Las tres causales y el barrilito
Con razón tiende mucha gente a tener una mayor valoración del presidente de la República con relación a otros muchos miembros de su partido ubicados en posiciones públicas. El congreso nacional es la mejor muestra.
No ha habido forma de que los legisladores dejen atrás los bochornosos privilegios que desde hace tiempo se han auto asignado, encabezados por el odioso barrilito.
En ocasiones cuando el tema toma calor en la opinión pública hacen todo tipo de malabares para sostener esa ignominia que una inmensa mayoría de los dominicanos rechazan por improcedente y oprobiosa.
“Yo estoy en contra del barrilito”, dijo en una oportunidad el presidente Luis Abinader quien ha sido coherente en ese sentido aunque no ha dado los pasos necesarios para su desmonte y erradicación definitiva.
Por su parte el vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), Servio Tulio Castaños, afirmó que los fondos para las asistencias sociales que reciben los legisladores (barrilito) es una distorsión que “no sirve para nada”.
El doctor Manuel Esquea Guerrero ha sido enfático con relación a este tema que considera inconstitucional. Sobre el particular dijo que “la mejor explicación del violín y la guitarra, nos la brinda el barrilito. Cuando soy oposición es malo, cuando soy senador, es bueno”.
Según una encuesta Gallup del periódico Hoy, más del 70% de la población se opone al barrilito.
Cuando el entonces presidente de la cámara de diputados Abel Martínez propuso eliminarlo hubo inmensas muestras de apoyo, no así de sus colegas, sobretodo de la cámara alta, quienes se opusieron tajantemente, excepto su compueblanos Julio César Valentín quien tildó la propuesta de responsable.
Las tres causales
Otro tema donde la posición del presidente Abinader y la de los congresistas van por caminos opuestos es con relación a las tres cáusales relacionadas con el aborto.
Basados sobretodo en el temor y la cobardía frente a posiciones anacrónicas de la cúpula de la iglesia católica así como de sectores evangélicos, la mayoría de los congresistas dominicanos persisten en rechazar el derecho de las mujeres a descontinuar el embarazo en circunstancias específicas.
En la propia base de los conglomerados religiosos existen amplios núcleos que rechazan los planteamientos de las mismas puesto que creen no se puede obligar a tener un hijo fruto del incesto o cuando el feto presente deformaciones o la madre corre el riesgo de morir. En todos los casos debe ser una opción personal no una imposición.
Pero muchos legisladores haciendo acopio de una doble moral, pretenden presentarse como más papistas que el Papa oponiéndose a lo que seguramente han ejercido en múltiples oportunidades.
«Yo estoy de acuerdo con las tres casuales desde antes de ser candidato (…) creo que es un tema de ir avanzado», expresó el presidente Abinader durante una entrevista.
Diversas organizaciones femeninas del país han expresado su apoyo a la aprobación de las tres cáusales y la han reclamado como una promesa de campaña del actual partido gobernante pero los legisladores en su mayoría no se comprometen con esta causa no justamente que por convicción.
Entidades como Participación Ciudadana han llamado a los partidos políticos, a sus dirigentes y congresistas “a mantener sus promesas de campaña electoral sobre este tema, a través de las cuales manifestaron que favorecían ampliamente las tres causales, pues de lo contrario se consumaría un engaño electoral, inaceptable en un Estado Social y Democrático de Derecho”.
Lo cierto es que el congreso dominicano con sus lineamientos en contra de las firmes posiciones del presidente de la República Dominicana en temas fundamentales, así como de reclamos básicos de la población, se colocan a la zaga de la institucionalidad y se convierten en un baldón que ensombrece un poder del Estado digno de mejor suerte.
jpm-am