OPINION: La desactivación de la bomba fiscal
Por segunda vez el gobierno hizo ademanes para imponer una Reforma Fiscal que le pudiera generar los recursos necesarios para cumplir con sus compromisos y con las promesas hechas durante la pasada campaña electoral del 2020.
La reacción del país fue mayoritariamente adversa y al gobierno no le quedó de otra que desistir de ese propósito, al menos por ahora.
Entendemos que durante los casi dos años de esta pandemia el gobierno ha visto mermar sus ingresos y que para cumplir con ciertas responsabilidades haya tenido que recurrir al sobre endeudamiento, lo cual no es sostenible a mediano ni largo plazo.
Pero por su parte la sociedad, sobre todo los sectores pobres y de la clase media, tampoco pueden aceptar pagar nuevas cargas impositivas después de la gran crisis que hemos padecido.
De haber insistido en aplicar nuevos impuestos a la población menos pudiente el gobierno hubiera tenido que pagar un alto costo político y creo que hasta la misma estabilidad y la gobernabilidad se hubieran resentido.
Ahora surge la pregunta de cómo se las va arreglar el gobierno para conseguir los indispensables recursos económicos para ejecutar obras que el país necesita para resolver problemas y seguir siendo atractivo para las inversiones extranjeras.
El país no puede seguir tomando prestado al ritmo que lo venía haciendo la pasada gestión ni mucho menos a la velocidad que lo ha llevado la presente gestión, y sin esos recursos externos entonces nos la tendremos que arreglar aquí adentro como Dios mande.
Pero el gobierno puede aumentar las recaudaciones sin subir los impuestos al pueblo, simplemente revisando las exenciones, quizás no todas se puedan eliminar, pero hay muchas que sí.
Al parecer el gobierno no quiso actuar en contra de su clase, porque es un gobierno de ricos, pero tampoco quiso tirarse el pueblo encima, ya que está pensando en la reelección del 2024.
Hay que esperar al 2022 para ver cómo se las juega el gobierno dominicano en el ámbito económico, ya que ello va a depender su viabilidad política con miras al 2024.
jpm-am