Mayoría silente
La masa silente no tiene forma, pero sí voto, aunque se calla su voz. El poder de la masa silente no es salir a las calles y hacer barricadas, o concurrir a los programas de radio, su base está en ser invisible. Los sectores más conservadores de la población, los que nunca dicen su militancia partidista, o sus favores políticos, están en esa masa silente, siempre a la espera y con temores. Esa masa silente solo desea sobrevivir, mantener lo que tiene, no correr el riesgo de lo que considera aventuras, No dar paso, a lo que muchos políticos llaman salto al vacío. Su fortaleza, que es su silencio y ser una masa social amorfa, es su principal debilidad. Si, lo que le hace fuerte, es una debilidad. Esa masa silente es la que lleva a los dictadores en hombros, cambiando su libertad por pan y seguridad. En las elecciones venideras la posición fantasmal de la masa silente será de primordial importancia. En la vida política dominicana actual los programas de gobierno no pasan de ser parte del entretenimento mediático, pero nunca se convierten en realidad. Sin embargo, ahora mismo hay dos reclamos de la masa silente que jugarán un papel importante en las votaciones. Los sectores más conservadores nacionales ven la política en base a la comida diaria y a su seguridad. Si suben de precios los alimentos de primera necesidad, hay rechazo electoral. La inseguridad, que hace temer el salir a las calles, también es un renglón a tomar en cuenta. Para el hombre de chancletas, la comida está subiendo, poco importa que cálculos económicos bien elaborados hablen del desarrollo nacional. La canasta básica popular está con precios a la oferta y la demanda. Dos pèsos más en la libra del arroz y uno en la libra de pollo, en acciones tomadas en el momento propicio, podría lanzar a ebullición a esa masa silente. No saldrá con la tea incendiaria, sino que en las sombras, esperará el momento de las votaciones. Comida y delincuencia van de la mano. La miseria está detrás de la formación de la mayorìa de los delincuentes. Hay que aplicar acciones de máxima prevención, para que se puedan estabilizar los barrios y zonas residenciles y se controle a la rapiña. Mientras la mayoría silenciosa aguarda, calla, espera hasta su momento al mantenerse al margen, sabiendo, sin decirlo, que su fuerza desicisiva va a llegar más adelante.