Hasta el momento el país tiene una deuda que es sostenible (OPINION)

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EL AUTOR es administrador financiero, contralor general de la República. Reside en Santo Domingo.

No es nuevo hablar de tener obligaciones financieras ante terceros, deber dinero. Desde que el hombre sintió necesidad de apalancarse o requerir dinero ajeno para financiar sus actividades personales, manufactureras, comerciales y de servicios, recurrió a personas particulares o prestamistas informales, a los bancos, financieras o prestamistas formales.

También, las empresas captan dinero a través de emisiones de deuda o bonos corporativos, también mediante emisiones de acciones comunes  u ordinarias y acciones preferentes. Los gobiernos hacen lo propio, al emitir deuda o bonos soberanos y de otras denominaciones.

Muchos satanizan el hecho de endeudarse, sin pensar que depende del uso que se le dará al dinero prestado, lógico procurar siempre que el costo de capital promedio ponderado de la misma, sea menor que la tasa interna de retorno, a los fines de que los proyectos que se vayan a financiar sean rentables, desde el punto de vista financiero o social.

Los países buscan fórmulas para disminuir la dependencia de tomar tanto  dinero prestado. Uno de los países de mayor endeudamiento, son los Estados Unidos de Norteamérica, y aún sigue endeudándose, pues esta deuda genera un mayor Producto Interno Bruto (PIB), lo cual permite honrar el servicio de esa deuda de forma sostenida.

Lo mismo ocurre en la República Dominicana, hasta el momento el país tiene una deuda que es sostenible, pues el gobierno ha podido siempre honrar sus compromisos financieros, ante sus acreedores.

El financiamiento, en forma de deuda, es fundamental para el desarrollo. Cuando se usa de manera inteligente, puede ayudar a impulsar un crecimiento inclusivo y sostenido.

El Banco Mundial, trabaja con los países clientes para fortalecer su capacidad de gestión de la deuda.

El Banco Mundial, sostiene que para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), requiere de inversiones cuantiosas en infraestructura, capital humano y capacidad de adaptación al cambio climático.

Sin embargo, los Gobiernos de los países en desarrollo a menudo ven limitada su capacidad de movilizar ingresos nacionales o inversión privada.

El financiamiento de la deuda es crucial para el desarrollo, pero los niveles insostenibles perjudican el crecimiento y a los pobres.

La deuda, herramienta útil si es transparente, se gestiona bien y se usa en el contexto de una política de crecimiento creíble.

Un alto nivel de deuda pública, puede frenar la inversión privada, aumentar la presión fiscal, reducir el gasto social y limitar la capacidad gubernamental de implementar reformas.

Conforme el Banco Mundial y el sentido común, dicta que las vulnerabilidades derivadas de la deuda han aumentado en los mercados emergentes y en los países de ingreso bajo.

La deuda externa total de los países de ingreso mediano y bajo, ascendió a US$8,1 billones a finales de 2019, de los cuales un tercio se debía a acreedores privados.

La gestión y la transparencia de la deuda, tienen que ser las principales prioridades para que el nuevo endeudamiento fomente el crecimiento y un clima propicio para la inversión.

Las autoridades de los países prestatarios, necesitan información confiable respecto de la deuda para tomar decisiones sólidas en materia de endeudamiento.

Los acreedores, donantes, analistas y organismos de calificación crediticia, deben tener información completa para evaluar la deuda de un país y sus oportunidades de inversión.

Los ciudadanos pueden exigir a sus Gobiernos que sean transparentes en cuanto a las condiciones y los objetivos de la deuda. Para algunos países, la deuda ya es insostenible.

El Banco Mundial, desarrollará seminarios tendentes a analizar opciones para aumentar la resiliencia ante los riesgos de deuda, como reformas internas para fomentar el crecimiento, mejorar las políticas de gasto, impulsar la movilización de ingresos internos y fortalecer la gestión de la deuda.

También, se estudiará la necesidad de incrementar el apoyo de la comunidad mundial mediante el suministro de financiamiento en condiciones concesionarias y asistencia técnica, así como la mejora de los procesos de reestructuración de la deuda soberana, para proporcionar un alivio oportuno y previsible cuando sea necesario.

En relación al gasto por intereses de la deuda como porcentaje de los ingresos tributarios, este alcanza un 22.9% durante el presente año en República Dominicana.

Al 31 de agosto del año 2023, el saldo de la deuda externa e interna del sector público no financiero (SPNF), totalizó US$54,545.3 millones, representando el 45.4% del Producto Interno Bruto.

El gobierno dominicano, a través del Ministerio de Hacienda, aplica una política exitosa de recompra de bonos lo cual permite mejorar el portafolio de la deuda y el promedio de madurez.

La demanda por las recompras de bonos con el propósito de disminuir pasivo en condiciones onerosas, demuestra la confianza de los inversionistas en el manejo proactivo de la deuda pública, y el compromiso de lograr la sostenibilidad de los indicadores de riesgo.

La deuda pública consolidada de República Dominicana, incluida la deuda intergubernamental, alcanzó la cifra de US$74,130.5 millones a julio de 2023.

Este monto se desglosa en dos componentes principales: la deuda del sector público no financiero con un total de US$54,795.5 millones, y la deuda del Banco Central de la República Dominicana, que representa US$19,335.0 millones.

La deuda pública consolidada, en relación con el Producto Interno Bruto (PIB) se situó en un 60.6% en julio de 2023, con un 44.8% correspondiente a la deuda del SPNF y el 15.8% restante a la deuda del Banco Central.

Las autoridades dominicanas, se vieron compelidas a endeudarse un poco más ante la caída de las recaudaciones tributarias y arancelarias durante casi dos años, debido a la pandemia Covid-19.

Se podrá criticar el aumento del endeudamiento, haciendo caso omiso u olvidarse de todo lo que ha tenido que enfrentar el Gobierno Dominicano desde el año 2020 pero si se analiza fríamente y concienzudamente, todos los fenómenos de índole económica, financiera y de salud, se tendrá que colegir que el gobierno hizo y hace lo correcto al financiarse mediante préstamos, pues hasta que no se realice la manoseada reforma fiscal que mejore la presión fiscal del país, y no aumenten los ingresos por exportaciones, no podrá eximirse de tomar dinero prestado en los planos, nacional e internacional.

Esto así, porque de alguna fuente, han de captarse los ingresos que tanto necesita el país, para poder atender o cumplir con todas las necesidades que requiere la población dominicana, la misma en incremento constantemente.

Que no haya preocupación por la deuda neta, pues siempre que se pueda honrar el servicio de esta, y los recursos sean debidamente aplicados o invertidos, incrementando el Producto Interno Bruto, no hay problemas, en cambio si la misma se utiliza para vanidades o gastos superfluos el financiamiento debe criticarse acremente, lo cual no es el caso en la presente administración gubernamental de la República Dominicana.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com  

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julio cesar
julio cesar
6 meses hace

Señores oigan eso,lean eso de esta BOSINA.Como es posible que este tipo se este burlando del pueblo dominicano,oighan buena bosina,la libra de ñame blanco esta a 90 pesos la libra y un platanito cuesta 45 pesos,entonces a donde esta eso que usted dice buen sinverguenza y charlatan.

Rosa E
Rosa E
6 meses hace

Sr. Feliz, administrador financiero y contralor gnel., eso que describe es bueno para unos estudiantes universitarios y para profesionales, dígame cómo pagamos: la electricidad,el agua, los alquileres de la casa y cómo compramos la comida,” la gasolina “ ropas. ects. pregunta un televidente hijo de doña Rosa.