La sepultura del PLD

Desde el pasado fin de semana, el ex-presidente de la República Dominicana, Dr. Leonel Fernández Reyna se ha lanzado oficialmente a las calles en busca del favor popular para obtener la candidatura que hasta el día de hoy no presenta amenaza alguna de la acera del frente para llevarlo al solio presidencial.

La salida de Leonel ha desatado los mil y un infiernos de la reelección a pesar de que el presidente Lic. Danilo Medina nunca ha estado en eso, pues no obstante la presión que recibe de su entorno mas cercano,  no optará por un segundo mandato consecutivo.

El anillo palaciego del presidente Medina ha hecho cuantas maniobras y manipulaciones han podido en contra de Fernández, desde los incidentes producidos en Boston y New York, el boicot a la conferencia que el ex-mandatario dictó aquí en el país,  hasta el complot con un confeso narcotraficante para involucrarlo con ese bajo mundo.

Lo que tienen muy lejos lo que a ello se dedican es, que nosotros los dominicanos no tenemos un contrato de exclusividad de adhesión con el PLD y que la misma razón por la que los electores desde el 2004 le hemos apoyado mayoritariamente, que ha sido considerarlos diferentes a los demás partidos mayoritarios del sistema, puede ser la misma para que nos hartemos de su pedantería, prepotencia y arrogancia, y al considerarlos como uno mas del montón lo mismo nos dé apoyarlos a ellos como a los opositores del frente.

La sepultura del PLD se presagia cuando ellos mismo se destruyen unos con otros, ya están saciados del poder; están transitando el mismo sendero que los reformistas y los perredeístas en donde: «Si no somos nosotros, que tampoco sean ellos».

Una vez el presidente Medina de manera oficial anuncie al país en las próximas semanas su ratificación de lo que siempre ha expresado que no optaría por repostularse, el grupo encabezado por el anillo palaciego se jugaría sus últimas cartas apostando todos los recursos del Estado Dominicano al Lic. Reinaldo Pared Pérez, quien entre todos los pre-candidatos es la alcancía de los intereses de ese sector del PLD.

Todo ello lleva al presidente Medina a una encrucijada parecida a la del entonces presidente Fernández, cuando al anunciar al país en abril del año 2011 su decisión de no optar por un nuevo período, dejando abierta la posibilidad para que cualquier compañero de su partido que se considere merecedor de sucederle pueda conquistar los votos necesarios para ello. 

Si hoy el presidente Medina cabalgara un caballo diferente y volcara su apoyo a cualquiera de los que aspiran a sucederle en la presidencia, las consecuencias serán funestas; se construiría un muro de contención que dividiría al PLD en dos hemisferios, en donde sea cual sea que resulte ganador del proceso primario se encontrará con un alto porcentaje de abstención de sus partidarios, mientras otro grupo (no menor) estaría patrocinando el voto en contra, cuyo resultado final sería que ante dos perros bravos enfrentarse por un hueso, éste es tomado por un tercer perro; y esa, esa sería la sepultura del PLD.