Los acortamientos de palabras

Los acortamientos de palabras están muy, pero muy moda. Los jóvenes los han creado e integrado a sus cotidianas formas de expresión. Y es tal la magnitud de su empleo, que no obstante carecer tales acortamientos de pertinencia léxica y aprobación académica, los adultos, mediante el proceso de arrastre e irracional imitación, también los han incorporado a sus habituales usos lingüísticos. No extraña, pues, leer en las redes sociales y otras fuentes escritas, irregulares enunciados como los siguientes: 1. « Aquí estamos en el «cumple» de mi amiga…» 2. «A mi niño le fue muy bien en el «cole»…» 3. «En la semana próxima comenzaré mis estudios de medicina en la «uni» » 4. «Yo estoy «tranqui», aquí en casita» ¿Por qué los no jóvenes y hasta profesores de lengua española utilizan estos cortes indebidos de palabras, así como el llamado sociolecto de la juventud? Sencillamente porque de manera impensable resultan atrapados por la moda léxica o en las redes del proceso de masificación lingüística. Esta masificación conduce al usuario de la lengua a hablar irracionalmente como hablan los demás y a escribir como escriben los demás. Conviene aclarar que en el contexto lingüístico en que se usan, voces como las susodichas: «uni», «cole», «cumple» y «tranqui», carecen por completo de fundamentación lexical. En el caso específico de «cumple», el único significado que desde el punto de vista semántico soporta es el de ser voz correspondiente a la tercera persona del singular del verbo cumplir; pero nunca el de ser sinónimo de cumpleaños. El Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, afirmó en una entrevista publicada no hace mucho que los jóvenes que acortan las palabras y vulneran las reglas gramaticales en los chats de internet, Twitter y Facebook piensan «como un mono». Merced a ese juicio, yo agrego que no solo los jóvenes. Aunque con menos frecuencia, también muchos adultos suelen emplear el mismo sociolecto de la juventud, diciendo o escribiendo “uni”, por universidad; “cole”, por colegio; “tranqui”, por tranquilo; “cumple”, por cumpleaños; “bn”, por bien; “klk”, por qué lo qué; “vien2”, por viendo; “llovien2”, por lloviendo; “xq”, en vez de por qué; “100pre”, en vez de siempre. Las jergas juveniles siempre han existido, vale decir, cada generación de jóvenes ha creado y empleado las suyas. Lo preocupante es que muchas de estas jergas se lexicalizan, esto es, se emplean de manera regular y en todas las circunstancias como si se tratara de voces del léxico general. Por eso no me causó sorpresa el que una estudiante universitaria, un día de estos, se atrevió a escribir y enviarme la nota siguiente: « Apreciado profesor : le escribo para informarle que hoy no podré asistir a la “uni” ni a su clase de lengua española como 100pre xq cuando fui a buscar a mi niño al “cole” y me cogió lo tarde y además x aquí está llovien2 mucho. Mi niño también está de «cumple» y quiero celebrárselo» Así le escribió la joven estudiante de medicina nada más y nada menos que a su maestro de español. ¿Cuál fue mi reacción al leer esto? Mejor no les cuento… Y ante la presencia de las jergas utilizadas, (“uni”, “100pre”, “xq”, “cole”, “llovien2” y «cumple»), ¿qué le respondí a la joven? Sencillamente lo que un profesor de lengua española tenía que responderle .

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