A lo que nada nos cuesta…hagámosle fiesta
POR MARCELINO LARA
En ocasiones anteriores nos hemos referido al excesivo gasto público corriente del gobierno central, principalmente en aumento de nómina. Sin embargo, no sólo el gobierno central ha incrementado su gasto corriente en nómina sino también las instituciones autónomas y descentralizadas. Y para muestra un botón.
Con relación al 2020 las EDES han incrementado la cantidad de empleados en 1500 personas y el sector eléctrico completo en más de 2000 personas. Lo más interesante de todo eso es que se ha producido concomitantemente con el aumento de la factura eléctrica y el aumento de los apagones, por descuido en mantenimiento y reducida inversión en el sector porque al igual que en gobierno central, todo el gasto ha sido orientado a los pagos corrientes de nómina mientras se ha descuidado el gasto de capital o de inversión para eficientizar el servicio de energía eléctrica. Y mientras todo eso sucede el subsidio eléctrico se disparó a más de 2 mil millones de dólares.
De manera que ha sido el gobierno en general que ha orientado todo su gasto al pago de nómina. Así no puede avanzar una economía, dirigiendo prácticamente más del 90% del presupuesto a pagar nómina pública, y ahora nos quieren imponer una reforma fiscal como si nosotros fuéramos culpables de ese dispendio del presupuesto nacional.
Con mucha razón la clase media está opuesta a dicha reforma fiscal, y es que a ella nadie la invitó a esa fiesta. Son más de 100 mil pensiones que han sido entregadas sin identificar primero de dónde van a salir los recursos para pagarlas y sin ninguna inclusión previa en el Presupuesto Nacional.
Bajar gasto público
Antes de hablar de reforma lo primero que debería suceder es bajar sustancialmente el dispendioso gasto público corriente del sector público y aumentar el gasto de capital para que suba la producción nacional y el empleo. Y cuando la economía empiece a crecer por encima de su nivel potencial entonces empezar a hablar de aplicar impuestos. Aplicar impuestos a una economía estancada o con débil crecimiento, como sucede actualmente, es una apuesta suicida porque la va a deteriorar mucho más y no habrá actividad económica rentable a quien cobrar dichos impuestos.
La verdadera solución es la reducción del gasto público corriente y aumentar sustancialmente el gasto de capital para así subir el nivel de producción y del empleo.
Por amor de Dios parar ya este dispendio del Presupuesto Nacional a través del gasto público corriente, que esta fiesta le está saliendo demasiado cara a clase media y a pobres de República Dominicana.
jpm-am
es lamentable decirlo, pero este inepto que nos gobierna en estos momentos, solo le interesaba sus ocho años en el palacio, ya los tiene, lo demás le importa un comino, muy buen artí**** señor lara, este gobierno ha sido un total fracaso, dios mio en què fuè que nos metimos?.
tiene mucha importancia lo que analiza marcelino en este artí****. si una reforma fiscal es para sacarle los chelitos a la gente de los bolsillos y esos recursos adicionales son para seguir esa francachela de gastos corrientes ineficientes, entonces nos harán más pobres a todo el pueblo, solo se beneficia un grupito que incluso evade pagar impuestos. que barbaridad!
cuanta impotencia!
no es menos de ahí!
a los politicos de este macondo infernal….poco o nada les importa la situacion economica, salud , educacion, vivienda y trabajo del ciudadano comun y corriente, a ellos solo les interesa el bienestar de los miembros de sus clases y partidos que los apoyan, por eso crecen las nominas, elevandose al cielo. para pagar servicios, apoyo, trapisondas, corrupcion, propaganda, gallaretas, payoleros periodisticos, que se han echo multi millonarios,