Festival de atabales de Sainaguá
Por LEONEL MARTÍNEZ
San Cristóbal está de fiesta, durante tres días sonarán los palos de todo el país en un evento folklórico de gran tradición. El atabal ha sido durante siglos un acompañante inseparable del hombre y la mujer de nuestra isla. Su música y su danza son el lenguaje de identidad que más ha unido a las múltiples generaciones del pueblo dominicano.

En la historia sonora de cinco siglos, los atabales son los únicos sobrevivientes de ese ayer casi perdido en el tiempo, de no ser por eventos como el “Festival de Atabales de Sainagúá”; un verdadero rescate de nuestras raíces rítmicas. Y por eso los palos de República Dominicana constituyen un patrimonio musical de la humanidad.
Los atabales rompieron el silencio y sembraron de alegría nuestras comunidades campesinas y urbanas. Ciertamente el atabal es el género musical de mayor presencia en la nación. Pese a que su difusión –en muchos casos- ha estado velada en los medios masivos de comunicación, que aun la consideran “música de santería o de prácticas de brujería”, sin valorar la enorme riqueza rítmica y coreográfica de ese amplio repertorio de manifestaciones culturales.
El tesoro cultural de los atabales jamás se ha callado durante 500 años. ¿Y quién silencia los palos? Mientras haya que cantar y bailar habrá festival. ¡Qué vivan los palos!
Haitianisacion y cavernarismo en marcha.