Un dominicano brilla en Hungría

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Cuando hace cinco años supe de la existencia de un individuo llamado Domingo Lilón, me causó sorpresa que fuera uno de los pocos dominicanos que vive en Hungría, país cargado de historia que estuvo dentro de la órbita comunista.
Más tarde, cuando hice contacto con él por correo electrónico y busqué datos suyos en internet, quedé admirado de que fuera profesor universitario y se haya adaptado tan bien -y sobresalido- en un conglomerado con estilo de vida tan diferente al nuestro.
Finalmente, cuando lo conocí una tarde cualquiera en Santo Domingo y lo conduje a San Cristóbal a dictar una charla en el edificio del Ayuntamiento, quedé edificado de su raíz dominicana, de su cultura y mucho más de su sencillez como persona.
Por ello siempre le he dado seguimiento -a distancia lógicamente- a su quehacer intelectual, y por eso he vuelto a entrevistarlo, convencido de que sus puntos de vista son de interés general.
Lilón, nacido en Nagua en 1963, es el autor del libro “Armas y poder: los húngaros y la Armería de San Cristóbal”, uno de los más valiosos del reducido grupo de obras que toca a San Cristóbal. Es hijo de Chow Fong Sang, cariñosamente conocido como Domingo Lilón o, simplemente, el chino de Nagua, quien fue propietario del famoso hotel chino de Nagua y falleció en 1989.
Tiene un Master en Derecho Internacional por la Universidad Estatal de Kiev, Ucrania, que obtuvo en 1988, y un Doctorado en Historia Europea Contemporánea que logró en 1999 en la Universidad Janus Pannonius, de Pécs, Hungría.
Desde 1989 es profesor titular en la Universidad de Pécs, donde imparte cursos de historia, ciencias políticas y relaciones internacionales sobre América Latina, región sobre la que ha publicado varios artículos y ensayos referentes a temas tales como migración, sistemas políticos, relaciones internacionales, etc.
El tema central del libro “Armas y poder: los húngaros y la Armería de San Cristóbal”, es la participación húngara en la fábrica de material bélico que funcionó en San Cristóbal durante la Era de Trujillo. Ofrece variada información de interés para los que escudriñan la historia y es valiosa, sobre todo, para los sancristobalenses.
(Hace algunas semanas los nativos de San Cristóbal recibieron de Guaroa Ubiñas Renville un libro sobre la hacienda Fundación, vasto imperio agropecuario que conformó el dictador alrededor de esa ciudad).
LA ENTREVISTA AL PERSONAJE
-Quién es Domingo Lilón ?
-“Domingo Lilón es un dominicano de origen chino (de allí el apellido, aunque el original sea Sang), quien tras cursar estudios en Kiev, Ucrania, se trasladó a Hungría por, entre otras, una razón muy sencilla: se enamoró de una húngara, Erika, con quien procreó tres hijos. El interés sobre la Armería proviene también del hecho de que el tema combina mis dos países: RD donde nací y Hungría que me acogió. Y la Armería fue instalada y dirigida por los húngaros. El hecho de vivir en la República Dominicana y Hungría fue lo que me motivó para la investigación sobre La Armería. Ya con anterioridad había leído y escuchado sobre la participación de los húngaros en La Armería, así que cuando tuve que escribir mi tesis doctoral ya contaba con el tema de investigación.”.
-Cuál es su profesión u ocupación ?.
-“Yo empecé estudios de Derecho en la UASD (1979-1982). Luego seguí los estudios en Kiev, Ucrania, donde terminé Derecho Internacional (MA) y en Hungría terminé mi doctorado (PhD) en Historia Europea Contemporánea».
-Le tomó mucho trabajo escribir el libro “Armas y poder: los húngaros y la Armería de San Cristóbal” ?.
-“Esta investigación me costó varios viajes a Santo Domingo para trabajar en el Archivo de la Nación. Entre 1995-1998 viajé cada año en verano para trabajar allí. Durante esa época, el director era Ramón A. Font Bernard (Q.E.P.D.), quien además de honrarme con sus amenas charlas me ofreció todo tipo de facilidades. A él le estaré siempre agradecido. En 1999 terminé de redactar el libro. Durante la redacción contacté a varios dominicanos que tuvieron alguna relación con La Armería. Pero la gran mayoría no quiso dar información alguna, no por ignorancia alguna, sino por evitar ser comprometido con el régimen. Para mí fue una sorpresa, porque yo pensaba que esa etapa la habíamos superado, máxime que por medio de un gran amigo, militar él, dicté una conferencia en la Academia Militar”.
-Hay dominicanos en Hungría ?.
-“Creo que soy el único. No éramos muchos antes tampoco, pero la mayoría se retiró a RD, a los EE UU o ha emigrado a España. Yo me quedé por varias razones: aquí he hecho mi vida, he fundado una familia, tengo mis amigos, mi trabajo, que me gusta mucho, y, en general, me siento muy bien. No, no sé si viven más dominicanos en Hungría. Como por lo general quien emigra va a Budapest y yo vivo en Pécs, no tengo muchas noticias al respecto”.
– ¿Después de su libro de La Armería, ha publicado algún otro o está trabajando en alguno?
-“Sí, he publicado varios libros más, pero en lengua húngara. Recientemente se ha publicado en Budapest un libro en húngaro que hemos escrito con otros colegas húngaros y cuyo título es América Latina 1750-1840. Desde el desmembramiento del sistema colonial hasta la formación de los Estados nacionales (KRE-L’Harmattan, Budapest, 2013, 576 págs.). Ahora mismo estoy terminando un libro en español titulado América Latina durante la Guerra Fría; espero entregar el texto dentro de un par de semanas”.
HUNGRIA
– Descríbale a los dominicanos, en pocas palabras, lo que es Hungría.
-“Gran tarea la propuesta por usted. En pocas palabras es difícil hacer una descripción de Hungría, un país con un Estado cristiano de más de mil años fundado por el rey Esteban (San Esteban), un país que formó parte del Imperio Austro-Húngaro, que fundó su primera universidad en 1367 (hoy Universidad de Pécs, donde laboro), que durante un poco más de cuatro décadas fue una “república popular” dentro de la esfera de influencia soviética. Hungría, con sus 93,030 km² y sus 9,950,000 millones de habitantes (Censo 2012), es un país dividido por el río Danubio, con muchas praderas y tierras muy fértiles. Con un clima continental y con un enorme patrimonio artístico y cultural. Con una rica gastronomía contada y cantada por nada menos que por dos Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda y Miguel Ángel Asturias, en su Comiendo en Hungría (hay varias ediciones), siendo, quizás, el plato húngaro más conocido el gulash (gulyás). Un país que ha contribuido con 12 premios Nobel de Ciencias y 1 de Literatura, siendo también otros húngaros mundialmente reconocidos como Béla Bártok y Zoltán Kodály, en música, Ernő Rubik, el inventor del famoso Cubo de Rubik y muchos más”.
– Hábleme del clima durante el año.
-“Hungría tiene un clima continental, frío en invierno y cálido en verano; fresco en primavera y otoño. El invierno es, por lo general, largo, entre noviembre y marzo, aunque este invierno haya sido diferente e inusual, relativamente corto. A partir de mayo comienza el calor, siendo agosto el mes más caluroso. El calor es seco”.
– Dígame algo, en pocas palabras, sobre su familia en Hungría ?.
“Nada en especial, una esposa también profesora universitaria, dos hijos mayores estudiantes universitarios en Budapest donde viven y una hija pequeña que va a la escuela primaria”.
– ¿Qué queda de su familia en RD?
-“Mucha gente! Familia biológica, mamá, varios hermanos, sobrinos, sobrinos-nietos, cuñados/as, tíos, primos un montón, quienes con los buenos amigos, y son muchos, forman mi familia, aunque no sea por parentesco de sangre. Más el cariño es fraternal”.
– ¿Saben sus estudiantes dónde queda RD?.
-“Naturalmente que sí. Nuestra Universidad de Pécs tiene un Departamento de Estudios Hispánicos e Iberoamericanos (del cual soy su director), así como un Centro Iberoamericano (del cual soy subdirector) y a través de los cuales impartimos varios cursos a estudiantes de Grado (BA) y de Maestría (MA) sobre América Latina, entre ella, la República Dominicana. Este semestre imparto dos cursos a los estudiante de Relaciones Internacionales, Historia de América Latina siglos XIX y XX y América Latina durante la Guerra Fría, y en ambos toco varios temas dominicanos”.
– ¿Se produce alguna mención de SD (o RD) en Hungría?
-“Muy poca. La verdad es que no recuerdo cuándo se publicó alguna noticia sobre la RD en los medios de comunicación húngaros”.
– ¿Está usted atento al acontecer dominicano? ¿De qué forma ?
-“Naturalmente. Cada día leo la prensa dominicana a través de Internet. Continúo con la costumbre de empezar el día leyendo almomento.net, así como varias publicaciones dominicanas. También me informo a través de las redes sociales, especialmente Facebook”.
.-¿Ha retornado a RD?
-“Sí. La última vez que estuve en el país fue en enero-febrero del 2012”.
MI INTERES
Por qué quise saber de Domingo Lilón ?
Resulta que mi infancia discurrió en la hoy calle Manuel María Seijas (antigua Restauración) entre la avenida Constitución y la calle Padre Ayala, en San Cristóbal. Cuando se salía de nuestro hogar hacia la Constitución –principal del poblado- la acera nos conducía a una casa de bloques que tenía cara a la céntrica avenida y en la que vivían tres hombres extranjeros que los muchachos del sector llamamos “los húngaros”.
Los ocupantes de esa casa (a pocos metros de la cual estaban el edificio de correos y la escuela pública Juan Pablo Pina), eran empleados de la Armería que el dictador Rafael L. Trujillo Molina hizo construir en San Cristóbal en 1947. Esos individuos, que llamaban la atención por su estatura, color blanco e idioma extraño que hablaban, constituyeron –a mediados del segundo lustro de la década del 50- mi primer contacto (indirecto obviamente) con la Armería.
Todos los veíamos llegar desde la Armería e incluso –como yo era muchacho de menos de diez años- me mandaban a un colmado de la esquina con Padre Ayala a comprar cigarrillos y otras cosas y me daban una propina de centavos que encontraba muy generosa. Con el paso de los años fui conociendo, aunque de lejos, a muchos otros “húngaros” (a todos los extranjeros que trabajaban en la Armería los llamábamos “húngaros) que vivían en una amplia zona de varias cuadras contigua a la sede del complejo industrial-militar, esto es en la zona Norte de San Cristóbal. Y, como era natural, a medida que iba creciendo fui conociendo y oyendo más de esa fábrica de armas, de la que fueron trabajadores un tío y un hermano mío y muchos, cientos, sancristobalenses.
Recuerdo que como mi casa estaba ubicada a menos de 500 metros de ella, se escuchaba todo el día los tiroteos que se hacía en las pruebas de armas que se efectuaban dentro de lo que era un real recinto militar, con una serie de talleres dentro. Y no puedo borrar de mi mente la gran cantidad de trabajadores que salía a las 4 de la tarde, al concluir la jornada diaria, lo que ponía en evidencia el impacto económico del centro laboral en la comunidad.
No puedo olvidar tampoco las muchas noticias que, siendo ya reportero del periódico El Caribe, redacté entre 1966 y 1970 exponiendo la situación de la Armería, que a la muerte de Trujillo en 1961 entró en declive y unos años después fue cerrada. La Armería, sin haber entrado nunca en ella, es una de las cosas más llamativas que conocimos en nuestra niñez y adolescencia, que transcurrió en el entonces apacible y pequeño poblado de San Cristóbal.
EL LIBRO
De ahí que cuando en el año 2000 leí en un diario de circulación nacional acerca de la edición de un libro que trataba sobre la Armería, me apresuré a buscarlo en la principal librería de la capital y a leerlo. Lo hice con interés y conocí muchos datos interesantes y desconocidos para mi, sobre los orígenes del complejo y su funcionamiento. Pero me pregunté inmediatamente: quién será este hombre, con el nombre raro de Domingo Lilón, que se ha interesado en hacer una investigación tan ardua para producir esta obra ?.
Varias veces, del 2000 hacia acá, he releído el libro, cuyo nombre correcto es “Armas y poder: los húngaros y la Armería de San Cristóbal” e incluso lo he regalado a amigos. Cada vez he quedado satisfecho de la investigación, datos recogidos, redacción y explicación que da el autor.
(La Armería funcionó con la importante colaboración de un buen número de emigrados húngaros, procedentes muchos de ellos del Ejército Real, desaparecido tras la Segunda Guerra Mundial. La fábrica contribuyó notablemente al desarrollo de la industria dominicana y se convirtió en poco tiempo en una significativa proveedora de armamento a otros países. Durante la década de los cincuenta fue llevada a su máximo esplendor por Alexander Kovács, de nacionalidad húngara, quien fungía como director general, a la orden de Trujillo y llegó a ostentar el rango de general del Ejército).
(Aunque los húngaros predominaban en el complejo industrial, había europeos de otras nacionalidades. Varios años después de la caída del régimen trujillista, cuando ya éramos jovencitos, los muchachos de mi barrio descubrimos que los tres hombres que vivían solos cerca de mi casa y que llamábamos “los húngaros” (Hermann, Erick y Klim), eran realmente alemanes. Siempre nos hemos preguntado si estuvieron involucrados en la guerra alemana en tiempos de Hitler. Tenemos entendido que los tres han muerto ya).
josepimentelmunoz@hotmail.com

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sergio
sergio
8 Años hace

Excelente reportaje de un acontecimiento que inició el proceso de industrialización del país, como lo fue la armería de San Cristóbal. He leído que la armería de San Cristóbal suplió de armas a países del área. Si una fábrica como esa no se hubiera cerrado, y hubiera continuado con su producción, el sur contaría con un activo que incrementaría las ofertas de trabajo, y hoy día le permitiría al país hasta exportar esos productos. Argentina es grande porque su industria la desarrolló, y Argentina produce armas, y creo que comenzó de esa manera, y hoy día las pistolas Bersa que… Leer mas »