolerancia que se había dispuesto al norte de la calle mencionada. Alli se ubicaban los cabarets tan populares en esos años. En la confluencia noreste del río Bani y el arroyo Guera mis familiares poseían una pequeña finca que servía para cultivar sábila muy demandada en el exterior durante la II Guerra Mundial. También me acuerdo que se cosechaban lechosas y habían decenas de matas de mango tales como de rosa, marcelo, mameyitos, fabricó y otros. El apiario era un colmenar de donde se extraía una sabrosa miel de abeja muy demandada en Bani.. Ahora el Fundo es una parte de la ciudad con una alta densidad poblacional.
Al inicio de los años 50 existían en Bani numerosas factorías de café cuyas estructuras se alternaban con las zonas pobladas como las de los Ricart, los Medina, los Perelló y la de Virgilio Pimentel que años mas tarde se convertiría en una urbanización junto al Barrio de Mejoramiento Social construida por el gobierno de entonces al inicio de la década.
CONSTRUCCIONES
Años más tarde se construiría el palacio escolar Canadá cercano donde estaba el hospital Julia Molina y el dispensario antituberculoso. También era la zona donde estaba ubicada la escuela de la sabana, originalmente de seis aulas que fue construida durante la ocupación americana de 1916.
Para 1956 se había construido el colegio Nuestra Señora de Fátima que se le entregó a la orden de laS monjas carmelitas. Por igual la fortaleza para el ejército y la cárcel pública del lado oriental del rio Bani frente a la carretera Sánchez. Esta se reconstruyó en 1957 colocándole una nueva capa de rodadura y nuevos puentes fueron construidos.
Los trabajos se realizaron desde el Km 12 de Haina, para construir un nuevo puente más al norte del viejo puente ubicado donde luego se desarrolló el gran puerto de Haina, hasta Bani y construyendo un nuevo puente sobre el río Nigua frente al hotel San Cristóbal.
En 1957 se inició la construcción del hospital Nuestra Señora de Regla con su estructura de moda de esos años en forma de X como el Darío Contreras y el Moscoso Puello de la capital. El hospital banilejo sirve de regional para una parte del sur central y ha sido objeto de varias remodelaciones.
Durante la década del 50 los banilejos de buena posición económica eran muy tímidos para llevar a cabo inversiones en buenas residencias. Preferían quedarse en las casas de sus ancestros que por lo general eran de madera y algunas techadas de cana o en preservadas construcciones de mampostería y concreto de la década del 20.
Una residencia atractiva que se construyó en esa década del 50 fue la de Miguel Angel Báez Díaz, malogrado político banilejo que se destacó en esa época por su cercanía al dictador pero se unió a la gloria siendo sacrificado en 1961 después de la muerte de Trujillo. Actualmente la residencia es la sede de la Gobernación Provincial.
PROYECTO CAÑERO
Para 1955 se iniciaba la ampliación del canal Marco A. Cabral con el fin de extender sus ramales primarios y secundarios hasta Las Calderas y poder irrigar toda la zona al oeste de Sombrero y llegar hasta Las Calderas, Matanzas y Arroyo Hondo. Pero el plan de Trujillo con esa costosa ampliación era preparar esos nuevos terrenos para sembrar caña de azúcar. La idea era trasladar las instalaciones del ingenio Santa Fe desde San Pedro de Macorís hasta Matanzas.
Al tiempo que se avanzaba en los trabajos de ampliación del canal se comenzaron a desmontar los terrenos de algunos campos sureños de Bani para construir los nuevos bateyes y sembrar caña. En el verano de 1957 llegó el aviso que todos los residentes de El Llano, Sombrero, Cañafistol y Matanzas. Tenían cinco días para abandonar sus propiedades y trasladarse con sus pertenencias y animales hacia otros lugares con la intención de provocar un éxodo humano devastador para la economía de la región banileja.
Mi padre Fabio F. Herrera era el síndico municipal de Bani. Tan pronto se enteró de la situación por las protestas de los moradores que iban a ser afectados le envió un telegrama a Trujillo pidiéndole que desistiera de ese proyecto ya que las consecuencias serían funestas para su régimen. Y es que ese desalojo sería comparable al que ocurrió en la isla en 1604 cuando por orden del gobernador Osorio se despoblaron varias poblaciones españolas en el oeste de la isla.
Llegar el telegrama al Palacio Nacional y Trujillo ordenar la cancelación de mi padre fue una sola acción. A los dos días las páginas de El Caribe en su famosa sección del Foro Público estuvo lleno de acusaciones contra mi padre considerado como un obstáculo a la política del Jefe. Fuimos aislados en Bani por las amistades y eran pocos que se atrevían llegar hasta nuestra casa y los amigos disminuyeron en proporción directa a los temores de la ciudadanía.
Pero una semana más tarde llegó la noticia que se había descartado continuar con el proyecto de sembrar caña de azúcar en la zona de Matanzas. Desde esa vez los agricultores de Bani disfrutan de una amplia infraestructura de riego así como unos cuatro bateyes en unas 50 casas cada uno distribuidos a familias campesinas de escasos recursos.
Transcurrido varios días, de la cancelación de mi padre como síndico de Bani, le llegó un telegrama del Palacio Nacional donde se le participaba que había sido nombrado como gobernador de la provincia Julia Molina que se iba a inaugurar primero de enero de 1959. Desde septiembre de 1958 tenía que iniciar la organización de las diversos departamentos de esa nueva burocracia para la demarcación provincial, hoy María Trinidad Sánchez.
La expansión de la ciudad era lenta en esa década de 1950 y tan solo hacia el norte del pueblo era que se abrían nuevas calles, otras se petrolizaban y se les dotaba de aceras y contenes. Por su tamaño en esa década era más que suficiente para una población que desarrollaba sus actividades sin apuros.
Solo se estaba pendiente a que la cosecha de café en las lomas fuera buena y que hubiera suficientes agua en el canal para las cosechas. Con esas bonanzas y registrar mayores ingresos las familias podían llevar a cabo tareas pendientes para mejorar sus casas, o construir nuevas o pintarlas. Por nuestra raza canaria a los banilejos nos gusta pintarlas cada año en las cercanías a la fecha del día de Nuestra Señora de Regla.
Los años finales de la década de 1950 fueron estremecedores para el país. Y más para Bani que su población dependía de la agricultura..Los sucesos conmocionaron a los dominicanos con la invasión de un grupo de exiliados compatriotas de junio de 1959 que alteraron las actividades económicas. Estas se agravaron al año siguiente cuando Trujillo ordenó el atentado contra el presidente venezolano Rómulo Betancourt y todos los países americanos sancionaron a Trujillo y a los dominicanos con un aislamiento económico muy severo.
EXPANSION URBANA
Por el lado sur del pueblo a los finales de la década de 1950, Boca Canasta y El Llano se iba acercando a Baní cuando iban surgiendo nuevas casas sin un plan regulador. Ya iba despertando una energía poblacional con un aumento sostenido que obligaría a apartar tierra que era de cultivos para asentamientos humanos. La explosión urbana se registró a partir de 1962.
Por el lado norte, entre las calles Presidente Trujillo (Duarte) y Duvergé, y al norte de la Luis Alvarez, se abrían nuevas calles que hacían crecer los barrios de Villa Majega, Barrio de Las Arepas y del Pueblo Arriba.
Así era nuestro pueblo en los umbrales de las histórica década de 1960. Fue en ella que la historia registró los acontecimientos mas impactantes del siglo. Tanto para Bani como para el país le dieron un giro a las conductas sociales. También un nuevo comportamiento social dislocó por completo lo que había sido la sociedad banileja, aquella que Eugenio María de Hostos había alabado como una gran familia.
Nuevos rumbos y nuevas visiones de la coexistencia social sufrieron una gran transformación aparte del explosivo crecimiento poblacional, alteraron no solo la vida de los banilejos sino a la humanidad. Se perdieron, y fueron absorbidos por las nuevas corrientes sociales, los valores que habían sido la distinción de los banilejos por muchas décadas. Este fenómeno no fue exclusivo de los banilejos ni de los dominicanos sino que fue una ola mundial que conmovió el comportamiento humano.
JPM