De la arrogancia a la cobardía
Su evidente nerviosismo y cobardía, al ser requerido por la justicia acusado de ser el autor intelectual del secuestro del ex diputado opositor Fernando Balda, me hizo recordar con la arrogancia abusiva y el autoritarismo con que gobernaba el ex dictador ecuatoriano Rafael Correa.
Luego de ser en Ecuador, “ley, batuta y constitución” al comandar su régimen absolutista, pues controlaba todas las instituciones, mientras gobernaba sin ninguna transparencia, ahora resulta ser un prófugo de la justicia, que ha manifestado su intensión de no responder por sus actos buscando refugio político en Bélgica donde reside o en algún país del mundo que le conceda el asilo con el evidente propósito de esconderse, evadiendo así la justicia de su país que ahora al parecer, actúa de manera independiente.
Con tal actitud el ex dictador “ilustrado”, muestra su lado cobarde, contrario al aire de guapetón de barrio que solía mostrar con mucha frecuencia durante la larga década que tiranizó a los ecuatorianos.
Correa, desde el inicio de su gobierno fue implacable contra la libertad de prensa. En su guerra contra la prensa confiscó canales de televisión, la emprendió en acusaciones contra periódicos y periodistas, logrando sentencias condenatorias hacia estos, incluso beneficiándose él económicamente, puesto que aprovechando su alta jerarquía presidencial, con lo que aseguraba su triunfo en las cortes ganó demandas millonarias que engrosaron sus finanzas personales, como una novedosa forma de corrupción.
Del mismo modo, elaboro leyes para restringir la labor de la prensa y los periodistas, igual que fue muy activo en su censura contra las redes de internet y su contenido, utilizando para ello variadas formas, como el abusivo uso de normas de copyright para suspender cuentas en twitter, paginas de internet, borrar contenido, espionaje, y hakeo contra los que consideraba sus enemigos políticos y personales y contra todo aquel que osara criticarlo.
Correa, es un caudillo que exigía lealtad absoluta a su régimen personalista, por lo que el que se aventuraba a oponerse, o criticar su delirio mesiánico, sabía que debía atenerse a las funestas consecuencias que ya habían sufrido otros que se habían atrevido a enfrentar su proceder dictatorial.
Esa fue una de las causas que originaron el rompimiento del actual presidente con el caudillo, debido a que Lenin Moreno ha demostrado desde tomar posesión de su cargo, no estar dispuesto a gobernar bajo su sombra, como un títere cualquiera, siendo manejado al antojo de un gran manipulador como lo es, Correa.
Contrario a Correa y su accionar polarizador y de constante confrontación, Moreno ha gobernado desde el principio, con una actitud abierta y democrática, tendiéndole la mano a la oposición, con respeto a las libertades públicas, lo que brilló por su ausencia durante la década perdida presidida por su megalómano y autoritario antecesor.

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