La parábola del sembrador

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Los afanes del mundo llevan a las personas a que se olviden de Dios. Este articulo no tiene intención de hacer criticas de quien va o no a la iglesia, de quien tenga o no una relación con el altísimo. La finalidad es hablar de la parábola del Sembrador que se encuentra en libro de Marcos 4:1-20 y nos introduce en regar la semilla que es la «palabra de Dios » y el sembrador que es Dios. Esta es una nueva etapa de Jesús inicia el ministerio que Dios le encomendó. Vemos en este capitulo cuando Jesús se sentó en su barca frente al mar de Galilea, se reunió con mucha gente y advirtió en parábola: Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó, y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. Entonces les dij El que tiene oídos para oír, oiga esto lo relata en libro de Marcos 4:1-2. Es una de las parábolas más importantes en la vida de Jesús, a pesar que era una persona que hablaba de una forma llana y sencilla, y de repente, después de haber pasado por un proceso en su ministerio, comienza hablar en parábolas. Era también una manifestación del juicio de Dios. Las personas incrédulas creían que era una historia y no veían el sentido espiritual. Cuando se habla del sembrador nos referimos a Dios y la semilla a la palabra de Dios. Que es la verdadera, la que cayo en tierra fértil, la que permaneció para siempre, la se lleno de amor y fue expandida en el universo, la que hace falta en los hogares dominicanos, la tiene que ser hablada y discutida con los hijos, la que nunca perece, más si permanece. No podemos quedarnos como los incrédulos de brazos cruzados. Tenemos que sembrar la semilla eso cosecharemos. Aun demos la palabras de Dios, y caigan en los espinos tenemos que levantarnos y volver una y otra vez con la esperanza de que germine esa palabra. Tenemos que actuar con responsabilidad hacia Dios. Que permanezca en nuestros corazones la paciencia, la paz, el amor, la benignidad para se ejemplo de Cristo Jesús. Amar al prójimo aun con sus defectos, y esperando que la semilla llegue a sus corazones. flaviarosario14@hotmail.com

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