No se ha entendido  el slogan de Leonel “No hay Marcha Atrás”

Las reiteradas solicitudes hechas al ex presidente Leonel Fernández para que renuncie a su candidatura presidencial, de parte de varios precandidatos presidenciales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), nos indica claramente dos situaciones:  Primero; Que se trata de una práctica antidemocrática; y Segundo, Que no se ha entendido el slogan “No hay marcha atrás” del próximo presidente de la República.

El primero fue Carlos Amarante Baret, al decir que el legítimo derecho de Leonel a aspirar nuevamente a la jefatura del Estado es una afrenta que sirve de caldo de cultivo a las pretensiones reeleccionistas de los seguidores del presidente Danilo Medina. Este planteamiento es, sin duda alguna, un disparate mayúsculo; un sin sentido que demuestra que ese precandidato no tiene discurso, ni programa, sino que pretende llegar a la presidencia de la República a costa del trabajo y obra de gobierno del presidente Medina, sin trabajar un proyecto de Nación como lo hicieron Juan Bosch, Leonel y Danilo.

En ese mismo orden se expresó el ex Procurador General, Dr. Francisco Domínguez Brito, quien dijo que las aspiraciones de Leonel son todo lo contrario a lo que él mismo había dicho. Supongo que en clara alusión a que el PLD es una “fábrica de presidentes”. Como se puede apreciar, este precandidato olvidó que Leonel es también parte de esa fábrica, y que él nunca especificó cuáles serían esos presidentes.

Pocos días después, tras la declaración del ex Procurador General, la Vicepresidenta de la República y esposa del ex Presidente Fernández, Dra. Margarita Cedeño de Fernández, inundó las redes sociales con un vídeo donde dice: ..(…).. Que, de su parte, sería un desperdicio volver al papel de Primera Dama de la República, al tiempo de pedir al liderazgo del partido ponerse de acuerdo y permitir que otros miembros aspiren.

Y como si todo esto fuera poco, ayer, el también precandidato presidencial peledeísta Juan Temístocles Montás, mejor conocido como Temo, salió al frente de otra solicitud a Leonel para que se retire de la carrera presidencial y, por vía de consecuencia, evite una división del partido, al tiempo de asegurar que el jefe del Estado estaría de acuerdo en deponer sus planes continuistas, si Leonel también renuncia a sus aspiraciones. En este punto, entiendo como una ligereza verbal de parte del veterano dirigente político, pues, si el presidente Medina no habló de ese tema en marzo, tal como anunció en agosto pasado, no lo expresaría de esa forma y, menos a Temo.

Pero también el hecho en sí, de solicitarle a Leonel expresamente que retire su precandidatura  presidencial y renuncie a su sagrado derecho constitucional de elegir y ser elegido, constituye una aberrante falta de respeto, no solo a él, sino también, a miles de hombres y mujeres que día a día trabajan por ese proyecto político, con las mismas ilusiones que lo hacen los adeptos y simpatizantes de los demás precandidatos.

Visto lo visto, es claro que Leonel, al que algunos dentro y fuera de su partido lo veían dos años atrás como un muerto político, ahora resulta ser, nada más y nada menos, que el epicentro del debate político en República Dominicana. Todos esos precandidatos son conscientes que sus respectivos proyectos políticos están estancados electoralmente, y no por los amagos de reelección, sino por la presencia de Leonel en las calles y municipios de todo el país.

Todo el mundo sabe que Leonel es indetenible, de ahí las tantas solicitudes y mensajes subliminales.

Algunos no han sido capaces de entender que el eslogan “No hay marcha atrás” significa un compromiso inalterable con el pueblo dominicano, que sólo concluye con la vuelta al poder el 16 de agosto del año 2020, cuando Fernández Reyna sea nuevamente juramentado Presidente de la República para un gobierno de fin de ciclo, el cual sería memorable.

 

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