Haddad/Lula, nada que perder, todo por ganar

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El autor es docente universitario y dirigente del PTD.

El esfuerzo del Partido de los Trabajadores,  y su candidato Fernando Haddad, en Brasil, tuvo desde el principio como meta clasificar para  ganar el derecho a disputar la presidencia de ese país en una segunda vuelta.  Ese propósito ha sido  logrado, por lo que, quienes interpretan la votación del PT y su candidato como una derrota, podrían sufrir de insomnio durante los próximos cuatro años.

A partir de ahora  se inicia una nueva campaña electoral con solo dos contendores:

  1. Bolsonaro candidato de la ultra de derecha,  fascista confeso y  orgulloso de su pasado de militar  torturador al servicio de la dictadura militar que vivió es ese país, que ha prometido continuar el plan del actual gobierno golpista encabezado por Temer, en la decisión de  destruir al Estado de Brasil,  regalando al sector privado nacional y extranjero el patrimonio público propiedad de todos los brasileños.
  2.  Fernando Haddad que promete garantizar la democracia, trabajar para recuperar la economía  nacional e invertir  en  las políticas sociales, como la educación, la salud y financiamiento de la mediana y pequeña empresa, lo que equivale a decir, a invertir  en la gente.  Además de preservar el patrimonio del Estado de Brasil como garantía para generar un clima de confianza y regulación de la libre empresa, tal y como ocurrió en los gobiernos anteriores del PT, que encabezaron Lula Da Silva y Dilma Rousseff.

    El panorama, si bien coloca a Bolsonaro en una posición ventajosa,  al ganar cómodamente la primera vuelta electoral, no menos cierto es que promete presentar una  lucha  descarnada batalla que puede arrojar  resultados dramáticos e incluso invertidos a los de los acontecido en  las votaciones  del pasado domingo siete de octubre.  Esto así, porque se trata de una nueva elección donde factores diversos  y complejos van a incidir.

    La capacidad para sumar aliados de cara a la segunda vuelta  será determinante,  y  un factor muy importante, es que Haddad será la novedad del proceso pues logró, en poco menos de treinta días de campaña,  despegar desde un pírrico 4%  y lejano noveno lugar, a un honroso segundo lugar con casi el  30% de los votos emitidos a su favor , en una tendencia que de combinarse con el alto rechazo, que  según  todas  las  encuestas, persigue a Bolsonaro,  podrían colocar a Haddad y al PT al frente del ejecutivo brasileño a partir del próximo primero de enero 2019.

    Varios de los candidatos que obtuvieron una votación significativa, Ciro Gomes y Guilherme Boulos,  han dejado clara su intención de no respaldar al candidato del fascismo como se conoce a Bolsonaro, aunque  la decisión final está sujeta a la consulta que harán  las cúpulas de sus respectivos partidos, es decir que presentan tendencia a  inclinarse formalmente por Fernando Haddad y  eso, además sumar al PT sus fuerzas organizadas, incidirá o motivará a votar en su favor,  a buena parte del 11%  de electores que votó en blanco o indecisos el pasado siete de octubre.

    Deseamos con todas nuestras fuerzas que Brasil pueda caminar por los senderos de la democracia, el crecimiento económico y la justicia social, por el bienestar de su población y la necesaria recomposición geopolítica de la región, que requiere de un contrapeso para garantizar el equilibrio. El  pueblo  brasileño es sabio,  y  a  él,    corresponde decidir su propio destino.

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