OPINION: ¿Carácter?
Si el carácter es lo que creemos erradamente entienden algunos; con respecto a nuestras instancias político-judiciales, por el momento, sólo el juez José Alejandro Vargas, lo ha exhibido con fortaleza y decoro.
Partiendo de lo que ha dicho el recién electo presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), el magistrado Román Jáquez Liranzo, sobre que él actúa con independencia no por lo que diga la Constitución de la República sino por su carácter, habría que guardar reservas sobre sus iniciativas como jurista, porque regularmente, ese aspecto conductual, es legado por nuestro entorno.
Y podría suceder que si como se dice al margen de su ligazón a los medios de comunicación él siempre ha sido peledeísta, su carácter como profesional, políticamente es capitalizado por el partido de gobierno.
Pues, resulta -eso entendemos-, que el temperamento puede venir con nosotros, pero nuestro carácter lo forman las circunstancias y quienes inciden a todos los niveles en nuestro accionar, que incluye lo político-partidario.
Pero si acaso el tuviese razón en lo que expresa, podríamos decir que el jurista José Alejandro Vargas, con respecto a quienes nos gobiernan, sí que tiene firmeza y reciedumbre de carácter independiente. Ha demostrado, aunque sea con sutileza, que nada contra la corriente, si entiende que sus principios son vulnerados.
En otras palabras, como dijimos antes; el carácter que posee cada individuo es consustancial a los que nos forman. Es decir, “el hombre es lo que hacen de él”.
Esto significa que el presidente del TSE, Jáquez Liranzo, bien pudo decir, a discreción, que tiene independencia de criterios y que actúa según su temple y convicciones. Esto se diferencia de lo que entendemos como carácter y nada más.
Porque si actuamos y respondemos de acuerdo a nuestros intereses que, es contrario a lo congénito de nuestro temperamento, es decir, a lo que viene con uno; él se corresponde con el sector (no la clase) dominante, que lo ha reclutado. En esto último entran en juego elementos que forman su carácter.
Si por ejemplo hubiese dicho: “tengo un fuerte temperamento; soy independiente, y a mí nadie me impone nada”, esto se hubiera correspondido más con lo que intentó “vender”, o aparentar. Esperemos.
jpm