Sobre Peña Gómez: buscando la verdad

  

El pasado jueves 27 del mes y año en curso, la periodista y política Olga Capellán quien reside en España, publicó en la sección de opinión de este prestigioso medio digital, un artículo titulado: “Recordando a Peña Gómez en tiempo de navidad”. (Ver artículo): https://almomento.net/opinion-recordando-a-pena-gomez-en-tiempo-de-navidad/

En dicho trabajo de opinión, la comunicadora Capellán hace un análisis de la figura de fallecido dirigente político quien fuera figura máxima del Partido Revolucionario Dominicano, y en el transcurso de su exposición y fruto de su lisonja partidaria, la articulista incurre -en mi humilde opinión- en una especie de alabanzas desmedidas y una  exaltación desbordante,  cosa que no es muy merecedora en la mayoría de los políticos en el mundo de hoy.  Obviamente, con sus ligeras excepciones.

Pero, aparte de  la exultación eufórica de la periodista con el líder fallecido, lo que más me llamó la atención,  fueron  señalamientos que no se ajustan a la verdad de hechos acontecidos  a la luz de la historia. Eso, a mí en lo particular como ciudadano, me molesta cuando la mentira y la distorsión de los acontecimientos,  se convierte en opinión pública para el consumo masivo, lo cual conlleva a desvirtuar  la verdad y cuyo resultados en este caso, no son más que una apreciación político-partidaria de la señora Olga Capellán. Veamos los puntos álgidos:

1.- Siempre se ha dicho que las comparaciones no son buenas y lo es peor, cuando la misma se hace con una figura de una dimensión especial y única en el mundo como es la de Jesucristo. La periodista Capellán ha querido comparar de una manera muy sutil,  la labor en favor de los desposeídos que hizo Jesús con la labor política en ese sentido del Peña Gómez. Yo eso lo considero una falta de respeto y,  particularmente,  lo considero  una comparación totalmente indebida e improcedente. La figura y el rol de Jesús frente a la humanidad, es incomparable y no tienen parangón en la historia,  por más sutil que la queramos presentar.

Por otra parte, no veo la conexión que pueda tener la figura de Peña Gómez con las navidades,  como ha sido la intención de la columnista Capellán,  a diferencia de las que sí tuvo  el nacimiento de Jesús.  Es por eso que, el esfuerzo sutil -pero inútil diría yo- que hace la periodista Capellán con hacer ver una similitud entre este acontecimiento bíblico y de la propia humanidad, no es en nada compatible con la figura de Peña Gómez, pues éste nació el 6 de  marzo 1937 y murió el 10 de  mayo 1998, ambos meses ajenos a ese espacio festivo en que se dio  el nacimiento divino en un humilde pesebre de Belén, aparte de ser un simple mortal.

2.-Continuando con el referido artículo, la comunicadora Capellán escribe refiriéndose al Dr. Peña Gómez lo siguiente: “Siempre abogaba para que a cada uno de sus compañeros (ahí vuelve hacer la comparación) no les faltase el pan, algo así como también luchaba Jesucristo cuando hizo crecer el pan para que todos quedasen satisfecho en aquella Santa Cena”.

Lo primero que debo aclararle a la periodista, es que ese milagro no es verdad que fue en la Santa Cena, en donde  Jesús hizo crecer los panes  y los multiplicó junto con los peces para dárselo a sus seguidores y todos quedaran satisfecho. Es evidente que la autora de este trabajo de opinión,  o no ha leído bien Las Sagradas Escrituras o se confundió con los hechos, ya que la Santa Cena y la multiplicación de los panes y los peces, son dos hechos diferentes y en lugares distintos protagonizados por El Mesías.

El primero al que se refiere la periodista, o sea la Santa Cena, sucedió un día antes de que Jesús fuera crucificado. El mandó a Sus Discípulos a que conmemoraran la Cena del Señor. Ver: (26:16-30); (Marcos 14:22-25) y (Lucas 22:14-20). La Santa Cena es un testimonio en memoria de Jesús, en donde testificamos que El ha partido Su cuerpo y derramado Su sangre por mí. No conmemoro la Santa Cena para recibir perdón mis pecados, sino porque ya es recibido perdón de ellos.

La multiplicación de los panes y los peces, sucedió en Bethsaida en los alrededores del Mar de Galilea, lugar en donde vivieron tres apóstoles: Pedro, Andrés y Felipe y  lugar donde tuvo el milagro de Jesús que sació el hambre de sus miles de seguidores que estaban con El escuchándolo.  Así lo establece el apóstol Marcos en el libro 6, versículo 34 al 44 en Las Sagradas Escrituras cuando nos dices:

34 “Y saliendo Jesús vio grande multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y les comenzó a enseñar muchas cosas. 35 Y como ya fue el día muy entrado, sus discípulos llegaron a El diciendo: El lugar es desierto, y el día ya muy entrado; 36 Envíalos para que  vayan a lo cortijos  y aldeas alrededor, y compren para sí pan; porque no tienen qué comer. 37 Y respondiendo El, les dijo: Dadles de comer vosotros. Y le dijeron: Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer? 39 Y El les dice: Cuántos panes tenéis? Id, y vedlos. Y sabiéndolo, dijeron: Cinco y dos peces. 39 Y les mandó que  hiciesen recostar a todos por partidas sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por partida de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. 41 Y tomando los cinco panes y los dos peces, mirando al cielo, bendijo y partió los panes, y dio a sus discípulos para que lo pusiesen delante: y repartió a todos los dos peces. 42 Y comieron todos, y se hartaron. 43 Y alzaron de los pedazos  doce confines llenos, y de los peces. 44 Y los que comieron eran unos cinco mil hombres. (Cierro la cita). Como podemos deducir, no hay similitud entre ambos casos.

3.-  Más adelante, la autora del artículo escribe: “Fue el político más grande que haya parido la República Dominicana, indicando además que “Enamorado de su patria que lo vio nacer, aunque por sus venas corriese sangre de otro lugar” Es obvio que la Sra. Capellán no quiso o se le “olvidó”  referirse a la República de  Haití al no considerarlo conveniente.

En este particular, difiero con la articulista, porque no obstante el Dr. Peña Gómez ser un político de un gran peso en la República Dominicana, no fue el político más grande, sino uno de los cuatro grandes que ha dado la patria de Juan Pablo Duarte y Díez, como son: Joaquín  Antonio Balaguer Ricardo; Juan Antonio Bosh Gaviño, el Dr José Fco. Peña Gómez y el Dr. Leonel Antonio Fernández Reyna. En mi caso, mi criterio lo percibe así,   sin estar atado a ninguna posición partidaria, sino basado en su rol en el escenario político y su proyección internacional.

En torno a la verdadera nacionalidad del Dr. Peña Gómez, para nadie ha sido un secreto que la misma ha sido tema de debate por mucho tiempo. Su fisonomía no era lo típico en el rostro de un dominicano y eso era evidente; hasta donde tengo entendido, nunca supe de una acta de nacimiento de un hospital de la República Dominicana que hiciera constar eso de manera oficial, situación que se llegó a esgrimir en su contra. Hasta donde se sabe, sus padres Vicente Oguís y María Marcelino,  lo dejaron con una pareja que lo adoptó, en la Loma de El  Flaco de Laguna Salada, en la provincia Valverde, al huir hacia Haití ante la redada de 1937 ordena por Rafael Leónidas Trujillo Molina en contra de la penetración haitiana a la nación Dominicana. Sus padres adoptivos fueron quienes les dieron sus apellidos Peña y Gómez.

Ahora bien, lo que acabo de exponer más arriba,  algunos podrían calificarlo de simples conjeturas, pero lo que no es conjeturas, es lo que dispone la propia Constitución de Haití, la cual establece que : “Donde quiera que nazca un niño de padres haitianos es haitiano”.  Esto quieres decir, que los haitianos nacidos en la República Dominicana, de padres indocumentados, no son apátridas, ya que la Constitución de Haití toma su condición de Jus Sanguini para los hijos de sus nacionales. Eso no lo puede pasar desapercibido  la periodista Olga Capellán en su trabajo de opinión.

Por si acaso la articulista lo “ignoraba”, yo le recuerdo que en derecho de Common Law el domicilio de origen o lugar de nacimiento se comporta igual que la ley nacional, determinada por la nacionalidad.

Y por último, es dable destacar que la única forma que una persona pierde su nacionalidad de origen, es si se rebela en armas en contra de su país, marcando dicho acto una ruptura definitiva, porque nadie puede renunciar por su propia voluntad. Y que yo recuerde, el Dr José Fco. Peña Gómez nunca se levantó en armas en contra de la patria de Francois-Dominique Toussaint Louverture.

ar_mo_17@hotmail.com

JPM

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