Ley de Caylee: respuesta a un controvertido veredicto
No creo que el maravilloso cerebro del cineasta y rey del suspenso Alfred Hitchcock (1899-1980) hubiese sido capaz de escribir un guion tan dantesco, como el que en realidad se vivió en el verano del año 2008 en la floridana ciudad de Orlando.
Caylee Maarie Anthony, una angelical criatura de dos años, había desaparecido el 15 de julio de 2008. Se dispararon todas las alarmas en su búsqueda, y no fue hasta el día 11 de diciembre cuando apareció su cadáver en estado de descomposición, en una zona boscosa del vecindario donde vivía.
Todas las evidencias apuntaban que la niña Caylee había sido asesinada, y que su madre Casey Anthony, fue la autora de este horrendo crimen, razón por la cual se levantaron cargos y fue procesada.
Seis semanas de juicio, ocuparon toda la atención de la nación. Fue considerado como el juicio más mediático de la época.
El 5 de julio, el jurado seleccionado encontró “no culpable” a Casey Anthony. El veredicto conmocionó a todos, y un frenesí colectivo se esparcía como un tsunami devastador por toda la nación.
José Báez, hasta entonces un desconocido abogado Puertorriqueño, dio el batacazo. Logró articular su defensa invocando la contradicción manifiesta de los testigos a cargo, y que no se habían presentado evidencias solidas que comprometieran a su representada con la muerte de la niña.
Pudo de esta manera sembrar esa duda razonable o insuficiencia probatoria (In dubio pro reo), desvaneciendo así un anhelo generalizado de justicia que dejó a todos atónitos, con la boca abierta y las manos en la cabeza.
La indignación por este veredicto provocó una reacción colectiva sin precedentes en todos los estados de la unión. Se pidió justicia sin cesar, la ira desbordada pudo haber desembocado en hacer justicia por sus propias manos. La sensación generalizada era de que la Sra. Anthony, la madre indigna, “había escapado” del peso de la ley y la justicia.
Ante este hecho, surgieron reclamos inminentes de toda la población por ante sus representantes congresuales para la creación de una legislación de “protección infantil”, surgiendo de esta manera la Ley de Caylee, una más de tantas, tales como: la ley de Megan (1994), la de Adam Walsh Act (2006), la ley de Dru, la ley de Jessica, la ley Alerta Amber, y otras tantas conocidas como “legislación con nombre”.
La ley de Caylee fue considerada con el tiempo, como una ley reactivas y populistas, cuya aplicación en la mayoría de los casos ha resultado ineficiente, que buscó en esencia apaciguar la rebelión de las masas, y no honrar realmente, a quien se pretende memorar. Quince años después, invocamos para Caylee Marie Anthony ¡Descanso eterno!
jpm-am

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Ok, explícame una cosa,que importancia tiene eso para la República Dominicana.? Ley Cailee,que vainita esa.