Los hombres y el Código Penal
El código Penal no es un tema sólo de las mujeres. Si las cárceles están llenas de hombres se pudiera decir que es un tema de los hombres, pero tampoco lo es. No hay paridad en las prisiones.
Están llenas de hombres cuyas estancias se quieren prolongar por más tiempo cuando se trata de delitos en contra de la mujer. No hay estadísticas de las muertes violentas de hombres y no las hay porque los matan hombres, seres de la misma especie que mata a las mujeres. Cuando se trata de las muertes de hombres el dato estadístico es irrelevante.
Sabemos de la mujer que muere Alicante y en cualquier sitio de España, asesinada por un hombre, y sabemos todos los días de las que asesinadas aquí por hombres. En una estadística macabra que los discursos feministas no modifican ni el odio hacia al hombre hacen cambiar.
Hay estadísticas más optimistas, sabemos que las mujeres son mayoría en las universidades, que igual mayoría son en los honores de los centros de estudios, pero no sabemos que excluye a los muchachos de los recintos escolares y que hace que los jóvenes varones no vayan a las universidades y si eso es discriminación.
Podemos inferir algo cuando en los grupos de limpias de vidrios en las calles no hay paridad. No hay niñas ni muchachos con los privilegios de las que salen en la televisión haciendo al hombre culpable de todas las cosas, tanto de las que son como de las que no son.
La muerte violenta de un hombre es en algún modo aquí un espectáculo macabro, que se exhibe y se reproduce por las redes sociales de forma viral. Un muchacho del que nadie sabe su nombre atravesado por un machete que lo llevan al hospital en la mejor ambulancia que pudo aparecer, un motor. No sale quien era en los noticiarios y al final cuando en el video arranca el motor ignoramos el final si murió o se salvó sólo preguntamos: ¿En cuál barrio lo mataron? No nos damos cuenta que esta pregunta conlleva la premonición de una conclusión fatal de lo que no se ve en el video.
La muerte de un hombre de forma violenta concluye como tema de los noticiarios la noche del día en el que su muerte fue un hecho. Luego nada se sabe. La muerte de una mujer se repite en las noticias hasta que todos los hombres del mundo se sientan culpable de un crimen del patriarcado.
Los deliberes son en su mayoría hombres. No he visto la posibilidad de que en ese trabajo se alcance la paridad. En un país que compite por el primer lugar por muertes violentas en accidentes de tránsito. Odiamos a quien cabalga en un motor buscándose el pan y cuando muere porque le exigen llegar pronto, decimos en un coro social que la muerte de ese ser humano es bien merecida. Debió respetar las leyes de tránsito que nadie respeta. Cualquier muerte violenta de un hombre, fruto del cao que creamos, pasa a las estadísticas como si fuera una muerte natural.
Los hombres tienen una fuerte relación con el código penal, más aquellos que son jóvenes. Los hombres son los que roban, los que matan, los corruptos en el manejo de los fondos públicos y los que agreden sexualmente.
Esa es su naturaleza. Deberían existir unos grupos de presión masculinos para como género o sexo sean mejor tratado por el código Penal. Se podría solicitar que por delitos iguales mujeres y hombres tengan las mismas penas. No, el objetivo es el hombre causa de todos males y nunca víctima. Se dispone desde el privilegio de un almuerzo a modo de doctrina que el patriarcado es el origen de todos los males.
Muchas cosas no se pueden establecer en el código Penal. El sistema opresor y patriarcal alienando a los hombres se puede instrumentalizar para meter en prisión al hombre que mire a una mujer. Se pueden condenar a cualquiera que disponga de su boca como un silbato y lance al aire un estropicio de los que llaman piropo.
La ley es un instrumento, pero no lo puede todo. No puede establecer que a los hombres y mujeres se les obligue a votar por una mujer o por un hombre por su sexo, votar por el candidato que uno quiera es un derecho en la democracia y se debe votar por propuestas y para eso se debe mejorar el sistema, para que la gente vote por propuestas no por hombres o mujeres.
Los diputados deben votar de acuerdo con la comunidad que representan, donde muchos son católicos, donde otros son de izquierda, otros como yo de derecha y hay mujeres que son feministas. Nadie debe creerse que representa el mundo bueno.
El código Penal es útil para muchas cosas, puede servir para meter a todos los hombres presos y aun así sería el código penal. No el código de los hombres presos. Tampoco será el código de las llamadas tres causales, porque el código penal es más que eso.
JPM